En marzo de 2018, Trump invocó la seguridad nacional para justificar aranceles de 25% a la importación de acero y del 10% a la de aluminio, si bien esa justificación podría ser válida en algunos casos, esta no era una de ellas, pues la industria del acero de EUA estaba operando a una capacidad de alrededor del 73%, y solo el 3% de la producción de acero y aluminio era necesaria para la defensa.
Además, al anunciar los aranceles, la administración Trump estipuló que las empresas que desean importar acero no disponible en el país podrían solicitar una exención, lo que significa que el gobierno tendría la facultad discrecional de otorgar “exclusiones” arancelarias a algunas empresas y negarlas a otras.
Bajo este sistema, cada aplicación de exención debe especificar el tipo y la cantidad de acero necesaria, incluyendo “composición química, dimensiones, resistencia, tenacidad, ductilidad, permeabilidad magnética, acabado de la superficie, recubrimientos y otros datos relevantes”. Se debe hacer una solicitud por separado. para cada tipo de acero, y los solicitantes deben demostrar que el tipo de acero necesario no está disponible en el país.
Dado que hay nueve criterios separados (más otros datos relevantes), el proceso de toma de decisiones para otorgar exenciones es inherentemente opaco.
Una vez que se presenta una solicitud de exención, se “publica” públicamente, dando a las empresas siderúrgicas nacionales siete días para objetar, sobre la base de que de hecho pueden proporcionar el tipo de acero en cuestión. Sus objeciones se someten a un período de revisión de siete días. Si el solicitante original refuta la objeción, el objetor tiene otros siete días para refutar la refutación.
Hasta marzo de 2019, el gobierno había recibido 51,345 solicitudes de exenciones y 19,543 objeciones. Los retrasos se habían acumulado, y los comentaristas señalaron que una parte desproporcionada de las objeciones provenía de solo tres compañías estadounidenses: US Steel, Nucor y AK Steel y aplicaron a un volumen de acero 169% por encima de su capacidad combinada.
A partir de septiembre de 2018, el número promedio de solicitudes de exención por empresa fue de 43, y una empresa presentó hasta 2,563. Después de casi un año, el Departamento de Comercio había aprobado solo el 59% de las solicitudes sin objeciones, y menos del 1% de las que tenían objeciones. Aunque la seguridad nacional había sido la justificación de los aranceles, mucho más acero importado de China recibió exenciones que el acero de Canadá o México.
No es sorprendente que este proceso haya generado múltiples quejas. Incluso el Inspector General del Departamento de Comercio (IG), por ejemplo, descubrió que el sistema se basa en “un proceso de apelaciones no oficial” y puede estar sujeto a una “influencia inadecuada”, dado que los procedimientos se han modificado después de una objeción y que Ha habido documentación inadecuada de las reuniones y llamadas telefónicas con las partes interesadas.
Quizás peor, las diferentes compañías que solicitan exenciones para el mismo tipo de acero importado han experimentado resultados diferentes.
Si las solicitudes de algunas empresas son aceptadas mientras que otras no, las personas con exenciones tendrán una ventaja de costo de facto sobre otras empresas. Claramente, el campo de juego es desigual, dado que ha habido suficientes quejas para desencadenar una investigación de IG.
Según Reuters, un fabricante estadounidense de latas ha recibido una exención para sus importaciones, mientras que otros se han enfrentado a negaciones y demoras.
La Secretaria de Economía (SE) determinó aplicar cuotas compensatorias provisionales a las importaciones de productos planos de acero inoxidable laminado en frío, incluidas las definitivas y temporales, originarias de China, y de Taipéi, independientemente del país de procedencia.
La dependencia manifestó que continúa el procedimiento de investigación en materia de prácticas desleales de comercio internacional en su modalidad de discriminación de precios de los productos planos de acero inoxidable laminados en frío, resistentes al calor y a la corrosión, de anchura superior o igual a 600 milímetros (mm) y espesor entre 0.3 mm y 1 mm, y de anchura inferior a 600 mm y espesor entre 0.3 mm y 4.0 mm.
Este producto se comercializa en forma de bobinas, rollos, flejes, cintas, hojas y chapas, entre otras.
La SE impuso la cuota de:
a. de 121.46% para Shanxi, y
b. de 88.42% para las demás empresas exportadoras de China.
Outokumpu Mexinox solicitó el pasado 31 de enero de 2019, el inicio de la investigación y el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó la resolución de inicio el 5 de abril del presente año y fijó como periodo investigado el comprendido del 1 de octubre de 2017 al 30 de septiembre de 2018, y como periodo de análisis de daño el comprendido del 1 de octubre de 2015 al 30 de septiembre de 2018.
A su vez, detalló que continúa el procedimiento de prácticas desleales sin la imposición de cuotas compensatorias provisionales a las importaciones de productos planos de acero inoxidable laminados en frío, incluidas las definitivas y temporales, así como las que ingresan al amparo de la Regla Octava para la aplicación de la TIGIE, originarias de Taiwán, independientemente del país de procedencia, que ingresan por las fracciones arancelarias 7219.34.01, 7219.35.01 y 7220.20.02 de la TIGIE y al amparo de la Regla Octava por las fracciones 9802.00.01, 9802.00.02, 9802.00.03, 9802.00.07, 9802.00.10, 9802.00.13 y 9802.00.19 de la TIGIE, o por cualquier otra.
