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Desequilibrio por aranceles en Argentina y Brasil

Aranceles de EEUU al acero y aluminio de Argentina y Brasil aumentan preocupaciones sobre equilibrio comercial.

La decisión del Gobierno de Estados Unidos de restituir los aranceles al acero y el aluminio provenientes de Argentina y Brasil encendió las alarmas en el Cono Sur y en el resto de la región ante un inminente desequilibrio comercial en detrimento de las economías latinoamericanas, cuya estabilidad depende en gran medida de una relación armónica con Washington.

UN GOLPE INESPERADO

El presidente de EEUU, Donald Trump, anunció el lunes de manera inesperada que “Brasil y Argentina han estado presidiendo una devaluación masiva de sus monedas, lo que no es bueno para nuestros agricultores”, “por ello, con efecto inmediato, restableceré los aranceles a todo el acero y el aluminio que sea enviado a Estados Unidos desde esos países”.

Los primeros efectos del anuncio no tardaron en aparecer.

Las acciones de las empresas siderúrgicas argentinas cayeron en la jornada bursátil posterior a la decisión del presidente norteamericano, y la empresa Aluminios Argentinos (Aluar), registró una caída de 12,07 por ciento y las acciones de la firma Ternium bajaron un 2 por ciento.

Asimismo la medida de Washington afectó a otros mercados bursátiles.

Las acciones en Tokio abrieron a la baja el martes, descenso atribuido por analistas económicos a la decisión de Trump. Importantes depreciaciones se presentaron en otras bolsas de valores de países asiáticos.

Los números negros en los mercados llegaban en simultánea con la noticia de una calificación negativa del riesgo país para Argentina. Este índice aumentó un 5 por ciento, unas 193 unidades, hasta alcanzar los 2.386 puntos básicos, uno de los registros más altos del 2019.

Con sorpresa, los expertos señalaban que la acusación de Trump sobre la “masiva” devaluación de moneda iba en contravía de la conclusión del informe semestral del Departamento del Tesoro estadounidense, según el cual ningún socio comercial importante de Estados Unidos cumplía los estándares de manipulación de moneda.

Funcionarios de las administraciones afectadas recibieron con sorpresa el anuncio de Trump.

Dos ministros argentinos, el de Producción y Trabajo, Dante Sica, y el de Exteriores, Jorge Faurie, pusieron en sus agendas conversaciones con el secretario de Comercio de EEUU, Wilbur Ross, con el objetivo de entender la medida y restar hierro a la misma.

Faurie habló telefónicamente con Ross “para empezar a destrabar los aumentos de aranceles”, informó Telam. Sica, por su parte, calificó la medida de “inesperada”, al tiempo que comunicaba su intención de conversar también con el responsable de la cartera de Comercio de Trump.

Después de conocer el nuevo panorama, el presidente brasileño Jair Bolsonaro quiso tranquilizar a la prensa diciendo: “Si se da el caso, llamaré al presidente Donald Trump. Su economía (de Estados Unidos) no se compara con la nuestra, es una decena de veces mayor que la nuestra. No veo esto como una ‘retaliación'”.

INDUSTRIALES PREOCUPADOS

La reacción de los empresarios, los primeros afectados con la medida estadounidense, fue más fuerte que la de los políticos.

El Instituto Acero Brasil, que representa a la industria del acero en el país, calificó la idea de Trump como “una represalia que no encaja con las condiciones de asociación entre los dos países”.

En un criterio multilateralista, los industriales brasileños recordaron que la decisión afectaría también a sus pares estadounidenses “que necesitan de los semiacabados exportados por Brasil para poder operar en sus centrales”.

Además, coincidieron en que los argumentos del inquilino de la Casa Blanca son alejados de la realidad.

En un comunicado expresaron que “el Instituto Acero Brasil refuerza que el cambio en el país es libre, no habiendo por parte del Gobierno cualquier iniciativa en el sentido de desvalorizar artificialmente el real y la decisión de tasar el acero brasileño como forma de ‘compensar’ el agricultor americano es una retaliación a Brasil”.

Brasil es uno de los principales suministradores de acero a EEUU.

Según datos de su Ministerio de Economía, las exportaciones de productos semimanufacturados de hierro y acero para el país norteamericano totalizaron 2.570 millones de dólares entre enero y noviembre de este año, inferiores a los 2.950 millones de dólares del mismo período del año pasado.

Desde Argentina los industriales del acero manifestaron su preocupación y advirtieron sobre las negativas consecuencias que sobre el empleo tendría la medida norteamericana.

La Cámara Argentina del Acero informó en un comunicado que “solicitó al Estado Argentino que arbitre los medios necesarios para revertir la medida anunciada, la cual perjudicaría la producción siderúrgica argentina y al empleo local”.

La preocupación del gremio se sustenta en que EEUU es el principal destino de las exportaciones de acero y aluminio argentinos con un mercado de aproximadamente 700 millones de dólares para ambos productos.

Javier Madanes, presidente de Aluar, principal productora y exportadora de aluminio en Argentina, denunció que la iniciativa de Trump corresponde más a una movida geopolítica que a una realidad económica.

“En una época, los Estados Unidos supieron actuar de manera más directa con intervenciones militares en la región, en otras oportunidades con operaciones de inteligencia y ahora lo hacen con sanciones comerciales. Esta es la manera de manejar las cosas por parte de Trump”, argumentó Madanes.

La Cámara Argentina del Acero y la Cámara Argentina de Comercio solicitaron al Gobierno de su país y al de Brasil tratar la situación en la próxima Cumbre del Mercosur, citada para el 5 de diciembre en Río Grande del Sur (Brasil).

RECHAZO AL UNILATERALISMO

Para analistas consultados por Xinhua, la decisión de Trump no solo traerá impactos negativos a las economías directamente afectadas, sino que es una muestra de un unilateralismo nocivo y un nuevo capítulo de una guerra comercial que Washington quiere abrir en varios frentes geográficos.

