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El estudio de la arquitectura del hierro, aquella donde este material no cumple solo con la función estructural, es crucial para entender la historia de México, opina la arquitecta Roberta Vassallo.

Lo que hoy es el Gran Hotel de la Ciudad de México, fue en 1989 el Centro Mercantil, una estructura donde el acero más que estructural, funciona como un valor estético.


CIUDAD DE MÉXICO. El tema de la arquitectura del hierro en México, a pesar de haber sido muy poco estudiado, tiene una importancia fundamental para la comprensión del desarrollo de la historia de la arquitectura entre siglos XIX y XX, y en particular, la transformación radical que este quehacer y el arte en general han tenido durante las primeras décadas del siglo XX.

La industrialización de la arquitectura será un factor determinante de modernización, tanto en el campo de los procesos y técnicas constructivas, como en el plano de la estética.

Faro Puerto Tamaulipas
El Faro del Puerto de Tampico, construido en 1883 en Ciudad Madero, Tamaulipas, fue desarrollado por la Compañía de Puentes Keystone, y dirigido por el ingeniero JR Ibarrola. (Cortesía FundarqMX / Roberta Vasallo)
El principio, dicha industrialización radica en la introducción del nuevo material constructivo, el hierro, en sus diferentes aleaciones con el carbono y las relativas técnicas constructivas implementadas para su rápida y económica utilización.

La importancia del tema en México está estrechamente relacionada con la relevancia que las estructuras metálicas tuvieron a nivel internacional a partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando los países industrializados empezaron a exportar elementos constructivos, e inclusive edificios enteros a los países colonizados en los cinco continentes, incluyendo las entonces jóvenes repúblicas de América Latina.

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Kiosko Santa María la Ribera
Lo que hoy es el Kiosko Morisco, en la colonia Santa María la Ribera, Ciudad de México, fue en 1884 el Pabellón Morisco para la Exposición de Nueva Orleans, diseñado por el ingeniero JR Ibarrola.
(Cortesía FundarqMX / Roberta Vasallo)
Por arquitectura del hierro se entienden obras en las que se emplea el metal, siempre y cuando dicho material permanezca a la vista y su tarea estructural vaya acorde con el nuevo código estético propio de la incipiente modernización. Es decir, obras arquitectónicas de diversa escala, tanto las que fueron casi enteramente realizadas en metal aparente, como las que incluyeron elementos de hierro fundido o acero en algunas partes de su estructura u ornamentación.

La época porfiriana, el referente de la arquitectura de acero.
En México, a partir de la época porfiriana, se realizaron numerosos edificios con esqueleto de acero, material que tuvo una función exclusivamente estructural, ya que ninguno de sus componentes quedó a la vista y, por ende, no formó parte de la expresión estética de aquellas arquitecturas.

El desarrollo de la arquitectura del hierro en México coincide a grandes rasgos con las casi cuatro décadas del gobierno de Porfirio Díaz, desde 1877 a 1911; una época de la historia mexicana en la que se impulsó la realización de numerosas obras públicas y de infraestructura bajo la bandera del progreso y del liberalismo económico.

Puente de Ferrocarril
Puente de Ferrocarril, construido en 1908 en Armería, Colima. (Cortesía FundarqMX / Roberta Vasallo)
Las últimas obras de hierro aparente se inauguraron en 1910, en ocasión de los festejos del Centenario de la Independencia.

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Con la caída de Díaz y el principio de la Revolución Mexicana, la actividad constructiva se detuvo casi totalmente y las obras metálicas posteriores al Porfiriato fueron proyectos que se concluyeron sucesivamente con unas variaciones estilísticas que reflejan una estética diferente, pero propia de una época nueva.

El empleo del hierro en la arquitectura en esa época significó el principio de la prefabricación en la práctica constructiva; una manera totalmente moderna de concebir la arquitectura que, a partir de ese momento y hasta el día de hoy se sigue realizando con materiales producidos industrialmente.

Puente Negro – Culiacán – Sinaloa
El Puente Negro fue construido en 1907 por la Compañía Americana de Puentes, en Culiacán, Sinaloa.
Se trata de una arquitectura “globalizada”, en cuanto producida en serie y adquirible a través de la venta por catálogo y transportada en barco a cualquier rincón del planeta.

Actualmente y hasta el 11 de agosto de 2019 se presenta en la Casa del Arquitecto, en la Ciudad de México, una breve exposición con fotografías de esa arquitectura, reunidas a partir del desarrollo del proyecto Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en colaboración con la Facultad de Arquitectura de la UNAM y el Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora.

La exposición muestra las múltiples tipologías arquitectónicas en las que se empleó la nueva técnica constructiva como puentes; aduanas; quioscos; mercados; iglesias; residencias; escuelas; edificios administrativos; tumbas; etcétera, a lo largo de la República Mexicana.

Tanque de agua Celaya
Un tanque de agua de Celaya, construido en 1910, donde se emplea el metal como tarea estructural, pero respeta el código estético.

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Fuente: *FUNDARQMX. Fomento Universal para la Difusión Arquitectónica de México.

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