Refirió que los interesados podrán garantizar el pago de la cuota compensatoria que corresponda, en alguna de las formas previstas en el CFF.
Además, detalló que de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 66 de la LCE, los importadores que conforme a esta Resolución deban pagar la cuota compensatoria provisional, no estarán obligados al pago de la misma si comprueban que el país de origen de la mercancía es distinto a China.
La comprobación del origen de la mercancía se hará conforme a lo previsto en el acuerdo por el que se establecen las normas para la determinación del país de origen de las mercancías importadas y las disposiciones para su certificación,
La SE concedió un plazo de 20 días hábiles, contados a partir de mañana, para que las partes interesadas acreditas en el procedimiento, de considerarlo conveniente, comparezcan ante la Secretaría para presentar los argumentos y pruebas complementarias que estimen pertinentes.
Este plazo concluirá a las 14:00 horas del día de su vencimiento.
Las empresas buscan mitigar el impacto de la sobrecapacidad de producción china mientras fijan las metas para desarrollar cadenas de valor que hagan repuntar el negocio; la importancia de la sustentabilidad y la reducción de emisiones de CO2.
La sobrecapacidad de producción China impacta en el resto del mundo, pero lo hace más fuertemente en América Latina.
La sobrecapacidad China es quizás el centro de las dificultades de la industria del acero. Pero actualmente, en medio de la guerra comercial entre las principales potencias mundiales que afecta al resto de los países, sus economías, producción y cadenas de valor, las empresas productoras de acero de América Latina discuten cómo transformarse para mantenerse relevantes.
El comienzo de la guerra comercial liderada por el presidente estadounidense, Donald Trump , se dio con el acero como protagonista: Estados Unidos aplicó aranceles al acero, al aluminio y a paneles solares desde principios del año pasado. Desde aquel momento, se han sumado a la lista muchos productos más, tanto en China como en Estados Unidos, y a pesar de que han habido treguas, la tensión comercial continúa.
En el marco de la celebración por los 60 años de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), referentes de la industria se dieron cita la semana pasada en el hotel Hilton de la ciudad de Buenos Aires para discutir los desafíos regionales. En la apertura del congreso, Martín Berardi, presidente de la Cámara Argentina del Acero y presidente ejecutivo de Ternium Argentina, no sólo se refirió a la complejidad de la coyuntura mundial, sino también a las tensiones políticas que han venido creciendo en América Latina en las últimas semanas: “Estos son los factores exógenos que afectan a nuestros mercados, sin dudas, pero también hay un factor endógeno, y es la transformación que la industria está teniendo con el avance de la tecnología y la agenda de sustentabilidad”.
Para los empresarios no es un secreto que la actividad económica en la región está lenta y continuará ralentizándose. Los pronósticos de entidades como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Organización Mundial del Comercio (OMC) lo evidencian: se espera que el PBI crezca un 0,6% este año, la tasa más baja desde 2016, antes de aumentar 2,3% en 2020, según el FMI.
Y en cuanto al acero, el consumo aparente en la región en 2018 fue de 67 millones de toneladas (Mt), pero se estima una caída de 1,5%.
Los socios de Alacero producen cerca de 62 millones de toneladas anuales de acero en la región. En un informe de Alacero, Francisco Leal, director general de la asociación, destaca que “la producción de acero crudo puede sufrir una caída estimada del 5,4% en relación a 2018, si se confirman los 61,6 Mt que se esperan al cierre de 2019”.
En tanto, la producción de laminados, que cerró 2018 con 54,3 Mt, “tiene una reducción estimada del 5,6% en 2019, totalizando 51,3 Mt”, añade.
Para Paolo Rocca, presidente y CEO del grupo Techint, los últimos diez años han sido difíciles: “Después de la crisis de 2008 la demanda de acero mundial creció 44%, pero el valor de nuestras empresas cayó entre 60% y 80%. En el entretiempo, la participación de China en el mercado mundial del acero aumentó del 35% al 50%, mientras América Latina, en este contexto, creció alrededor del 10% y las empresas han tenido dificultades importantes”.
Para Rocca, “no es fácil conseguir los capitales necesarios para transformarse”, y señala que la acotada rentabilidad de la industria se da como resultado del exceso de capacidad a nivel mundial, el bajo crecimiento de América Latina y la desindustrialización de los países de la región, que dependen cada vez más de las exportaciones de commodities.
Ranking
En el ranking mundial de producción de acero crudo China está a la cabeza con 924,3 Mt en 2018, seguido de India, con 109,3 Mt, Japón (104,3 Mt), Estados Unidos (86,6 Mt) y Corea del Sur (72,5 Mt), según datos de la World Steel Association.
Por su parte, América Latina en su conjunto produjo este año 61,6 millones de toneladas, un 5,4% más en comparación con 2018. Brasil es el primer productor con 33,4 Mt, seguido de México con 18,6 Mt, Argentina (4,7 Mt), Perú (1,2 Mt) y Colombia (1,1 Mt).