La economista y analista de la Fundación Libertad y Progreso Natalia Motyl subrayó desde Argentina que la medida adoptada por Trump significa “un juego de suma cero”.

En su perspectiva, “con este tipo de medidas Trump dice a todos que su visión es cerrarse al mundo”, es decir, regresar a un unilateralismo que solo beneficie las perspectivas de Washington e ignore los anhelos del resto del mundo.

El economista Jorge Marchini advierte que el presidente estadounidense está obligando a su país a abandonar “su responsabilidad en su rol de economía central dentro del equilibrio internacional”.

Las medidas contra los productores de acero y aluminio de Argentina y Brasil lo que logran, según Marchini, es “ahogar o presionar a América Latina”.

El experto arrojó luces sobre la contradicción que entraña la medida estadounidense.

Explicó que los países latinoamericanos tienen dificultades en las balanzas de pago, lo cual les exige aumentar las ventas al exterior, sin embargo, “al mismo tiempo se cierran los mercados que pueden absorber dichas exportaciones”.

Teniendo en cuenta este panorama, Motyl reseñó que es inevitable que países como Argentina comiencen a forjar alianzas comerciales y financieras con países fuera de América.

Los analistas coinciden en que el multilateralismo es la única opción que le queda a las economías más grandes de Suramérica, y a la región en general, para enfrentar la última ocurrencia de Donald Trump.

“Ante un clima de proteccionismo, de recesión, tenemos que trabajar en alternativas de unificación regional y no de competencia, por lo que a la región no le beneficiaría que los países entren en un marco de devaluaciones competitivas, partiendo de la aseveración de Trump”, precisó Marchini.

Por su parte, Motyl concluyó que “el multilateralismo y la apertura comercial tienen como ventajas que se incrementa la producción mundial de cada bien por efecto de la especialización. Suben las posibilidades de consumo de cada país y, al incrementarse los bienes que satisfacen necesidades, entonces aumenta el bienestar de las personas”.

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Hierro en la historia de México

El estudio de la arquitectura del hierro, aquella donde este material no cumple solo con la función estructural, es crucial para entender la historia de México, opina la arquitecta Roberta Vassallo.

Lo que hoy es el Gran Hotel de la Ciudad de México, fue en 1989 el Centro Mercantil, una estructura donde el acero más que estructural, funciona como un valor estético.


CIUDAD DE MÉXICO. El tema de la arquitectura del hierro en México, a pesar de haber sido muy poco estudiado, tiene una importancia fundamental para la comprensión del desarrollo de la historia de la arquitectura entre siglos XIX y XX, y en particular, la transformación radical que este quehacer y el arte en general han tenido durante las primeras décadas del siglo XX.

La industrialización de la arquitectura será un factor determinante de modernización, tanto en el campo de los procesos y técnicas constructivas, como en el plano de la estética.

Faro Puerto Tamaulipas
El Faro del Puerto de Tampico, construido en 1883 en Ciudad Madero, Tamaulipas, fue desarrollado por la Compañía de Puentes Keystone, y dirigido por el ingeniero JR Ibarrola. (Cortesía FundarqMX / Roberta Vasallo)
El principio, dicha industrialización radica en la introducción del nuevo material constructivo, el hierro, en sus diferentes aleaciones con el carbono y las relativas técnicas constructivas implementadas para su rápida y económica utilización.

La importancia del tema en México está estrechamente relacionada con la relevancia que las estructuras metálicas tuvieron a nivel internacional a partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando los países industrializados empezaron a exportar elementos constructivos, e inclusive edificios enteros a los países colonizados en los cinco continentes, incluyendo las entonces jóvenes repúblicas de América Latina.

Kiosko Santa María la Ribera
Lo que hoy es el Kiosko Morisco, en la colonia Santa María la Ribera, Ciudad de México, fue en 1884 el Pabellón Morisco para la Exposición de Nueva Orleans, diseñado por el ingeniero JR Ibarrola.
(Cortesía FundarqMX / Roberta Vasallo)
Por arquitectura del hierro se entienden obras en las que se emplea el metal, siempre y cuando dicho material permanezca a la vista y su tarea estructural vaya acorde con el nuevo código estético propio de la incipiente modernización. Es decir, obras arquitectónicas de diversa escala, tanto las que fueron casi enteramente realizadas en metal aparente, como las que incluyeron elementos de hierro fundido o acero en algunas partes de su estructura u ornamentación.

La época porfiriana, el referente de la arquitectura de acero.
En México, a partir de la época porfiriana, se realizaron numerosos edificios con esqueleto de acero, material que tuvo una función exclusivamente estructural, ya que ninguno de sus componentes quedó a la vista y, por ende, no formó parte de la expresión estética de aquellas arquitecturas.

El desarrollo de la arquitectura del hierro en México coincide a grandes rasgos con las casi cuatro décadas del gobierno de Porfirio Díaz, desde 1877 a 1911; una época de la historia mexicana en la que se impulsó la realización de numerosas obras públicas y de infraestructura bajo la bandera del progreso y del liberalismo económico.

Puente de Ferrocarril
Puente de Ferrocarril, construido en 1908 en Armería, Colima. (Cortesía FundarqMX / Roberta Vasallo)
Las últimas obras de hierro aparente se inauguraron en 1910, en ocasión de los festejos del Centenario de la Independencia.

Con la caída de Díaz y el principio de la Revolución Mexicana, la actividad constructiva se detuvo casi totalmente y las obras metálicas posteriores al Porfiriato fueron proyectos que se concluyeron sucesivamente con unas variaciones estilísticas que reflejan una estética diferente, pero propia de una época nueva.

