La producción de acero en México en el mes de octubre fue de 1 millón 515 mil toneladas un 3.6 por ciento menor a la registrada en octubre del año pasado, mientras que en forma acumulada en los primeros 10 meses del año alcanzó 15 millones 727 mil toneladas un 7.8 por ciento menor que las 17 millones 54 mil toneladas del año pasado. Según datos de la Asociación Mundial del Acero (worldsteel), la producción mundial de acero crudo para los 64 países que la conforman fue de 151.5 millones de toneladas (Mt) en octubre de 2019, una disminución del 2.8 por ciento en comparación con octubre de 2018.
La producción de acero en México se ha visto frenada por la caída en el sector de la construcción así como en la producción de automóviles y el estancamiento de la economía.
Monterrey destaca como una de las principales ciudades sede de importantes corporativos del sector acerero en el país, tales como Ternium, Villacero, Deacero, ArcelorMittal México, Tubacero, entre otros.
La producción de acero bruto de China para octubre de 2019 fue de 81.5 Mt, una disminución del 0.6 por ciento en comparación con octubre de 2018. India produjo 9.1 Mt de acero bruto en octubre de 2019, un 3.4 por ciento menos que en octubre de 2018. Japón produjo 8.2 Mt de acero bruto en octubre de 2019, bajó un 4.9 por ciento en octubre de 2018. La producción de acero crudo de Corea del Sur fue de 6.0 Mt en octubre de 2019, una disminución del 3.5 por ciento en octubre de 2018.
En la UE, Alemania produjo 3.3 Mt de acero bruto en octubre de 2019, un 6.8 por ciento menos que en octubre de 2018. Italia produjo 2.2 Mt de acero bruto en octubre de 2019, un 3.7 por ciento menos en octubre de 2018. Francia produjo 1.2 Mt de acero bruto en Octubre de 2019, una disminución del 10.6 por ciento en comparación con octubre de 2018. España produjo 1.2 Mt de acero bruto en octubre de 2019, un 7.6 por ciento menos que en octubre de 2018.
Estados Unidos produjo 7.4 Mt de acero bruto en octubre de 2019, una disminución del 2 por ciento en comparación con octubre de 2018.
La producción de acero bruto de Brasil para octubre de 2019 fue de 2.6 Mt, un 19.4 por ciento menos que en octubre de 2018.
La producción de acero crudo de Turquía para octubre de 2019 fue de 2.7 Mt, un 15 por ciento menos que en octubre de 2018.
En marzo de 2018, Trump invocó la seguridad nacional para justificar aranceles de 25% a la importación de acero y del 10% a la de aluminio, si bien esa justificación podría ser válida en algunos casos, esta no era una de ellas, pues la industria del acero de EUA estaba operando a una capacidad de alrededor del 73%, y solo el 3% de la producción de acero y aluminio era necesaria para la defensa.
Además, al anunciar los aranceles, la administración Trump estipuló que las empresas que desean importar acero no disponible en el país podrían solicitar una exención, lo que significa que el gobierno tendría la facultad discrecional de otorgar “exclusiones” arancelarias a algunas empresas y negarlas a otras.
Bajo este sistema, cada aplicación de exención debe especificar el tipo y la cantidad de acero necesaria, incluyendo “composición química, dimensiones, resistencia, tenacidad, ductilidad, permeabilidad magnética, acabado de la superficie, recubrimientos y otros datos relevantes”. Se debe hacer una solicitud por separado. para cada tipo de acero, y los solicitantes deben demostrar que el tipo de acero necesario no está disponible en el país.
Dado que hay nueve criterios separados (más otros datos relevantes), el proceso de toma de decisiones para otorgar exenciones es inherentemente opaco.
Una vez que se presenta una solicitud de exención, se “publica” públicamente, dando a las empresas siderúrgicas nacionales siete días para objetar, sobre la base de que de hecho pueden proporcionar el tipo de acero en cuestión. Sus objeciones se someten a un período de revisión de siete días. Si el solicitante original refuta la objeción, el objetor tiene otros siete días para refutar la refutación.
Hasta marzo de 2019, el gobierno había recibido 51,345 solicitudes de exenciones y 19,543 objeciones. Los retrasos se habían acumulado, y los comentaristas señalaron que una parte desproporcionada de las objeciones provenía de solo tres compañías estadounidenses: US Steel, Nucor y AK Steel y aplicaron a un volumen de acero 169% por encima de su capacidad combinada.