“China representa el 50% de la producción mundial de acero en el mundo”, destaca Edwin Basson, director general de la World Steel Association. “Pero dejemos de lado a China por un momento y pensemos, ¿qué pasará en el mundo en términos de uso y demanda del acero? ¿qué tanto acero requiere una sociedad para generar un millón de dólares de PBI? Si observamos a los países luego de la Segunda Guerra Mundial, vemos que, por ejemplo, países como Japón, Alemania, Francia y Estados Unidos usaron en las décadas de 1950 y 1960 alrededor de 30 Mt de acero para generar un millón de dólares de PBI. Hoy, esos mismos países usan solo alrededor de 10Mt de acero para generar un millón de dólares de PBI. Eso significa que la intensidad en el uso del acero cae a medida que las economías se desarrollan, y eso ya lo comenzamos a ver en China”, añade Basson.
924 millones de toneladas fue la producción de acero crudo de China en 2018. Esa relación pone a los países en vías de desarrollo como potenciales mercados para el acero, dado su enfoque en infraestructura y desarrollo. Así, India parece tener todas las condiciones para liderar el consumo del acero, al igual que Vietnam.
“Y en la región, en cambio, cae el uso en México, a medida que sus condiciones económicas se asemejan más a las de Brasil”, señala Basson.
Acero y competitividad
Para Alacero, 2018 fue un punto de inflexión para la industria. Y 2019 inició con bajas expectativas que se mantuvieron debido a las adversidades internas y externas de los países latinoamericanos.
“Aunque la industria es uno de los pilares del desarrollo económico y social de la región, con relación entre el consumo aparente de acero y el PBI, las cifras muestran que hay un largo camino por recorrer”, indica un informe de la asociación, que nuclea a más de 60 empresas y cuya producción total es cercana a los 62Mt anuales.
“A diferencia del consumo mundial -continúa-, que se espera que crezca un 1,6%, el escenario latinoamericano muestra pérdida de competitividad y espacio en la producción de mayor valor agregado”, con un pronóstico de caída en el consumo del 2,3% en 2019.
Datos de la asociación, Cepal y la World Steel Association muestran que en la Argentina el consumo aparente de acero laminado per cápita cayó de 122 kilogramos (kg) en 2015 a 92 kg en 2019, en Brasil de 105 kg en 2015 a 103 kg en 2019, en Chile de 156kg a 140 kg y en Colombia pasó de 84 kg a 74 kg en el mismo período, lo que evidencia una tendencia homogénea a la baja en el consumo (números que preocupan y evidencian la ralentización de las economías latinoamericanas, al ser un indicador importante del desarrollo económico de la región).
En promedio, el consumo per cápita de acero laminado en América Latina pasó de 115 kg en 2015 a 105 kg en 2019.
Por otra parte, la previsión de consumo de China es de crecimiento, del 6,2%, “por encima no sólo del promedio mundial proyectado, sino también del aumento previsto del 2,1% para el consumo de América del Norte”. Asimismo, se espera que la Unión Europea experimente un aumento del 1,3% en la demanda aparente en 2019.
42 de 66 resoluciones antidumping y/o salvaguardas relacionadas con el acero vigentes en América Latina son contra China
Para Sergio Leite de Andrade, CEO de la brasileña Usiminas, este escenario tiene que ver con no haber protegido a la región. “El proceso de ‘desglobalización’ es algo que debemos vigilar, porque el comercio global está siendo reemplazado por un comercio regional y eso no es bueno para la industria”, dice.
Y añade: “También tenemos que prestarle atención al aumento del proteccionismo en todo el mundo, porque la única región que no tomó ninguna medida para proteger sus mercados, es América Latina”.
Para Rocca, el desarrollo de toda la cadena de valor industrial es esencial para que la industria regional prospere: “Hoy, en un cambio de ciclo de la globalización, creo que tenemos como industriales, como productores de acero y como promotores de nuestra cadena de valor, una oportunidad muy importante de volver a plantear dentro de nuestros países políticas económicas con foco en la promoción industrial, la creación de empleo y de un nivel de desarrollo de la cadena en nuestro continente, en un momento en que la cadena de valor con China se está interrumpiendo”.
Y Basson concluye: “En general, no tengo una imagen negativa de la industria. Hay un cierto crecimiento progresivo de la misma, así como de la demanda. El acero sigue siendo uno de los materiales más necesarios para el mundo, para la sociedad, y tiene una amplia gama de aplicaciones, además de ser reciclable y reutilizable”.
Ha habido informes de varios despidos en la industria del acero de EUA este año, en contraste con las noticias del año pasado sobre reinicios de plantas y nuevas plantas. El año pasado, los aranceles de la Sección 232 elevaron los precios del acero, que actualmente rondan los mínimos de varios años y provocan el cierre de plantas y la pérdida de empleos.
La industria del acero de EUA ha permanecido en los titulares desde la elección de Donald Trump hace tres años. Su elección desencadenó una ola de compras en acciones como U.S. Steel Corporation, AK Steel y Cleveland-Cliffs.