El empleo del hierro en la arquitectura en esa época significó el principio de la prefabricación en la práctica constructiva; una manera totalmente moderna de concebir la arquitectura que, a partir de ese momento y hasta el día de hoy se sigue realizando con materiales producidos industrialmente.

Puente Negro – Culiacán – Sinaloa
El Puente Negro fue construido en 1907 por la Compañía Americana de Puentes, en Culiacán, Sinaloa.
Se trata de una arquitectura “globalizada”, en cuanto producida en serie y adquirible a través de la venta por catálogo y transportada en barco a cualquier rincón del planeta.

Actualmente y hasta el 11 de agosto de 2019 se presenta en la Casa del Arquitecto, en la Ciudad de México, una breve exposición con fotografías de esa arquitectura, reunidas a partir del desarrollo del proyecto Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en colaboración con la Facultad de Arquitectura de la UNAM y el Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora.

La exposición muestra las múltiples tipologías arquitectónicas en las que se empleó la nueva técnica constructiva como puentes; aduanas; quioscos; mercados; iglesias; residencias; escuelas; edificios administrativos; tumbas; etcétera, a lo largo de la República Mexicana.

Tanque de agua Celaya
Un tanque de agua de Celaya, construido en 1910, donde se emplea el metal como tarea estructural, pero respeta el código estético.

Fuente: *FUNDARQMX. Fomento Universal para la Difusión Arquitectónica de México.

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Alacero 60 enfrenta industria 4.0

“Tenemos que enfrentar la innovación y la transformación digital”, destacó Sergio Leite de Andrade, CEO de la empresa brasileña Usiminas, durante el primer panel del Congreso Alacero 60. “No podemos ignorar las bases del futuro”, continuó, y se refirió a la sustentabilidad -más específicamente a la reducción de CO2 en las plantas siderúrgicas-, para enfrentar el cambio climático.

Y es que el evento tuvo paneles en los que se habló específicamente de estos desafíos que, durante mucho tiempo, no han sido enfrentados correctamente, y que ahora no se pueden evitar. Lo mencionó Paolo Rocca, presidente y CEO del Grupo Techint, al mencionar la necesidad de volver a interesar a los jóvenes en la industria, “porque nos miran como dinosaurios”, bromeó.

En América Latina el acero es utilizado en Construcción (51%), Productos metálicos (18%), Maquinaria mecánica (15%), Automotriz (12%), Equipamientos eléctricos (2%) y Electrodomésticos (1%)
“Para que nuestra industria retome toda su capacidad de atracción, de inversiones, de talentos, y de consenso de toda la comunidad en la cual estamos arraigados, necesitamos encarar con otra fuerza todos los componentes claves del tema ambiental”, dijo, y enumeró los desafíos grandes: el primero, asociado al cambio climático. “En este aspecto América Latina tiene una oportunidad importante, porque puede desarrollar una ventaja competitiva. Hace 20 años, después del acuerdo de Kioto, la World Steel Association analizó todo esto y emitió un documento extraordinario, muy importante, en el cual planteó todos los temas y cómo la industria del acero podía reducir la emisión de CO2 a lo largo de un período de tiempo. Veinte años después la intensidad de CO2 por tonelada no cambió en lo más mínimo”, sentenció. “La participación del acero eléctrico sigue siendo del 30%.”

En ese sentido, Rocca destacó el potencial renovable de la región, “con una matriz primaria más favorable, con un rol del gas que puede crecer muchísimo y asegurar una matriz energética mucho más limpia de lo que es la matriz total del mundo, o la matriz de países como India, que tiene una basada en el carbón”, dijo, a la vez que destacó la importancia de las comunidades cercanas a donde se encuentran las empresas, “que tienen la posibilidad de trabajar juntos por el progreso social”.

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El futuro para el acero en Latinoamérica

Las empresas buscan mitigar el impacto de la sobrecapacidad de producción china mientras fijan las metas para desarrollar cadenas de valor que hagan repuntar el negocio; la importancia de la sustentabilidad y la reducción de emisiones de CO2.

La sobrecapacidad de producción China impacta en el resto del mundo, pero lo hace más fuertemente en América Latina.

La sobrecapacidad China es quizás el centro de las dificultades de la industria del acero. Pero actualmente, en medio de la guerra comercial entre las principales potencias mundiales que afecta al resto de los países, sus economías, producción y cadenas de valor, las empresas productoras de acero de América Latina discuten cómo transformarse para mantenerse relevantes.

El comienzo de la guerra comercial liderada por el presidente estadounidense, Donald Trump , se dio con el acero como protagonista: Estados Unidos aplicó aranceles al acero, al aluminio y a paneles solares desde principios del año pasado. Desde aquel momento, se han sumado a la lista muchos productos más, tanto en China como en Estados Unidos, y a pesar de que han habido treguas, la tensión comercial continúa.

En el marco de la celebración por los 60 años de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), referentes de la industria se dieron cita la semana pasada en el hotel Hilton de la ciudad de Buenos Aires para discutir los desafíos regionales. En la apertura del congreso, Martín Berardi, presidente de la Cámara Argentina del Acero y presidente ejecutivo de Ternium Argentina, no sólo se refirió a la complejidad de la coyuntura mundial, sino también a las tensiones políticas que han venido creciendo en América Latina en las últimas semanas: “Estos son los factores exógenos que afectan a nuestros mercados, sin dudas, pero también hay un factor endógeno, y es la transformación que la industria está teniendo con el avance de la tecnología y la agenda de sustentabilidad”.

Para los empresarios no es un secreto que la actividad económica en la región está lenta y continuará ralentizándose. Los pronósticos de entidades como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Organización Mundial del Comercio (OMC) lo evidencian: se espera que el PBI crezca un 0,6% este año, la tasa más baja desde 2016, antes de aumentar 2,3% en 2020, según el FMI.