A partir de septiembre de 2018, el número promedio de solicitudes de exención por empresa fue de 43, y una empresa presentó hasta 2,563. Después de casi un año, el Departamento de Comercio había aprobado solo el 59% de las solicitudes sin objeciones, y menos del 1% de las que tenían objeciones. Aunque la seguridad nacional había sido la justificación de los aranceles, mucho más acero importado de China recibió exenciones que el acero de Canadá o México.
No es sorprendente que este proceso haya generado múltiples quejas. Incluso el Inspector General del Departamento de Comercio (IG), por ejemplo, descubrió que el sistema se basa en “un proceso de apelaciones no oficial” y puede estar sujeto a una “influencia inadecuada”, dado que los procedimientos se han modificado después de una objeción y que Ha habido documentación inadecuada de las reuniones y llamadas telefónicas con las partes interesadas.
Quizás peor, las diferentes compañías que solicitan exenciones para el mismo tipo de acero importado han experimentado resultados diferentes.
Si las solicitudes de algunas empresas son aceptadas mientras que otras no, las personas con exenciones tendrán una ventaja de costo de facto sobre otras empresas. Claramente, el campo de juego es desigual, dado que ha habido suficientes quejas para desencadenar una investigación de IG.
Según Reuters, un fabricante estadounidense de latas ha recibido una exención para sus importaciones, mientras que otros se han enfrentado a negaciones y demoras.
La Secretaria de Economía (SE) determinó aplicar cuotas compensatorias provisionales a las importaciones de productos planos de acero inoxidable laminado en frío, incluidas las definitivas y temporales, originarias de China, y de Taipéi, independientemente del país de procedencia.
La dependencia manifestó que continúa el procedimiento de investigación en materia de prácticas desleales de comercio internacional en su modalidad de discriminación de precios de los productos planos de acero inoxidable laminados en frío, resistentes al calor y a la corrosión, de anchura superior o igual a 600 milímetros (mm) y espesor entre 0.3 mm y 1 mm, y de anchura inferior a 600 mm y espesor entre 0.3 mm y 4.0 mm.
Este producto se comercializa en forma de bobinas, rollos, flejes, cintas, hojas y chapas, entre otras.
La SE impuso la cuota de:
a. de 121.46% para Shanxi, y
b. de 88.42% para las demás empresas exportadoras de China.
Outokumpu Mexinox solicitó el pasado 31 de enero de 2019, el inicio de la investigación y el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó la resolución de inicio el 5 de abril del presente año y fijó como periodo investigado el comprendido del 1 de octubre de 2017 al 30 de septiembre de 2018, y como periodo de análisis de daño el comprendido del 1 de octubre de 2015 al 30 de septiembre de 2018.
A su vez, detalló que continúa el procedimiento de prácticas desleales sin la imposición de cuotas compensatorias provisionales a las importaciones de productos planos de acero inoxidable laminados en frío, incluidas las definitivas y temporales, así como las que ingresan al amparo de la Regla Octava para la aplicación de la TIGIE, originarias de Taiwán, independientemente del país de procedencia, que ingresan por las fracciones arancelarias 7219.34.01, 7219.35.01 y 7220.20.02 de la TIGIE y al amparo de la Regla Octava por las fracciones 9802.00.01, 9802.00.02, 9802.00.03, 9802.00.07, 9802.00.10, 9802.00.13 y 9802.00.19 de la TIGIE, o por cualquier otra.
Refirió que los interesados podrán garantizar el pago de la cuota compensatoria que corresponda, en alguna de las formas previstas en el CFF.
Además, detalló que de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 66 de la LCE, los importadores que conforme a esta Resolución deban pagar la cuota compensatoria provisional, no estarán obligados al pago de la misma si comprueban que el país de origen de la mercancía es distinto a China.
La comprobación del origen de la mercancía se hará conforme a lo previsto en el acuerdo por el que se establecen las normas para la determinación del país de origen de las mercancías importadas y las disposiciones para su certificación,
La SE concedió un plazo de 20 días hábiles, contados a partir de mañana, para que las partes interesadas acreditas en el procedimiento, de considerarlo conveniente, comparezcan ante la Secretaría para presentar los argumentos y pruebas complementarias que estimen pertinentes.
Este plazo concluirá a las 14:00 horas del día de su vencimiento.
Los focos rojos en la industria de la construcción persisten. No hay impulso en la obra pública ni privada, por lo que, durante septiembre, el valor de la producción generado por las empresas constructoras disminuyó 10%, a tasa anual, con lo que sumó 15 meses consecutivos con signo negativo.
Respecto al mes previo, la caída fue de 0.9%, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En su comparación anual, durante el noveno mes, el segmento de personal ocupado total disminuyó 2.7%, a pesar de que tuvo una ligera recuperación respecto al mes previo de 0.3 por ciento. Su componente de empleados dependientes de la razón social registró una caída de 9.9% y los no dependientes de la razón social crecieron 1.5 por ciento.