Manteniendo su palabra, Trump impuso un arancel del 25% a las importaciones de acero el año pasado, lo que provocó que los precios del acero en EUA subieran a niveles no vistos en una década en el primer semestre del año.
La caída de las importaciones y el aumento de los precios también provocaron un aumento de la producción nacional. A medida que aumentaron el flujo de caja y la rentabilidad, las fábricas nacionales anunciaron nuevos proyectos y el reinicio de algunas fábricas inactivas.
U.S. Steel Corporation, por ejemplo, reinició dos altos hornos que estuvieron inactivos en 2015. Nuevos molinos y reinicios significaron nuevos empleos en el sector manufacturero de EUA.
Fue un avance rápido hasta este año, y la industria del acero todavía está en las noticias, pero por otras razones. Ha habido varios cierres de plantas y despidos. A principios de este año, U.S. Steel cerró dos de sus altos hornos de EUA, , AK Steel cerró permanentemente sus instalaciones de Ashland Works y ArcelorMittal detuvo sus plantas de molienda de estaño. Los precios internos del acero cayeron a mínimos de varios años a pesar de los aranceles de la Sección 232 de Trump.
Ahora estamos viendo una nueva ola de despidos en la industria del acero. La semana pasada, U.S. Steel Corporation confirmó que está despidiendo a algunos empleados.
El Pittsburg Post-Gazette informó que la compañía dijo: “Necesitamos convertirnos realmente en una organización más ágil, eficiente y rápido”. Agregó: “Como parte de este proceso, estamos dando el paso difícil de eliminar una serie de posiciones no representadas en los Estados Unidos”. Sin embargo, la compañía no ha revelado cuántos empleados serían despedidos como parte de su reestructuración.
Argus Media informa que ArcelorMittal estará inactivo en uno de sus altos hornos en el puerto de Indiana. Típicamente, tal inactividad es seguida por despidos, especialmente considerando que la demanda de acero es modesta en el mejor de los casos. Además, con la nueva capacidad que entrará en funcionamiento en la próxima década, algunos altos hornos inactivos podrían cerrarse permanentemente. La planta Ashland Works de AK Steel es un ejemplo perfecto. La compañía cerró permanentemente la planta en función de su evaluación de la situación de la oferta y la demanda a largo plazo.
Mientras tanto, los despidos en la industria del acero de EUA han puesto los aranceles de la Sección 232 de Trump en el centro de atención. Se suponía que los aranceles cambiarían las fortunas de las empresas siderúrgicas estadounidenses, pero ese no es exactamente el caso, como lo reflejan la caída de los precios y la pérdida de empleos.
Por cierto, George Bush también probó suerte con los aranceles de acero en su mandato. Finalmente, tuvo que hacerlos retroceder. ¿Podrían los aranceles de Trump enfrentar el mismo destino? Para obtener más información, lea ¿Los aranceles de acero de Trump fracasarán como los aranceles de Bush?
México continuó imponiendo aranceles a los productos de acero por otros 5 años.
Se ha informado que el Ministerio de Economía de México decidió extender los aranceles del 15% sobre importación de productos de acero hasta 2024.
Los productos relevantes incluían bobinas laminadas en caliente, bobinas laminadas en frío, placas gruesas de acero, tuberías de acero, alambres y secciones de acero que estarían sujetas a aranceles de importación del 15%, respectivamente.
Antes de eso, el gobierno mexicano ha impuesto aranceles de importación desde 2015 para evitar la importación de productos de acero, especialmente los productos de acero chinos que amenazan la industria siderúrgica nacional, mientras que se prorrogan automáticamente por seis meses.
Cepal ajusta a 0.2% el crecimiento de México para 2019
Afirma que México no está a salvo de nuevos aranceles al acero por parte de EU y considera necesario ratificar al T-MEC
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revisó a la baja su pronóstico de crecimiento económico para México en 2019, al pasar de 1% a 0.2%, como consecuencia de un retraso en la ejecución del presupuesto económico, la falta de inversión y una desaceleración global.
Al presentar su Informe anual Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe 2019, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo, recordó que el pronóstico sobre el Producto Interno Bruto (PIB) de México se da en un contexto en donde las economías globales atraviesan por presiones asociadas a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
Nosotros aún pensamos que el crecimiento de este año será positivo, nuestra estimación es de 0.2%. No hay duda que el contexto externo impacta a las economías del mundo y México no es la excepción, dijo.
Precisó que México tiene áreas internas donde se debe poner especial atención, como los niveles de inversión pública y privada; tratar de hacer más eficiente el ejercicio del gasto público y la protección social, para salvaguardar a los grupos más vulnerables.
Hay que entender que en México se presentó un cambio de modelo que se está sintiendo; es el primer año y es un cambio que exige un ajuste desde muchos puntos de vista. No podemos decir que es una curva de aprendizaje respecto a otros gobiernos, explicó.
Asimismo, alertó que entre los focos rojos para la economía mexicana se encuentran la posibilidad de mayores aranceles a las exportaciones de acero o restricciones migratorias por parte de Estados Unidos, así como también la falta de ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Por otro lado, destacó que si bien las tensiones comerciales entre EU y China han impactado a diversas economías a nivel global, México es una de las naciones más beneficiadas por dicho conflicto, pues se logró posicionar como el principal socio comercial del país vecino del norte.