Y en cuanto al acero, el consumo aparente en la región en 2018 fue de 67 millones de toneladas (Mt), pero se estima una caída de 1,5%.

Los socios de Alacero producen cerca de 62 millones de toneladas anuales de acero en la región.
En un informe de Alacero, Francisco Leal, director general de la asociación, destaca que “la producción de acero crudo puede sufrir una caída estimada del 5,4% en relación a 2018, si se confirman los 61,6 Mt que se esperan al cierre de 2019”.

En tanto, la producción de laminados, que cerró 2018 con 54,3 Mt, “tiene una reducción estimada del 5,6% en 2019, totalizando 51,3 Mt”, añade.

Para Paolo Rocca, presidente y CEO del grupo Techint, los últimos diez años han sido difíciles: “Después de la crisis de 2008 la demanda de acero mundial creció 44%, pero el valor de nuestras empresas cayó entre 60% y 80%. En el entretiempo, la participación de China en el mercado mundial del acero aumentó del 35% al 50%, mientras América Latina, en este contexto, creció alrededor del 10% y las empresas han tenido dificultades importantes”.

Para Rocca, “no es fácil conseguir los capitales necesarios para transformarse”, y señala que la acotada rentabilidad de la industria se da como resultado del exceso de capacidad a nivel mundial, el bajo crecimiento de América Latina y la desindustrialización de los países de la región, que dependen cada vez más de las exportaciones de commodities.

Ranking
En el ranking mundial de producción de acero crudo China está a la cabeza con 924,3 Mt en 2018, seguido de India, con 109,3 Mt, Japón (104,3 Mt), Estados Unidos (86,6 Mt) y Corea del Sur (72,5 Mt), según datos de la World Steel Association.

Por su parte, América Latina en su conjunto produjo este año 61,6 millones de toneladas, un 5,4% más en comparación con 2018. Brasil es el primer productor con 33,4 Mt, seguido de México con 18,6 Mt, Argentina (4,7 Mt), Perú (1,2 Mt) y Colombia (1,1 Mt).

“China representa el 50% de la producción mundial de acero en el mundo”, destaca Edwin Basson, director general de la World Steel Association. “Pero dejemos de lado a China por un momento y pensemos, ¿qué pasará en el mundo en términos de uso y demanda del acero? ¿qué tanto acero requiere una sociedad para generar un millón de dólares de PBI? Si observamos a los países luego de la Segunda Guerra Mundial, vemos que, por ejemplo, países como Japón, Alemania, Francia y Estados Unidos usaron en las décadas de 1950 y 1960 alrededor de 30 Mt de acero para generar un millón de dólares de PBI. Hoy, esos mismos países usan solo alrededor de 10Mt de acero para generar un millón de dólares de PBI. Eso significa que la intensidad en el uso del acero cae a medida que las economías se desarrollan, y eso ya lo comenzamos a ver en China”, añade Basson.

924 millones de toneladas fue la producción de acero crudo de China en 2018.
Esa relación pone a los países en vías de desarrollo como potenciales mercados para el acero, dado su enfoque en infraestructura y desarrollo. Así, India parece tener todas las condiciones para liderar el consumo del acero, al igual que Vietnam.

“Y en la región, en cambio, cae el uso en México, a medida que sus condiciones económicas se asemejan más a las de Brasil”, señala Basson.

Acero y competitividad
Para Alacero, 2018 fue un punto de inflexión para la industria. Y 2019 inició con bajas expectativas que se mantuvieron debido a las adversidades internas y externas de los países latinoamericanos.

“Aunque la industria es uno de los pilares del desarrollo económico y social de la región, con relación entre el consumo aparente de acero y el PBI, las cifras muestran que hay un largo camino por recorrer”, indica un informe de la asociación, que nuclea a más de 60 empresas y cuya producción total es cercana a los 62Mt anuales.

“A diferencia del consumo mundial -continúa-, que se espera que crezca un 1,6%, el escenario latinoamericano muestra pérdida de competitividad y espacio en la producción de mayor valor agregado”, con un pronóstico de caída en el consumo del 2,3% en 2019.

Datos de la asociación, Cepal y la World Steel Association muestran que en la Argentina el consumo aparente de acero laminado per cápita cayó de 122 kilogramos (kg) en 2015 a 92 kg en 2019, en Brasil de 105 kg en 2015 a 103 kg en 2019, en Chile de 156kg a 140 kg y en Colombia pasó de 84 kg a 74 kg en el mismo período, lo que evidencia una tendencia homogénea a la baja en el consumo (números que preocupan y evidencian la ralentización de las economías latinoamericanas, al ser un indicador importante del desarrollo económico de la región).

En promedio, el consumo per cápita de acero laminado en América Latina pasó de 115 kg en 2015 a 105 kg en 2019.

Por otra parte, la previsión de consumo de China es de crecimiento, del 6,2%, “por encima no sólo del promedio mundial proyectado, sino también del aumento previsto del 2,1% para el consumo de América del Norte”. Asimismo, se espera que la Unión Europea experimente un aumento del 1,3% en la demanda aparente en 2019.

42 de 66 resoluciones antidumping y/o salvaguardas relacionadas con el acero vigentes en América Latina son contra China
Para Sergio Leite de Andrade, CEO de la brasileña Usiminas, este escenario tiene que ver con no haber protegido a la región. “El proceso de ‘desglobalización’ es algo que debemos vigilar, porque el comercio global está siendo reemplazado por un comercio regional y eso no es bueno para la industria”, dice.

Y añade: “También tenemos que prestarle atención al aumento del proteccionismo en todo el mundo, porque la única región que no tomó ninguna medida para proteger sus mercados, es América Latina”.