La información reportada por el instituto se deriva de la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC), la cual comprende unidades económicas dedicadas principalmente a la edificación, a la construcción de obras de ingeniería civil y a la realización de trabajos especializados de construcción.
Con base en la ENEC, el valor de producción de las empresas del subsector de edificación (donde el sector privado tiene una participación de 63%) en el periodo enero-septiembre se redujo 8.6%, respecto a igual periodo del 2018 (respecto al mes previo cayó 9.8%), la construcción de obras de ingeniería civil (donde la participación pública es de 76%) bajó 4.1% (en relación con el mes previo se redujo 3.8%) y los trabajos especializados para la construcción, que complementan a los anteriores, en los nueve meses del año descendieron 11.2%, en la comparación anual y 32.2%, respecto a agosto previo.
No hay sorpresas
La baja actividad en la industria ha sido una constante en el primer año del actual gobierno, por lo que el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Eduardo Ramírez, ha insistido en diversos foros la necesidad de revertir la situación para evitar el cierre de empresas.
Al poder Legislativo tampoco le ha pasado inadvertida la situación, en el dictamen de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados que sirvió de base para la aprobación del Presupuesto de egresos del próximo año se menciona:
“Se reitera la preocupación por la baja inversión considerada para el mantenimiento y conservación de la red federal y rural, así como de la falta de atención que aún persiste en los tramos carreteros en proceso desde el 2018 y que dejaron de atenderse por falta de recurso. Conforme a datos del Inegi, en este 2019 la industria de la construcción cayó 4.4% en promedio de enero a agosto, lo que nos podría anticipar el panorama para el 2020, si se conservan las asignaciones que tiene el presupuesto para el 2020”. Sin embargo, en materia de infraestructura no se presentaron modificaciones relevantes.
El estudio de la arquitectura del hierro, aquella donde este material no cumple solo con la función estructural, es crucial para entender la historia de México, opina la arquitecta Roberta Vassallo.
Lo que hoy es el Gran Hotel de la Ciudad de México, fue en 1989 el Centro Mercantil, una estructura donde el acero más que estructural, funciona como un valor estético.
CIUDAD DE MÉXICO. El tema de la arquitectura del hierro en México, a pesar de haber sido muy poco estudiado, tiene una importancia fundamental para la comprensión del desarrollo de la historia de la arquitectura entre siglos XIX y XX, y en particular, la transformación radical que este quehacer y el arte en general han tenido durante las primeras décadas del siglo XX.
La industrialización de la arquitectura será un factor determinante de modernización, tanto en el campo de los procesos y técnicas constructivas, como en el plano de la estética.
Faro Puerto Tamaulipas
El Faro del Puerto de Tampico, construido en 1883 en Ciudad Madero, Tamaulipas, fue desarrollado por la Compañía de Puentes Keystone, y dirigido por el ingeniero JR Ibarrola. (Cortesía FundarqMX / Roberta Vasallo)
El principio, dicha industrialización radica en la introducción del nuevo material constructivo, el hierro, en sus diferentes aleaciones con el carbono y las relativas técnicas constructivas implementadas para su rápida y económica utilización.
La importancia del tema en México está estrechamente relacionada con la relevancia que las estructuras metálicas tuvieron a nivel internacional a partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando los países industrializados empezaron a exportar elementos constructivos, e inclusive edificios enteros a los países colonizados en los cinco continentes, incluyendo las entonces jóvenes repúblicas de América Latina.
Kiosko Santa María la Ribera
Lo que hoy es el Kiosko Morisco, en la colonia Santa María la Ribera, Ciudad de México, fue en 1884 el Pabellón Morisco para la Exposición de Nueva Orleans, diseñado por el ingeniero JR Ibarrola.
(Cortesía FundarqMX / Roberta Vasallo)
Por arquitectura del hierro se entienden obras en las que se emplea el metal, siempre y cuando dicho material permanezca a la vista y su tarea estructural vaya acorde con el nuevo código estético propio de la incipiente modernización. Es decir, obras arquitectónicas de diversa escala, tanto las que fueron casi enteramente realizadas en metal aparente, como las que incluyeron elementos de hierro fundido o acero en algunas partes de su estructura u ornamentación.
La época porfiriana, el referente de la arquitectura de acero. En México, a partir de la época porfiriana, se realizaron numerosos edificios con esqueleto de acero, material que tuvo una función exclusivamente estructural, ya que ninguno de sus componentes quedó a la vista y, por ende, no formó parte de la expresión estética de aquellas arquitecturas.