Bárcena recordó que las exportaciones de México hacia Estados Unidos crecieron 6.3% de enero a agosto de 2019, y para el resto del mundo se incrementaron un 2.8%, convirtiéndose en líder de comercio exterior de la región.
Tras aranceles al acero en EUA, hoy los precios del acero están debajo del nivel inicial.
Cuando el presidente Trump impuso aranceles del 25% al acero extranjero en marzo de 2018, los compradores de Estados Unidos, aterrorizados, se apresuraron a hacer nuevos pedidos antes de las temidas interrupciones de suministro, lo que hizo que los precios subieran drásticamente.
Fue una bonanza instantánea para los productores nacionales de acero. Con mucha fanfarria, algunos anunciaron ambiciosos planes de expansión. United States Steel Corp. incluso encendió un par de altos hornos inactivos en Granite City, Illinois, y Trump aprovechó la ocasión para pronunciar un discurso conmovedor en la planta sobre el resurgimiento de la industria.
Qué diferencia ha hecho un año. Los precios del acero de referencia han caído muy por debajo de su nivel antes de que los aranceles entraran en vigor y ahora son aproximadamente la mitad de su pico en julio de 2018. La industria ha respondido con recortes de producción.
Y mientras que la fundición Granite City todavía está operando, United States Steel, con sede en Pittsburgh, ha comenzado a despedir a decenas de trabajadores en otros dos altos hornos, cerca de Detroit y en el este de Chicago, Ind. Varios otros fabricantes de acero están cerrando fábricas, inactivos empleados o cortando horas de trabajo de regreso, en Louisiana, Kentucky, West Virginia y Pennsylvania. El empleo general en las acerías ha cambiado poco desde hace dos años.
Es un problema político potencial, así como para Trump, quien ganó el cargo en 2016 con la promesa de ayudar a revivir la manufactura estadounidense y sus trabajadores de cuello azul.
La raíz del problema del acero es una tormenta perfecta que los líderes de la industria estadounidense, producidos por las políticas de Trump, crearon para ellos, sus empresas y sus empleados.
Envalentonados por los aranceles, la retórica pro-empresarial del presidente y los recortes de impuestos que invirtieron dinero en las arcas corporativas, las compañías siderúrgicas realizaron una ola de gastos que agregó capacidad de producción a un mercado interno que no lo necesitaba. Históricamente, las bajas tasas de interés se sumaron al entusiasmo de la industria del acero por invertir en plantas y equipos nuevos y mejorados.
Al mismo tiempo, la inclinación de Trump por una guerra comercial intermitente, intermitente, contribuyó a una desaceleración general de la economía global. La fabricación estadounidense, que junto con el sector de la construcción es el principal consumidor de acero estadounidense, se encuentra actualmente en recesión.
“Es absolutamente impactante que estemos agregando capacidad”, dijo Timna Tanners, analista de la industria del acero en BofA Merrill Lynch Global Research. La caída de la demanda y la mayor capacidad son una “combinación tóxica”, dijo, y agregó que la industria enfrenta un doloroso ajuste de cuentas: un “magneto de acero”.
Según las estimaciones de los analistas, más de 50 reinicios anunciados, expansiones y nuevos proyectos, la mayoría de los cuales ya están en marcha, aumentarán la capacidad de producción nacional de acero en aproximadamente un 20% en los próximos dos o tres años.
Los funcionarios de la administración Trump y el Instituto Americano del Hierro y el Acero, que representa a muchos productores nacionales de acero, argumentan que los aranceles han funcionado al frenar las importaciones y aumentar la participación de la producción estadounidense.
Es cierto que las importaciones de acero han caído como una parte del mercado interno total de acero, de aproximadamente el 30% de todas las compras de los Estados Unidos a un 20%. Pero incluso si las importaciones cayeran a cero, todavía habría más capacidad de producción en los Estados Unidos de lo necesario, en función de todos los nuevos proyectos en curso.
Además, cuando la mayor parte de la nueva capacidad comience más adelante el próximo año, dijo Tanners, la demanda de acero podría disminuir aún más. Los fabricantes de automóviles utilizan cada vez más aluminio y menos acero, y la construcción no residencial ya ha alcanzado su punto máximo.
Eso significa que los precios del acero podrían caer aún más. Los precios ya han caído para el punto de referencia de la bobina laminada en caliente de más de $ 900 por tonelada en julio del año pasado a alrededor de $ 470 hoy, dijo Timothy Triplett, editor senior de Steel Market Update.
“No ha resultado ser lo que pretendía”, dijo sobre los aranceles de Trump.
Cuando Trump impuso los aranceles metálicos en todo el mundo, tomó la medida alegando que las importaciones amenazaban la seguridad nacional estadounidense, aunque pocos estuvieron de acuerdo con esa idea, incluso el propio Departamento de Defensa de Trump. Además, la medida ofendió a los grandes países exportadores de acero, especialmente a los aliados, incluidos Canadá y la Unión Europea, que tomaron represalias con aranceles sobre las importaciones estadounidenses.