Para Rocca, el desarrollo de toda la cadena de valor industrial es esencial para que la industria regional prospere: “Hoy, en un cambio de ciclo de la globalización, creo que tenemos como industriales, como productores de acero y como promotores de nuestra cadena de valor, una oportunidad muy importante de volver a plantear dentro de nuestros países políticas económicas con foco en la promoción industrial, la creación de empleo y de un nivel de desarrollo de la cadena en nuestro continente, en un momento en que la cadena de valor con China se está interrumpiendo”.

Y Basson concluye: “En general, no tengo una imagen negativa de la industria. Hay un cierto crecimiento progresivo de la misma, así como de la demanda. El acero sigue siendo uno de los materiales más necesarios para el mundo, para la sociedad, y tiene una amplia gama de aplicaciones, además de ser reciclable y reutilizable”.

Fuente: lanacion.com.ar

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Amenaza por inmunidad medioambiental

Crisis en el Gobierno italiano por la ‘libertad para contaminar’.

El mayor centro siderúrgico europeo amenaza con cerrar si cesa su inmunidad medioambiental.

Bruselas – Giuseppe Conte lucha por encontrar una solución a la crisis industrial que ha copado las portadas nacionales durante todo el mes. ArcelorMittal, que se iba a hacer cargo de la acería de Taranto, anunció que se retiraba del acuerdo después de que el Ejecutivo aprobara retirar la cláusula de inmunidad que protegía a la empresa siderúrgica de sus responsabilidades medioambientales. La frágil coalición de Gobierno se encuentra dividida ante el conflicto y se asoma al abismo.
El mayor centro siderúrgico de Europa se encuentra al sur de la península italiana, en el istmo donde se ubica la ciudad de Taranto, en la región costera de Apulia. El rescate de la principal planta de acero de la ciudad, que representa nada menos que el 75% del PIB de la provincia, ha entrañado la primera crisis del Gobierno entre el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y el Partido Democrático (PD).

Giuseppe Conte, primer ministro de Italia, ha llamado a filas a sus ministros para intentar abordar un intrincado conflicto que abarca desde el ámbito económico y laboral hasta el medioambiente y la salud pública. Una patata caliente que ha ido pasando entre los sucesivos gobiernos transalpinos y que ha terminado por estallar ante una frágil coalición de gobierno, profundamente dividida en las vías de solución del conflicto.

La crisis saltaba a principios de mes, cuando el operador de la planta, la multinacional ArcelorMittal, anunció que se retiraría de su contrato de arrendamiento después de que el Gobierno italiano aprobara una ley que rebajaba las garantías legales que protegían a la empresa siderúrgica de responsabilidad medioambiental. El Ejecutivo, apoyado en su mayoría de miembros del Movimiento 5 Estrellas, partido con unas fuertes raíces ambientalistas, votó el mes pasado eliminar la cláusula de inmunidad, a pesar de que ArcelorMittal había dicho que no seguiría adelante con las reformas sin esa protección. La empresa siderúrgica cumplió su promesa este mes, enviando una notificación oficial de su intención de salirse el acuerdo.

ArcelorMittal, empresa con sede en Luxemburgo, acordó alquilar y finalmente comprar la planta -rescatada por el Gobierno italiano en 2012- invirtiendo 2.400 millones de euros para modernizar las instalaciones y reducir las emisiones tóxicas. En virtud al acuerdo original, que también incluía algunos recortes de plantilla, ArcelorMittal quedaba amparada por una ley que protegía a los directivos de los cargos penales basados en infracciones medioambientales o relacionadas con la salud.

La retirada del gigante siderúrgico supondría la bancarrota y el cierre de la acería a principios de 2020. Un duro golpe que ha puesto en pie de guerra a una ciudad que se divide entre los que temen el desempleo y los que temen las consecuencias de las emisiones de la planta. Una encrucijada que también ha quebrado al Gobierno de coalición de Conte, con un M5S en plena batalla interna con la facción que quiere que el Ejecutivo se mantenga firme contra ArcelorMittal, y un Giuseppe Conte que busca que una solución que pase por mantener la planta abierta y mantener unido a su Consejo de Ministros. La disyuntiva está siendo la munición perfecta para una oposición, liderada por Matteo Salvini, que quiere ver al Gobierno de coalición colapsar.

Durante años, los sucesivos Gobiernos transalpinos han aprobado diversas legislaciones para apoyar a la planta, provocando malestar entre la sociedad tarentina. La acería siempre ha sido tolerada como un mal necesario por gobiernos regionales y nacionales, ya que una cuarta parte de la población de Taranto (alrededor de 50.000 personas) depende de ella para su sustento. Pero un estudio exhaustivo publicado en junio por el organismo nacional de investigación sanitaria de Italia, el ISS, puso en evidencia los problemas de salud que una parte de la sociedad tarentina llevaba años denunciando. El informe reveló que entre 2005 y 2012 hubo casi el doble de linfomas entre los niños de Taranto, en comparación con los promedios regionales. Más de 3.000 muertes en este periodo de tiempo tuvieron una relación directa con una “exposición ambiental limitada”, según el estudio.

Un fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en enero decretó que Italia no podía aprobar nuevas leyes para proteger la planta, dadas las preocupaciones sanitarias asociadas con ella. Esto puso al gobierno en una situación aún más difícil, ya que las opciones de retener a ArcelorMittal se estrechan, por no decir que se esfuman. El cierre de la planta supondría la pérdida de unos 15.000 puestos de trabajo y un 0,2% del PIB del país, según un estudio de Svimez, asociación del sector industrial de la zona meridional del país. Esto representa la mitad del crecimiento de Italia en 2020, según las previsiones de la Comisión Europea.

Una auténtica hecatombe para un sur de Italia duramente golpeado por la crisis económica, la reconversión industrial y los conflictos medioambientales. Un callejón con pocas salidas para el gobierno que echó a andar hace tres meses y que podría caer pronto si no se encuentra una solución al cierre de la planta. Aunque los de Beppe Grillo han hecho de la lucha medioambiental uno de sus principales objetivos político, el sur sigue siendo uno de sus bastiones electorales y con la Liga de Salvini pisándoles los talones, una medida tan impopular para la clase trabajadora como cerrar la acería de Taranto podría salirles muy cara.