El desarrollo de la arquitectura del hierro en México coincide a grandes rasgos con las casi cuatro décadas del gobierno de Porfirio Díaz, desde 1877 a 1911; una época de la historia mexicana en la que se impulsó la realización de numerosas obras públicas y de infraestructura bajo la bandera del progreso y del liberalismo económico.
Puente de Ferrocarril
Puente de Ferrocarril, construido en 1908 en Armería, Colima. (Cortesía FundarqMX / Roberta Vasallo)
Las últimas obras de hierro aparente se inauguraron en 1910, en ocasión de los festejos del Centenario de la Independencia.
Con la caída de Díaz y el principio de la Revolución Mexicana, la actividad constructiva se detuvo casi totalmente y las obras metálicas posteriores al Porfiriato fueron proyectos que se concluyeron sucesivamente con unas variaciones estilísticas que reflejan una estética diferente, pero propia de una época nueva.
El empleo del hierro en la arquitectura en esa época significó el principio de la prefabricación en la práctica constructiva; una manera totalmente moderna de concebir la arquitectura que, a partir de ese momento y hasta el día de hoy se sigue realizando con materiales producidos industrialmente.
Puente Negro – Culiacán – Sinaloa El Puente Negro fue construido en 1907 por la Compañía Americana de Puentes, en Culiacán, Sinaloa. Se trata de una arquitectura “globalizada”, en cuanto producida en serie y adquirible a través de la venta por catálogo y transportada en barco a cualquier rincón del planeta.
Actualmente y hasta el 11 de agosto de 2019 se presenta en la Casa del Arquitecto, en la Ciudad de México, una breve exposición con fotografías de esa arquitectura, reunidas a partir del desarrollo del proyecto Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en colaboración con la Facultad de Arquitectura de la UNAM y el Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora.
La exposición muestra las múltiples tipologías arquitectónicas en las que se empleó la nueva técnica constructiva como puentes; aduanas; quioscos; mercados; iglesias; residencias; escuelas; edificios administrativos; tumbas; etcétera, a lo largo de la República Mexicana.
Tanque de agua Celaya Un tanque de agua de Celaya, construido en 1910, donde se emplea el metal como tarea estructural, pero respeta el código estético.
Fuente: *FUNDARQMX. Fomento Universal para la Difusión Arquitectónica de México.
“Tenemos que enfrentar la innovación y la transformación digital”, destacó Sergio Leite de Andrade, CEO de la empresa brasileña Usiminas, durante el primer panel del Congreso Alacero 60. “No podemos ignorar las bases del futuro”, continuó, y se refirió a la sustentabilidad -más específicamente a la reducción de CO2 en las plantas siderúrgicas-, para enfrentar el cambio climático.
Y es que el evento tuvo paneles en los que se habló específicamente de estos desafíos que, durante mucho tiempo, no han sido enfrentados correctamente, y que ahora no se pueden evitar. Lo mencionó Paolo Rocca, presidente y CEO del Grupo Techint, al mencionar la necesidad de volver a interesar a los jóvenes en la industria, “porque nos miran como dinosaurios”, bromeó.
En América Latina el acero es utilizado en Construcción (51%), Productos metálicos (18%), Maquinaria mecánica (15%), Automotriz (12%), Equipamientos eléctricos (2%) y Electrodomésticos (1%)
“Para que nuestra industria retome toda su capacidad de atracción, de inversiones, de talentos, y de consenso de toda la comunidad en la cual estamos arraigados, necesitamos encarar con otra fuerza todos los componentes claves del tema ambiental”, dijo, y enumeró los desafíos grandes: el primero, asociado al cambio climático. “En este aspecto América Latina tiene una oportunidad importante, porque puede desarrollar una ventaja competitiva. Hace 20 años, después del acuerdo de Kioto, la World Steel Association analizó todo esto y emitió un documento extraordinario, muy importante, en el cual planteó todos los temas y cómo la industria del acero podía reducir la emisión de CO2 a lo largo de un período de tiempo. Veinte años después la intensidad de CO2 por tonelada no cambió en lo más mínimo”, sentenció. “La participación del acero eléctrico sigue siendo del 30%.”
En ese sentido, Rocca destacó el potencial renovable de la región, “con una matriz primaria más favorable, con un rol del gas que puede crecer muchísimo y asegurar una matriz energética mucho más limpia de lo que es la matriz total del mundo, o la matriz de países como India, que tiene una basada en el carbón”, dijo, a la vez que destacó la importancia de las comunidades cercanas a donde se encuentran las empresas, “que tienen la posibilidad de trabajar juntos por el progreso social”.