Trump eliminó recientemente los aranceles al acero en Canadá y México después de que dos países acordaron revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pero el daño ya estaba hecho.
Estados Unidos dijo el miércoles que promulgará aranceles del 10% sobre aviones Airbus fabricados en Europa y gravámenes del 25% al vino francés, el whisky escocés e irlandés y al queso proveniente de todo el continente como castigo por subvenciones ilegales de la UE a los aviones.
El anuncio se produjo después de que Estados Unidos obtuvo el miércoles una autorización de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para imponer aranceles a 7.500 millones de dólares en bienes europeos, lo que amenaza con desencadenar una guerra comercial transatlántica en momentos de debilidad de la economía mundial.
La lista anunciada por el Representante de Comercio de Estados Unidos, que entrará en vigencia el 18 de octubre, incluye aranceles del 10% a los grandes aviones de Airbus fabricados en Francia, Reino Unido, Alemania y España.
Sin embargo, no se impondrán aranceles a las piezas de los aviones fabricadas en la UE que se utilizan en las operaciones de ensamblaje de Airbus en Alabama, ni tampoco a las usadas por el fabricante de aviones estadounidense Boeing Co, salvaguardando empleos manufactureros en Estados Unidos.
En su lugar, la lista de aranceles está fuertemente dirigida a los cuatro países del consorcio Airbus, con productos que incluyen el vino francés, las aceitunas españolas, el whisky británico, suéteres y prendas de lana y herramientas y café de Alemania.
El queso de casi todos los países de la UE se verá afectado por aranceles del 25%, pero el vino y el aceite de oliva de Italia se salvaron de los nuevos gravámenes, al igual que el chocolate europeo.
“Finalmente, después de 15 años de litigios, la OMC confirmó que Estados Unidos tiene derecho a imponer contramedidas en respuesta a los subsidios ilegales de la UE”, dijo el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, en un comunicado.
“Esperamos entablar negociaciones con la Unión Europea para resolver este problema de una manera que beneficie a los trabajadores estadounidenses”, agregó Lighthizer.
Los árbitros de la OMC dijeron que Boeing perdió el equivalente a 7.500 millones de dólares en ventas anuales y sufrió la interrupción de las entregas de algunos de sus aviones más grandes debido a préstamos baratos del gobierno europeo a Airbus.
La decisión, que confirma una cifra reportada por Reuters la semana pasada, permite a Washington apuntar al mismo valor de bienes de la UE, pero prohíbe cualquier represalia contra los servicios financieros europeos.
La administración Trump solicitó a la OMC una reunión de emergencia para dar la ratificación formal necesaria a la entrada en vigencia de los aranceles a mediados de octubre.
La noticia, sumada a las preocupaciones sobre la desaceleración del crecimiento global, hundió a las acciones europeas el miércoles. El índice paneuropeo STOXX 600 bajó 2,7%, su peor día desde diciembre de 2018.
Las acciones de Airbus, en tanto, perdieron un 2%.
Los principales índices de Wall Street, en tanto, sufrieron sus caídas más pronunciadas de un día en casi seis semanas después de que datos de empleo y manufacturas sugirieron que la guerra comercial entre Estados Unidos y China está afectando cada vez más a la economía estadounidense.
La patronal siderúrgica da un toque de atención a la Unión Europea sobre el último ajuste realizado en las medidas de salvaguardia para controlar las importaciones. «Esta revisión mejora las debilidades técnicas, pero el mercado del acero sigue deprimido», advirtió hace unos días el director general de la Asociación Europea del Acero (Eurofer), Axel Eggert, organismo que aglutina a las compañías siderúrgicas más importantes y entre las que figura Arcelor. Si bien reconoce que la revisión las restricciones aplicadas de forma provisional en julio de 2018 y definitiva en febrero de este año han dado como resultado mejoras, señala que «aún no es suficiente para una gran parte del sector, sobre todo por que se enfrenta a una demanda doméstica de acero deprimida». El nuevo ajuste, que entró en vigor este mes, no satisface del todo a Eurofer, ya que considera que es una respuesta escasa ante «una presión importadora insostenible, que no disminuirá a pesar de los cambios introducidos».
El panorama que avista la patronal europea es muy negro. Apunta que los márgenes casi han desaparecido, los planes de producción se han recortado y las instalaciones en Europa han parado temporalmente, lo que afecta a miles de empleos. La caída de la demanda y el nivel elevado de las importaciones procedentes de países extracomunitarios -sobre todo de Turquía, China y Rusia– es una mezcla venenosa para la industria siderúrgica europea. «La salvaguardia mantiene la puerta abierta a estos volúmenes de importación históricamente altos, incluso a medida que las condiciones del mercado se deterioran».
Ante las malas perspectivas, Eurofer insta a la Comisión Europea a que, «a su debido tiempo, revise más el nivel del contigente libre de aranceles, que es artificialmente alto, y los reduzca a cerca del volumen de importación que había entre 2015 y 2017». Las medidas de salvaguardia se adoptaron el año pasado ante los aranceles aplicados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump a las importaciones siderúrgicas. Esta política proteccionista provocó que países extracomunitarios desviasen su producción a Europa, lo que acarreó el desplome de los precios por sus menores costes productivos, al tener unas normativas ambientales más laxas y tarifas energéticas y laborales mucho más reducidas que en el viejo continente.