Fuente: m.deia.eus

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Planta en Taranto: ArcelorMittal

Los precios de la bobina laminada en caliente doméstica italiana (HRC) continuaron subiendo el martes 12 de noviembre, con la mayoría de las fábricas fuera del mercado y todas las miradas en el drama que se desarrolla alrededor de la planta de Taranto de ArcelorMittal, informó la agencia Argus.

Existe una creciente aceptación en el mercado de que ArcelorMittal se retirará de su acuerdo para comprar la planta, ya que un cierre ordenado por el juez del alto horno 2, junto con todos los otros problemas que ha enfrentado la planta, significa que no puede cumplir su plan industrial.

La compañía ha rechazado algunas cargas de mineral de hierro, pero algunos sugieren que esto fue el resultado de una huelga en la planta. La mayoría cree que es probable que la fabricación de hierro termine en Taranto si ArcelorMittal se retira; muchas partes interesadas locales están en contra del extremo caliente de la instalación dada la forma en que ha contaminado el área.

Debido a que ArcelorMittal no ofrece desde Ilva, y otra fábrica fuera del mercado y está mirando precios más altos por una disponibilidad más ajustada y costos de desechos firmes, solo queda realmente un proveedor de material base de BLC. Ha estado ofreciendo alrededor de 400 EUR / t (USD 441,18) de fábrica, y ha realizado transacciones a alrededor de 390 EUR / t (USD 430,15), y en algunos casos a niveles más altos.

El índice diario de BLC italiano de Argus aumentó en 3,25 EUR / ton hasta 389,25 EUR / t (USD 429,32) en fábrica el martes 12 de noviembre. El índice HRC del noroeste de Europa era estático a 413,50 EUR / t (USD 456) ex fábrica, dejando el descuento para el material italiano en 24,25 EUR / t.

Las importaciones en Italia tienen un mínimo de 400-410 € / t (US 441-452) cif, con niveles más altos también ofrecidos. Se ofreció material egipcio en Italia y la península ibérica a 420-430 euros / t (USD 463-474) cif.

Inesperadamente, las importaciones en Amberes se han escuchado por debajo de este nivel, más cerca de 400-410 EUR / t (USD 441-452) CFR. Los compradores en el norte de Europa están presionando por precios más bajos, pero con poco éxito. El tipo de cambio euro-dólar también ha hecho que el material importado sea menos competitivo.

Hay una creciente creencia de algunos en el norte de que los precios han tocado fondo, dados los recortes de capacidad. ArcelorMittal dijo que dejaría inactivo su alto horno de Cracovia, como se pretendía anteriormente. Pero al menos dos fábricas aún tienen disponibilidad para diciembre a niveles de paridad de importación.

Fuente: Argus

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Despidos aún con aranceles al acero

Ha habido informes de varios despidos en la industria del acero de EUA este año, en contraste con las noticias del año pasado sobre reinicios de plantas y nuevas plantas. El año pasado, los aranceles de la Sección 232 elevaron los precios del acero, que actualmente rondan los mínimos de varios años y provocan el cierre de plantas y la pérdida de empleos.

La industria del acero de EUA ha permanecido en los titulares desde la elección de Donald Trump hace tres años. Su elección desencadenó una ola de compras en acciones como U.S. Steel Corporation, AK Steel y Cleveland-Cliffs.

Manteniendo su palabra, Trump impuso un arancel del 25% a las importaciones de acero el año pasado, lo que provocó que los precios del acero en EUA subieran a niveles no vistos en una década en el primer semestre del año.

La caída de las importaciones y el aumento de los precios también provocaron un aumento de la producción nacional. A medida que aumentaron el flujo de caja y la rentabilidad, las fábricas nacionales anunciaron nuevos proyectos y el reinicio de algunas fábricas inactivas.

U.S. Steel Corporation, por ejemplo, reinició dos altos hornos que estuvieron inactivos en 2015. Nuevos molinos y reinicios significaron nuevos empleos en el sector manufacturero de EUA.

Fue un avance rápido hasta este año, y la industria del acero todavía está en las noticias, pero por otras razones. Ha habido varios cierres de plantas y despidos. A principios de este año, U.S. Steel cerró dos de sus altos hornos de EUA, , AK Steel cerró permanentemente sus instalaciones de Ashland Works y ArcelorMittal detuvo sus plantas de molienda de estaño. Los precios internos del acero cayeron a mínimos de varios años a pesar de los aranceles de la Sección 232 de Trump.

Ahora estamos viendo una nueva ola de despidos en la industria del acero. La semana pasada, U.S. Steel Corporation confirmó que está despidiendo a algunos empleados.

El Pittsburg Post-Gazette informó que la compañía dijo: “Necesitamos convertirnos realmente en una organización más ágil, eficiente y rápido”. Agregó: “Como parte de este proceso, estamos dando el paso difícil de eliminar una serie de posiciones no representadas en los Estados Unidos”. Sin embargo, la compañía no ha revelado cuántos empleados serían despedidos como parte de su reestructuración.

Argus Media informa que ArcelorMittal estará inactivo en uno de sus altos hornos en el puerto de Indiana. Típicamente, tal inactividad es seguida por despidos, especialmente considerando que la demanda de acero es modesta en el mejor de los casos. Además, con la nueva capacidad que entrará en funcionamiento en la próxima década, algunos altos hornos inactivos podrían cerrarse permanentemente. La planta Ashland Works de AK Steel es un ejemplo perfecto. La compañía cerró permanentemente la planta en función de su evaluación de la situación de la oferta y la demanda a largo plazo.