Las empresas buscan mitigar el impacto de la sobrecapacidad de producción china mientras fijan las metas para desarrollar cadenas de valor que hagan repuntar el negocio; la importancia de la sustentabilidad y la reducción de emisiones de CO2.
La sobrecapacidad de producción China impacta en el resto del mundo, pero lo hace más fuertemente en América Latina.
La sobrecapacidad China es quizás el centro de las dificultades de la industria del acero. Pero actualmente, en medio de la guerra comercial entre las principales potencias mundiales que afecta al resto de los países, sus economías, producción y cadenas de valor, las empresas productoras de acero de América Latina discuten cómo transformarse para mantenerse relevantes.
El comienzo de la guerra comercial liderada por el presidente estadounidense, Donald Trump , se dio con el acero como protagonista: Estados Unidos aplicó aranceles al acero, al aluminio y a paneles solares desde principios del año pasado. Desde aquel momento, se han sumado a la lista muchos productos más, tanto en China como en Estados Unidos, y a pesar de que han habido treguas, la tensión comercial continúa.
En el marco de la celebración por los 60 años de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), referentes de la industria se dieron cita la semana pasada en el hotel Hilton de la ciudad de Buenos Aires para discutir los desafíos regionales. En la apertura del congreso, Martín Berardi, presidente de la Cámara Argentina del Acero y presidente ejecutivo de Ternium Argentina, no sólo se refirió a la complejidad de la coyuntura mundial, sino también a las tensiones políticas que han venido creciendo en América Latina en las últimas semanas: “Estos son los factores exógenos que afectan a nuestros mercados, sin dudas, pero también hay un factor endógeno, y es la transformación que la industria está teniendo con el avance de la tecnología y la agenda de sustentabilidad”.
Para los empresarios no es un secreto que la actividad económica en la región está lenta y continuará ralentizándose. Los pronósticos de entidades como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Organización Mundial del Comercio (OMC) lo evidencian: se espera que el PBI crezca un 0,6% este año, la tasa más baja desde 2016, antes de aumentar 2,3% en 2020, según el FMI.
Y en cuanto al acero, el consumo aparente en la región en 2018 fue de 67 millones de toneladas (Mt), pero se estima una caída de 1,5%.
Los socios de Alacero producen cerca de 62 millones de toneladas anuales de acero en la región. En un informe de Alacero, Francisco Leal, director general de la asociación, destaca que “la producción de acero crudo puede sufrir una caída estimada del 5,4% en relación a 2018, si se confirman los 61,6 Mt que se esperan al cierre de 2019”.
En tanto, la producción de laminados, que cerró 2018 con 54,3 Mt, “tiene una reducción estimada del 5,6% en 2019, totalizando 51,3 Mt”, añade.
Para Paolo Rocca, presidente y CEO del grupo Techint, los últimos diez años han sido difíciles: “Después de la crisis de 2008 la demanda de acero mundial creció 44%, pero el valor de nuestras empresas cayó entre 60% y 80%. En el entretiempo, la participación de China en el mercado mundial del acero aumentó del 35% al 50%, mientras América Latina, en este contexto, creció alrededor del 10% y las empresas han tenido dificultades importantes”.
Para Rocca, “no es fácil conseguir los capitales necesarios para transformarse”, y señala que la acotada rentabilidad de la industria se da como resultado del exceso de capacidad a nivel mundial, el bajo crecimiento de América Latina y la desindustrialización de los países de la región, que dependen cada vez más de las exportaciones de commodities.
Ranking
En el ranking mundial de producción de acero crudo China está a la cabeza con 924,3 Mt en 2018, seguido de India, con 109,3 Mt, Japón (104,3 Mt), Estados Unidos (86,6 Mt) y Corea del Sur (72,5 Mt), según datos de la World Steel Association.
Por su parte, América Latina en su conjunto produjo este año 61,6 millones de toneladas, un 5,4% más en comparación con 2018. Brasil es el primer productor con 33,4 Mt, seguido de México con 18,6 Mt, Argentina (4,7 Mt), Perú (1,2 Mt) y Colombia (1,1 Mt).
“China representa el 50% de la producción mundial de acero en el mundo”, destaca Edwin Basson, director general de la World Steel Association. “Pero dejemos de lado a China por un momento y pensemos, ¿qué pasará en el mundo en términos de uso y demanda del acero? ¿qué tanto acero requiere una sociedad para generar un millón de dólares de PBI? Si observamos a los países luego de la Segunda Guerra Mundial, vemos que, por ejemplo, países como Japón, Alemania, Francia y Estados Unidos usaron en las décadas de 1950 y 1960 alrededor de 30 Mt de acero para generar un millón de dólares de PBI. Hoy, esos mismos países usan solo alrededor de 10Mt de acero para generar un millón de dólares de PBI. Eso significa que la intensidad en el uso del acero cae a medida que las economías se desarrollan, y eso ya lo comenzamos a ver en China”, añade Basson.