La Comisión Europea impuso aranceles del 25% a más de una veintena de categorías de productos, entre ellos los laminados en caliente y los destinados al sector automovilístico. No obstante, solo se aplican si los fabricantes superan el volumen medio anual importado en los tres años anteriores. Además, en la revisión que acaba de entrar en vigor, se reduce el ritmo de liberalización gradual y el contingente libre de tasas pasa a aumentar un 3% después de cada año de aplicación, en lugar del 5% que se estipulaba antes de la modificación.
En línea con Maroto
La reclamación de la patronal siderúrgica europea va en la misma línea que la carta enviada este mes por la ministra de Industria, Reyes Maroto, a la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmströn. Asimismo, Eurofer insta a continuar los esfuerzos internacionales contra la sobrecapacidad global, «que es la raíz de los desafíos que enfrenta el sector europeo en la actualidad». Bajo su punto de vista, es vital que «países como China, Indonesia, Irán, Rusia o Turquía dejen de acumular un exceso de capacidad que ponga en peligro el mercado mundial del acero. La salvaguardia, por sí sola, no será suficiente».
Esta situación perjudica especialmente a determinados productos, sobre todo «las láminas con revestimiento metálico para aplicaciones automotrices, las barras de refuerzo y el alambrón», apunta Eurofer. Precisamente, las instalaciones que fabrican este último en Gijón se encuentran «al borde del cierre», según manifestó Arcelor la semana pasada. Por ello, la multinacional suprimirá un turno de trabajo -pasará de cinco equipos a cuatro- en el tren de alambrón de manera indefinida.
Se necesita mucho tiempo, esfuerzo y capacidad intelectual para gestionar los efectos de los precios volátiles de los materiales de acero. ¿Imagina la innovación si esa energía se gastara en I + D básica, desarrollo de productos u otras formas de desarrollo empresarial? ¿Qué pasaría si el poder de la analítica de software se dirigiera a problemas de planta o innovaciones de diseño de productos? imágenes falsas.
Durante la Cumbre de Liderazgo de FABRICATOR a principios de 2018, el orador John Packard de Steel Market Update (SMU) y otro columnista de FABRICATOR colocaron su iPhone en el podio y lo siguieron revisando durante su charla. Las tarifas de la Sección 232 se anunciaron el día anterior, y los detalles cambiaron literalmente por minutos. La mesa redonda, en la que participaron líderes de la industria siderúrgica, analistas y abogados, no podría haber sido más oportuna.
Los panelistas adoptaron vistas predecibles. Ladd Hall, vicepresidente ejecutivo de productos laminados planos de Nucor Corp., dijo que la industria del acero había estado en una guerra comercial durante años, y que Estados Unidos finalmente estaba luchando. En el extremo opuesto del espectro de opinión, Lewis Leibowitz, un destacado abogado de comercio y aduanas, calificó los aranceles como un “instrumento contundente” que podría tener consecuencias no deseadas.
¿Cómo se sintieron los fabricantes en la audiencia? La respuesta fue mixta. Algunos consideraron que la industria del acero debería dejar que reine el libre comercio. Otros apoyaron los esfuerzos de las acerías, con la opinión de que una industria siderúrgica nacional sólida es fundamental para una economía industrial moderna.
Dos años después, ¿se han cumplido nuestros peores temores? ¿Quienes compran metal enfrentan una crisis de flujo de efectivo? ¿Se están derrumbando las cadenas de suministro mundiales? No. Pero tampoco todo es color de rosa, incluso para las acerías.
“Los desafíos persisten. Nadie puede reclamar la victoria en la guerra de la sobrecapacidad global, y China es la base del problema “.
Ese fue Thomas Gibson, presidente del Instituto Americano del Hierro y el Acero (AISI) en la SMU Steel Summit, una reunión de más de 1,000 partes interesadas de la industria celebrada a finales de agosto en Atlanta. Gibson agregó que las importaciones desde China han disminuido, “pero otros países están llenando la brecha. De hecho, estamos viendo un aumento en las importaciones de acero de otros países, y muchos de esos países importan acero de China “. El acero encuentra la manera.
Al mismo tiempo, las fábricas se están hundiendo profundamente en el gasto de capital, modernizando sus instalaciones y haciéndolas más eficientes que nunca. Como lo anunciaron los ejecutivos del acero en la SMU Steel Summit, las fábricas ahora están en condiciones de devolver efectivo al negocio.
Mientras tanto, los fabricantes y otros compradores de metales enfrentan volatilidad. Donald Bly, otro presentador en la SMU Steel Summit, trajo este problema a primer plano. Bly, un socio de Applied Value con sede en Nueva York, lidera las prácticas de abastecimiento, cadena de suministro y materia prima de la compañía.