Mientras tanto, los despidos en la industria del acero de EUA han puesto los aranceles de la Sección 232 de Trump en el centro de atención. Se suponía que los aranceles cambiarían las fortunas de las empresas siderúrgicas estadounidenses, pero ese no es exactamente el caso, como lo reflejan la caída de los precios y la pérdida de empleos.

Por cierto, George Bush también probó suerte con los aranceles de acero en su mandato. Finalmente, tuvo que hacerlos retroceder. ¿Podrían los aranceles de Trump enfrentar el mismo destino? Para obtener más información, lea ¿Los aranceles de acero de Trump fracasarán como los aranceles de Bush?

Fuente: Reportacero

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Diferencia actual en metales por aranceles

Tras aranceles al acero en EUA, hoy los precios del acero están debajo del nivel inicial.

Cuando el presidente Trump impuso aranceles del 25% al acero extranjero en marzo de 2018, los compradores de Estados Unidos, aterrorizados, se apresuraron a hacer nuevos pedidos antes de las temidas interrupciones de suministro, lo que hizo que los precios subieran drásticamente.

Fue una bonanza instantánea para los productores nacionales de acero. Con mucha fanfarria, algunos anunciaron ambiciosos planes de expansión. United States Steel Corp. incluso encendió un par de altos hornos inactivos en Granite City, Illinois, y Trump aprovechó la ocasión para pronunciar un discurso conmovedor en la planta sobre el resurgimiento de la industria.

Qué diferencia ha hecho un año. Los precios del acero de referencia han caído muy por debajo de su nivel antes de que los aranceles entraran en vigor y ahora son aproximadamente la mitad de su pico en julio de 2018. La industria ha respondido con recortes de producción.

Y mientras que la fundición Granite City todavía está operando, United States Steel, con sede en Pittsburgh, ha comenzado a despedir a decenas de trabajadores en otros dos altos hornos, cerca de Detroit y en el este de Chicago, Ind. Varios otros fabricantes de acero están cerrando fábricas, inactivos empleados o cortando horas de trabajo de regreso, en Louisiana, Kentucky, West Virginia y Pennsylvania. El empleo general en las acerías ha cambiado poco desde hace dos años.

Es un problema político potencial, así como para Trump, quien ganó el cargo en 2016 con la promesa de ayudar a revivir la manufactura estadounidense y sus trabajadores de cuello azul.

La raíz del problema del acero es una tormenta perfecta que los líderes de la industria estadounidense, producidos por las políticas de Trump, crearon para ellos, sus empresas y sus empleados.

Envalentonados por los aranceles, la retórica pro-empresarial del presidente y los recortes de impuestos que invirtieron dinero en las arcas corporativas, las compañías siderúrgicas realizaron una ola de gastos que agregó capacidad de producción a un mercado interno que no lo necesitaba. Históricamente, las bajas tasas de interés se sumaron al entusiasmo de la industria del acero por invertir en plantas y equipos nuevos y mejorados.

Al mismo tiempo, la inclinación de Trump por una guerra comercial intermitente, intermitente, contribuyó a una desaceleración general de la economía global. La fabricación estadounidense, que junto con el sector de la construcción es el principal consumidor de acero estadounidense, se encuentra actualmente en recesión.

“Es absolutamente impactante que estemos agregando capacidad”, dijo Timna Tanners, analista de la industria del acero en BofA Merrill Lynch Global Research. La caída de la demanda y la mayor capacidad son una “combinación tóxica”, dijo, y agregó que la industria enfrenta un doloroso ajuste de cuentas: un “magneto de acero”.

Según las estimaciones de los analistas, más de 50 reinicios anunciados, expansiones y nuevos proyectos, la mayoría de los cuales ya están en marcha, aumentarán la capacidad de producción nacional de acero en aproximadamente un 20% en los próximos dos o tres años.

Los funcionarios de la administración Trump y el Instituto Americano del Hierro y el Acero, que representa a muchos productores nacionales de acero, argumentan que los aranceles han funcionado al frenar las importaciones y aumentar la participación de la producción estadounidense.

Es cierto que las importaciones de acero han caído como una parte del mercado interno total de acero, de aproximadamente el 30% de todas las compras de los Estados Unidos a un 20%. Pero incluso si las importaciones cayeran a cero, todavía habría más capacidad de producción en los Estados Unidos de lo necesario, en función de todos los nuevos proyectos en curso.

Además, cuando la mayor parte de la nueva capacidad comience más adelante el próximo año, dijo Tanners, la demanda de acero podría disminuir aún más. Los fabricantes de automóviles utilizan cada vez más aluminio y menos acero, y la construcción no residencial ya ha alcanzado su punto máximo.

Eso significa que los precios del acero podrían caer aún más. Los precios ya han caído para el punto de referencia de la bobina laminada en caliente de más de $ 900 por tonelada en julio del año pasado a alrededor de $ 470 hoy, dijo Timothy Triplett, editor senior de Steel Market Update.

“No ha resultado ser lo que pretendía”, dijo sobre los aranceles de Trump.

Cuando Trump impuso los aranceles metálicos en todo el mundo, tomó la medida alegando que las importaciones amenazaban la seguridad nacional estadounidense, aunque pocos estuvieron de acuerdo con esa idea, incluso el propio Departamento de Defensa de Trump. Además, la medida ofendió a los grandes países exportadores de acero, especialmente a los aliados, incluidos Canadá y la Unión Europea, que tomaron represalias con aranceles sobre las importaciones estadounidenses.

Trump eliminó recientemente los aranceles al acero en Canadá y México después de que dos países acordaron revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pero el daño ya estaba hecho.