924 millones de toneladas fue la producción de acero crudo de China en 2018. Esa relación pone a los países en vías de desarrollo como potenciales mercados para el acero, dado su enfoque en infraestructura y desarrollo. Así, India parece tener todas las condiciones para liderar el consumo del acero, al igual que Vietnam.
“Y en la región, en cambio, cae el uso en México, a medida que sus condiciones económicas se asemejan más a las de Brasil”, señala Basson.
Acero y competitividad
Para Alacero, 2018 fue un punto de inflexión para la industria. Y 2019 inició con bajas expectativas que se mantuvieron debido a las adversidades internas y externas de los países latinoamericanos.
“Aunque la industria es uno de los pilares del desarrollo económico y social de la región, con relación entre el consumo aparente de acero y el PBI, las cifras muestran que hay un largo camino por recorrer”, indica un informe de la asociación, que nuclea a más de 60 empresas y cuya producción total es cercana a los 62Mt anuales.
“A diferencia del consumo mundial -continúa-, que se espera que crezca un 1,6%, el escenario latinoamericano muestra pérdida de competitividad y espacio en la producción de mayor valor agregado”, con un pronóstico de caída en el consumo del 2,3% en 2019.
Datos de la asociación, Cepal y la World Steel Association muestran que en la Argentina el consumo aparente de acero laminado per cápita cayó de 122 kilogramos (kg) en 2015 a 92 kg en 2019, en Brasil de 105 kg en 2015 a 103 kg en 2019, en Chile de 156kg a 140 kg y en Colombia pasó de 84 kg a 74 kg en el mismo período, lo que evidencia una tendencia homogénea a la baja en el consumo (números que preocupan y evidencian la ralentización de las economías latinoamericanas, al ser un indicador importante del desarrollo económico de la región).
En promedio, el consumo per cápita de acero laminado en América Latina pasó de 115 kg en 2015 a 105 kg en 2019.
Por otra parte, la previsión de consumo de China es de crecimiento, del 6,2%, “por encima no sólo del promedio mundial proyectado, sino también del aumento previsto del 2,1% para el consumo de América del Norte”. Asimismo, se espera que la Unión Europea experimente un aumento del 1,3% en la demanda aparente en 2019.
42 de 66 resoluciones antidumping y/o salvaguardas relacionadas con el acero vigentes en América Latina son contra China
Para Sergio Leite de Andrade, CEO de la brasileña Usiminas, este escenario tiene que ver con no haber protegido a la región. “El proceso de ‘desglobalización’ es algo que debemos vigilar, porque el comercio global está siendo reemplazado por un comercio regional y eso no es bueno para la industria”, dice.
Y añade: “También tenemos que prestarle atención al aumento del proteccionismo en todo el mundo, porque la única región que no tomó ninguna medida para proteger sus mercados, es América Latina”.
Para Rocca, el desarrollo de toda la cadena de valor industrial es esencial para que la industria regional prospere: “Hoy, en un cambio de ciclo de la globalización, creo que tenemos como industriales, como productores de acero y como promotores de nuestra cadena de valor, una oportunidad muy importante de volver a plantear dentro de nuestros países políticas económicas con foco en la promoción industrial, la creación de empleo y de un nivel de desarrollo de la cadena en nuestro continente, en un momento en que la cadena de valor con China se está interrumpiendo”.
Y Basson concluye: “En general, no tengo una imagen negativa de la industria. Hay un cierto crecimiento progresivo de la misma, así como de la demanda. El acero sigue siendo uno de los materiales más necesarios para el mundo, para la sociedad, y tiene una amplia gama de aplicaciones, además de ser reciclable y reutilizable”.
La apuesta de Bill Gates para reinventar la energía solar térmica consigue pulverizar el récord histórico de los 575 grados.
La producción de acero, las cementeras o la industria petroquímica son huesos duros de roer. Los requisitos energéticos de la industria pesada y las temperaturas extremadamente altas que suelen usar ciertos de sus procesos requieren millones y millones de toneladas de carbón cada año. Sencillamente, son demasiado para las energías renovables. O lo eran.
Ahora Heliogen, una startup californiana que cuenta con el apoyo, la financiación y la asesoría de Bill Gates, ha llevado la energía solar térmica al siguiente nivel: han conseguido alcanzar más de 1.000 grados solo con la luz del sol.