Su primera diapositiva durante su presentación ilustró la montaña rusa de precios del acero en los últimos dos años: un fuerte aumento en el índice de precios del acero laminado en caliente CRU de EUA hasta la primera mitad de 2018 seguido de una disminución durante gran parte de 2019. A lo largo de la curva colocó señales, cuando las tarifas de la Sección 232 se implementaron a principios de 2018; cuando las exclusiones mexicanas, canadienses y de la UE terminaron a mediados de 2018; y la caída de los aranceles contra México y Canadá a principios de 2019. Sobre la CRU había una línea de puntos que mostraba un ejemplo (sin nombre) de precios de contratos indexados trimestrales de OEM, que era más bajo que la CRU en 2018 pero más alto que la CRU a mediados del verano de 2019.
“Muchos fabricantes han sido muy públicos sobre sus negocios y el costo de la volatilidad”, dijo Bly. “Si el acero sube $ 100 por tonelada, ¿qué significa esto para mi negocio … qué significa esto para los márgenes de los productos terminados?”
A lo largo de los años que cubren este negocio, he visto más de una tarjeta de visita del agente o gerente de compras de un OEM con el título “Comprador de productos básicos, metal fabricado” o algo similar. Los fabricantes de metales personalizados en todas partes luchan contra la mercantilización. El precio es importante, pero es difícil hacer crecer un negocio al ofrecer el precio más bajo cada vez.
Teniendo en cuenta el comportamiento de los precios del acero en los últimos años, luchar contra la mercantilización ha sido una batalla cuesta arriba. Bly ilustró esto de manera muy efectiva en una de sus diapositivas que mostró la volatilidad de los precios desde 2002 y los cambios mensuales en los precios. China se convirtió en un exportador neto en 2004, el colapso de la industria automotriz en 2008, el exceso de oferta en 2016 y, por supuesto, los 232 aranceles en 2018, todo esto y más hizo que los precios del acero fueran tan volátiles como siempre.
“Cada uno de estos picos [en volatilidad] empuja al acero cada vez más a la mercantilización, como el petróleo y la moneda”, dijo Bly. “Y es difícil para los fabricantes manejar esa volatilidad”.
He hablado con algunos fabricantes que son buenos en la cobertura y que obtuvieron las recompensas hasta 2018. Una operación con destreza de compra puede generar una ventaja competitiva. Sin embargo, muchas de esas mismas operaciones terminaron siendo perjudicadas en 2019 a medida que cayeron los precios spot. Terminó siendo un lavado.
Pero si nos fijamos en el panorama general, la volatilidad realmente no tiene una gran ventaja. Claro, los compradores y comerciantes inteligentes pueden hacer la apuesta correcta, con la ayuda de sofisticados sistemas de análisis de datos. De hecho, Bly dijo que muchos fabricantes de equipos originales han mitigado con éxito las fluctuaciones de los precios de los materiales gracias en parte al análisis de software.
Pero es una pena ver que todo ese tiempo, capacidad intelectual y tecnología se destinen a gestionar la volatilidad de los precios. Los beneficios a corto plazo superan el progreso a largo plazo, y solo aquellos que hacen buenas apuestas cosechan las recompensas. Los clientes generalmente no obtienen un producto mejor, solo uno más barato.
¿Qué pasaría si todo ese tiempo y energía se pusieran en I + D básica, desarrollo de productos u otras formas de desarrollo empresarial? ¿Qué pasaría si el poder de la analítica de software se dirigiera a problemas de planta o innovaciones de diseño de productos?
Los fabricantes pueden gestionar la volatilidad. Si no pudieran, probablemente no estarían en el negocio en este momento. Pero supongo que pocos ingresaron a este negocio solo para apostar por el precio futuro del acero.
No habrá rebote pronto en el mercado del acero de EE.UU dice el CEO de Nucor
El mercado del acero en los EE. UU. no verá una gran recuperación durante el resto de este año, y el próximo año es demasiado pronto para considerar la incertidumbre política, según el presidente y CEO de Nucor, John Ferriola.
“El resto de este año será bastante plano”, dijo durante una entrevista antes de la asamblea general de la Asociación Mundial del Acero. “A partir del año que viene, es realmente un desastre”.
Las elecciones presidenciales de 2020 han traído incertidumbre política. “Así que no sé cómo se desarrollará el próximo año”, dijo Ferriola.
El CEO saliente de Nucor, quien anunció su retiro a partir del 31 de diciembre, dijo que se siente bien con los aspectos generales a largo plazo de la demanda de acero en los Estados Unidos.
“La fabricación está volviendo”, dijo. “Mi mayor preocupación es que tenemos lo que yo llamo una recesión inducida por los medios … hablarnos de malas noticias”.
Desde el punto de vista de Nucor, especialmente sus negocios posteriores como Harris y Vulcraft a fines del segundo trimestre, Ferriola dijo: “Los precios han bajado, pero la demanda es buena”.
La evaluación de precios de la agencia Platts para el acero laminado en caliente fabricado en EE. UU. cerró el viernes a $ 505 por tonelada corta ex fábrica de Indiana, una caída de casi $ 100 desde el reciente máximo de $ 600.50/tc del 15 de agosto.
La perspectiva de corto alcance de la Asociación Mundial del Acero para 2020 prevé un crecimiento de la demanda de acero terminado para América del Norte del 0,8% a 142,6 millones de toneladas sobre los 141,5 millones de toneladas proyectadas para 2019.