Fuente: Reportacero

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Declaraciones de EUA a Japón sobre exceso de Acero

La Oficina del Representante de Comercio de EUA emitió la siguiente declaración al cierre de la reunión ministerial del Foro Mundial sobre Capacidad de Exceso de Acero celebrada hoy en Tokio, Japón. El representante comercial adjunto de Estados Unidos, Dennis Shea, dirigió la delegación de Estados Unidos en el Foro.

“Estados Unidos agradece a Japón por organizar esta reunión ministerial y por la energía que ha traído a su presidencia del proceso del Foro Global este año. Estados Unidos ha sido un socio activo y comprometido en este proceso, apoyando los esfuerzos de Japón para buscar la pronta implementación de las recomendaciones políticas anteriores del Foro, que tienen como objetivo reducir el exceso de capacidad, así como restablecer el equilibrio y la función del mercado en el sector siderúrgico mundial.

“La decisión de la gran mayoría de los miembros del Foro Global de continuar el trabajo del Foro más allá de 2019 es un reconocimiento de que el exceso excesivo de capacidad es una crisis continua. Las prescripciones de política y el proceso de intercambio de información del Foro Global no resolverán por sí solos la crisis del exceso de capacidad en el sector siderúrgico mundial. Esto solo sucederá cuando aquellos que han creado el problema tomen medidas concretas hacia una verdadera reforma basada en el mercado. La participación en el proceso del Foro Global es una señal del compromiso de cada gobierno miembro de adherirse a los principios destinados a garantizar resultados basados en el mercado.

“Estados Unidos continuará trabajando con socios de ideas afines para buscar soluciones a largo plazo a la crisis del exceso de capacidad global y las distorsiones del mercado y los desequilibrios globales que causa. Esto incluye, pero no se limita a, el intercambio de información sobre las políticas y prácticas de los países en la raíz de la crisis, cuyas medidas generan y mantienen la capacidad de fabricación de acero desalineada con las fuerzas del mercado. Al mismo tiempo, continuaremos tomando las medidas necesarias para abordar el impacto nocivo de esta crisis en curso en las empresas y los trabajadores de EUA, así como nuestros intereses esenciales de seguridad”.

Fuente: Reportacero

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Medidas proteccionistas en UE

La patronal siderúrgica da un toque de atención a la Unión Europea sobre el último ajuste realizado en las medidas de salvaguardia para controlar las importaciones. «Esta revisión mejora las debilidades técnicas, pero el mercado del acero sigue deprimido», advirtió hace unos días el director general de la Asociación Europea del Acero (Eurofer), Axel Eggert, organismo que aglutina a las compañías siderúrgicas más importantes y entre las que figura Arcelor. Si bien reconoce que la revisión las restricciones aplicadas de forma provisional en julio de 2018 y definitiva en febrero de este año han dado como resultado mejoras, señala que «aún no es suficiente para una gran parte del sector, sobre todo por que se enfrenta a una demanda doméstica de acero deprimida». El nuevo ajuste, que entró en vigor este mes, no satisface del todo a Eurofer, ya que considera que es una respuesta escasa ante «una presión importadora insostenible, que no disminuirá a pesar de los cambios introducidos».

El panorama que avista la patronal europea es muy negro. Apunta que los márgenes casi han desaparecido, los planes de producción se han recortado y las instalaciones en Europa han parado temporalmente, lo que afecta a miles de empleos. La caída de la demanda y el nivel elevado de las importaciones procedentes de países extracomunitarios -sobre todo de Turquía, China y Rusia– es una mezcla venenosa para la industria siderúrgica europea. «La salvaguardia mantiene la puerta abierta a estos volúmenes de importación históricamente altos, incluso a medida que las condiciones del mercado se deterioran».

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Ante las malas perspectivas, Eurofer insta a la Comisión Europea a que, «a su debido tiempo, revise más el nivel del contigente libre de aranceles, que es artificialmente alto, y los reduzca a cerca del volumen de importación que había entre 2015 y 2017». Las medidas de salvaguardia se adoptaron el año pasado ante los aranceles aplicados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump a las importaciones siderúrgicas. Esta política proteccionista provocó que países extracomunitarios desviasen su producción a Europa, lo que acarreó el desplome de los precios por sus menores costes productivos, al tener unas normativas ambientales más laxas y tarifas energéticas y laborales mucho más reducidas que en el viejo continente.

La Comisión Europea impuso aranceles del 25% a más de una veintena de categorías de productos, entre ellos los laminados en caliente y los destinados al sector automovilístico. No obstante, solo se aplican si los fabricantes superan el volumen medio anual importado en los tres años anteriores. Además, en la revisión que acaba de entrar en vigor, se reduce el ritmo de liberalización gradual y el contingente libre de tasas pasa a aumentar un 3% después de cada año de aplicación, en lugar del 5% que se estipulaba antes de la modificación.

En línea con Maroto

La reclamación de la patronal siderúrgica europea va en la misma línea que la carta enviada este mes por la ministra de Industria, Reyes Maroto, a la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmströn. Asimismo, Eurofer insta a continuar los esfuerzos internacionales contra la sobrecapacidad global, «que es la raíz de los desafíos que enfrenta el sector europeo en la actualidad». Bajo su punto de vista, es vital que «países como China, Indonesia, Irán, Rusia o Turquía dejen de acumular un exceso de capacidad que ponga en peligro el mercado mundial del acero. La salvaguardia, por sí sola, no será suficiente».

Esta situación perjudica especialmente a determinados productos, sobre todo «las láminas con revestimiento metálico para aplicaciones automotrices, las barras de refuerzo y el alambrón», apunta Eurofer. Precisamente, las instalaciones que fabrican este último en Gijón se encuentran «al borde del cierre», según manifestó Arcelor la semana pasada. Por ello, la multinacional suprimirá un turno de trabajo -pasará de cinco equipos a cuatro- en el tren de alambrón de manera indefinida.

Fuente: www.elcomercio.es

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