Una lupa enorme controlada con un ordenador. Se dice pronto, pero según los datos que han hecho públicos el enfoque de Heliogen está muy cerca de duplicar la máxima cantidad de calor que, hasta ahora, habíamos sido capaces de producir de esta manera. Y lo han hecho de una forma relativamente sencilla: como dice su fundador, Bill Gross, con “una lupa enorme controlada por computadora”.
La cuestión es que en los sistemas tradicionales de energía solar térmica los espejos que se usaban para concentrar la luz del sol en un punto tenían una precisión alta, pero muy mejorable. Heliogen utilizan cámaras de alta resolución para ajustar la orientación de los espejos al milímetro y asegurarse de que la luz reflejada se ajusta al milímetro.
Eso es lo que ha permitido pulverizar el anterior récord de esta tecnología que estaba en 575 grados hasta el momento. Batir la línea de los 950 grados es muy interesante porque permite empezar a pensar en introducir esta tecnología en el mundo de los procesos industriales pesados.
¿Industria pesada? No es que no se pueda calentar mucho algo tirando de energía eléctrica proveniente de la red eléctrica. Es que como señala Gross, “es extremadamente ineficiente convertir la luz solar en electricidad y luego volverla a usar para calentar”. Eso es verdad a cantidades pequeñas, pero a cantidades grandes es claro cristalino.
Es decir, la industria pesada es tan voraz que necesita una ayuda extra para funcionar bien. Por eso estas gigantes factorías suelen quemar carbón y otros combustibles fósiles con los que conseguir esas temperaturas. Lo que supone un problema ambiental enorme.
A escala global, la producción de cemento es responsable de un 8% de las emisiones totales de CO2 y eso es solo uno de las cosas que hace la industria pesada. La compañía cree que, con este sistema, puede ayudar a reducir hasta un 33% de esas emisiones. Parece optimista, pero sea como sea es un paso en la buena dirección.
Crisis en el Gobierno italiano por la ‘libertad para contaminar’.
El mayor centro siderúrgico europeo amenaza con cerrar si cesa su inmunidad medioambiental.
Bruselas – Giuseppe Conte lucha por encontrar una solución a la crisis industrial que ha copado las portadas nacionales durante todo el mes. ArcelorMittal, que se iba a hacer cargo de la acería de Taranto, anunció que se retiraba del acuerdo después de que el Ejecutivo aprobara retirar la cláusula de inmunidad que protegía a la empresa siderúrgica de sus responsabilidades medioambientales. La frágil coalición de Gobierno se encuentra dividida ante el conflicto y se asoma al abismo.
El mayor centro siderúrgico de Europa se encuentra al sur de la península italiana, en el istmo donde se ubica la ciudad de Taranto, en la región costera de Apulia. El rescate de la principal planta de acero de la ciudad, que representa nada menos que el 75% del PIB de la provincia, ha entrañado la primera crisis del Gobierno entre el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y el Partido Democrático (PD).
Giuseppe Conte, primer ministro de Italia, ha llamado a filas a sus ministros para intentar abordar un intrincado conflicto que abarca desde el ámbito económico y laboral hasta el medioambiente y la salud pública. Una patata caliente que ha ido pasando entre los sucesivos gobiernos transalpinos y que ha terminado por estallar ante una frágil coalición de gobierno, profundamente dividida en las vías de solución del conflicto.
La crisis saltaba a principios de mes, cuando el operador de la planta, la multinacional ArcelorMittal, anunció que se retiraría de su contrato de arrendamiento después de que el Gobierno italiano aprobara una ley que rebajaba las garantías legales que protegían a la empresa siderúrgica de responsabilidad medioambiental. El Ejecutivo, apoyado en su mayoría de miembros del Movimiento 5 Estrellas, partido con unas fuertes raíces ambientalistas, votó el mes pasado eliminar la cláusula de inmunidad, a pesar de que ArcelorMittal había dicho que no seguiría adelante con las reformas sin esa protección. La empresa siderúrgica cumplió su promesa este mes, enviando una notificación oficial de su intención de salirse el acuerdo.
ArcelorMittal, empresa con sede en Luxemburgo, acordó alquilar y finalmente comprar la planta -rescatada por el Gobierno italiano en 2012- invirtiendo 2.400 millones de euros para modernizar las instalaciones y reducir las emisiones tóxicas. En virtud al acuerdo original, que también incluía algunos recortes de plantilla, ArcelorMittal quedaba amparada por una ley que protegía a los directivos de los cargos penales basados en infracciones medioambientales o relacionadas con la salud.
La retirada del gigante siderúrgico supondría la bancarrota y el cierre de la acería a principios de 2020. Un duro golpe que ha puesto en pie de guerra a una ciudad que se divide entre los que temen el desempleo y los que temen las consecuencias de las emisiones de la planta. Una encrucijada que también ha quebrado al Gobierno de coalición de Conte, con un M5S en plena batalla interna con la facción que quiere que el Ejecutivo se mantenga firme contra ArcelorMittal, y un Giuseppe Conte que busca que una solución que pase por mantener la planta abierta y mantener unido a su Consejo de Ministros. La disyuntiva está siendo la munición perfecta para una oposición, liderada por Matteo Salvini, que quiere ver al Gobierno de coalición colapsar.
Durante años, los sucesivos Gobiernos transalpinos han aprobado diversas legislaciones para apoyar a la planta, provocando malestar entre la sociedad tarentina. La acería siempre ha sido tolerada como un mal necesario por gobiernos regionales y nacionales, ya que una cuarta parte de la población de Taranto (alrededor de 50.000 personas) depende de ella para su sustento. Pero un estudio exhaustivo publicado en junio por el organismo nacional de investigación sanitaria de Italia, el ISS, puso en evidencia los problemas de salud que una parte de la sociedad tarentina llevaba años denunciando. El informe reveló que entre 2005 y 2012 hubo casi el doble de linfomas entre los niños de Taranto, en comparación con los promedios regionales. Más de 3.000 muertes en este periodo de tiempo tuvieron una relación directa con una “exposición ambiental limitada”, según el estudio.
Un fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en enero decretó que Italia no podía aprobar nuevas leyes para proteger la planta, dadas las preocupaciones sanitarias asociadas con ella. Esto puso al gobierno en una situación aún más difícil, ya que las opciones de retener a ArcelorMittal se estrechan, por no decir que se esfuman. El cierre de la planta supondría la pérdida de unos 15.000 puestos de trabajo y un 0,2% del PIB del país, según un estudio de Svimez, asociación del sector industrial de la zona meridional del país. Esto representa la mitad del crecimiento de Italia en 2020, según las previsiones de la Comisión Europea.
Una auténtica hecatombe para un sur de Italia duramente golpeado por la crisis económica, la reconversión industrial y los conflictos medioambientales. Un callejón con pocas salidas para el gobierno que echó a andar hace tres meses y que podría caer pronto si no se encuentra una solución al cierre de la planta. Aunque los de Beppe Grillo han hecho de la lucha medioambiental uno de sus principales objetivos político, el sur sigue siendo uno de sus bastiones electorales y con la Liga de Salvini pisándoles los talones, una medida tan impopular para la clase trabajadora como cerrar la acería de Taranto podría salirles muy cara.
El Monumento a la Revolución es uno de los recintos históricos más importantes de nuestro país que aún conserva su estructura original y es uno de los pocos monumentos del mundo que pueden ser explorados por completo, desde la cimentación hasta la linternilla, que es la parte más alta del edificio.
Hasta el 2009 el edificio era solo ornamental.
Pero para celebrar el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana en el 2010 se inició un proyecto de restauración que contempló la remodelación de la plaza, la instalación del Museo Nacional de la Revolución, una cafetería y un elevador de cristal y acero inoxidable que llega a la cúpula.
En el Museo Nacional de la Revolución se muestra el desarrollo de este movimiento mexicano a través de más de 400 piezas: insignias, banderas, documentos y fotografías. La cafetería “Adelita” tiene un diseño que simula con réplicas exactas un ferrocarril de inicios del siglo XX. El proyecto Revolucionarte junta las palabras revolución, evolución y arte, un concepto creado por el equipo del Monumento a la Revolución para mantener vivo este espacio. El objetivo es que las personas se encuentren con una sorpresa en su visita (una exposición, un concierto o cualquier manifestación de arte).
Y sin duda, uno de los elementos más importantes que le dan vida al Monumento, es el elevador el cual mide 2.50 x 3.50 x 50m de altura.
Para su construcción se utilizó acero inoxidable austenítico 304 con un acabado pulido 3 de calibre 14 para forrar como vista sus columnas y para la manguetería que sostiene los cristales (la tornillería también es de inoxidable).
El elevador panorámico de cristal e inoxidable conduce al mirador intermedio donde se puede observar una vista de 360° de la Ciudad de México a 65.7 m de altura.
Así mismo, se instalaron 300 m de sistemas de barandales elípticos de acero inoxidable que fueron instalados con tornillos, tuercas y rondanas de este material para asegurar su durabilidad y estética.
Los barandales de inoxidable son ideales para áreas públicas que tienen gran tráfico de gente, como en este monumento, porque su acabado terso hace que sea difícil que las bacterias se adhieran y sobrevivan en su superficie. Además son fáciles de limpiar y resisten el vandalismo.