Conoce los retos enfrentados en la construcción durante 2022. La inflación, el aumento del costo de la energía y las políticas económicas son algunos factores que han dificultado la recuperación de la industria.
Las empresas que conforman el sector construcción desde proveedores, empresarios desarrolladores, inversionistas coinciden en que 2022 fue “un año complicado” a raíz de que el sector no retoma niveles anteriores a 2019 derivados de la pandemia y la alta inflación que detonó a alza el precio de los insumos y la energía.
A esto muchos ven distracción en el Mundial de Fútbol que se desarrollaras en Medio Oriente y que mantendrá a las personas atentas a este eventos deportivos y quizás no acudan a visitar los desarrollos inmobiliarios para adquirir una casa.
En cuanto a la colocación de créditos hipotecarios, Enrique Margain, director Ejecutivo de préstamos a particulares de HSBC señaló que para los créditos hipotecarios “fue un año complicado porque hubo incrementos en las tasas de interés, aunque marginales donde se incrementaron de manera importante las tasas de referencia”, aunque aun así crecieron un 25 por ciento en el sector.
Para Alejandro Rodrigo, director de Relaciones Institucionales de Novaceramic, el aumento en el costo de la energía lo llevó a trasladarlo al precio final, consumimos mucha energía creíamos que después de la pandemia la íbamos a librar, pero llegó la inflación y a nuestra industria le ha pegado el costo de la energía, y si sube mucho una parte si se traslada a los precios y otra a comprimir nuestros máximos.
Fernando Solís, director de la región Estado de México de Grupo Ruba, el reto en 2022 “fue ponerse creativos” para salir de la pandemia y de la inflación y se enfocaron en diseñar y mejorar la propuesta de valor para que los clientes prefieren las viviendas que fabricamos demanda de vivienda siempre habrá”.
Francisco Solares, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) señaló que lo que vivieron en 2022 es la difícil situación de la industria de la construcción que no se ha recuperado a la velocidad que deseamos y esto se debe a la falta de inversión insuficiente en infraestructura básica, carreteras puertos, y la social como hospitales escuelas la vivienda.
Otro de los factores de ese caminar lento de la industria de la construcción han sido las políticas económicas del actual que están polarizadas a obras grandes Tren Maya; Refinería Dos Bocas; Aeropuerto Felipe Ángeles y eso ha dejado que obras importantes en otros estados se desarrollen, advirtió
Germán Ahumada, director de Casas Ara, señala que espera que en el cierre de 2022 las personas se dé el tiempo de visitar los desarrollos para adquirir una casa, “se está complicando el cierre porque a cada rato hay puentes, viene el fútbol, la gente se distrae, vienen las fiestas navideñas y espero que se den su tiempo para ir a visitar los desarrollos y comprar.
Dijo que el sector inmobiliario a enfrentando crisis más severas como la de 1994 con el error de diciembre, donde las tasas de interés se fueron a tres dígitos, aunque señaló que la crisis originada por la pandemia fue inesperada porque al principio nos dijeron que estaríamos un mes encerrados y pasó casi un año.
Para Hogares Unión que dirige Isaac Meta “hubo cierto crecimiento” aunque fue complicado por el tema de la inflación en los materiales y la adquisición de led y el marketing digital se encareció “veníamos recalculando los desarrollos bajar la producción en unos subirlo es otros.
Laura Zazueta, presidenta de la AMPI en la ciudad de México afirmó que ha sido complicada la reactivación económica en el sector vivienda, “el mercado de hoy es de rentas, no de ventas”, afirmó. Dijo que las ventas de casas que han tenido son las que están por debajo de los 10 millones con desempleo es difícil que crezcan las ventas de casas por lo que se mantendrá el mercado de ventas para 2023, advirtió.
Aquí coincidió María de Mater presidenta de la Asociación de Profesionales en Comercialización Inmobiliaria (APCI) quien comentó que ha sido un año complicado no solo por la pandemia, sino que la situación del país es complicada, hay mucha incertidumbre, no hay confianza en la inversión tenemos créditos a una tasa fantástica pero no se aprovecha.
Hay apetito por soluciones digitales
Cristian Huertas director de Morgana hipotecaria digital, señaló que en 2022 les fue muy bien, tuvieron más de 150 mil visitas a la página, más de cinco personas han hecho cotización de hipoteca, trabajamos con cerca de 200 desarrollos de manera directa, “hay un apetito enorme por soluciones digitales de crédito hipotecario”, apuntó.
Uno de los éxitos los atribuye a que cada vez más jóvenes conocidos como millenials han optado por comprar o adquirir un bien inmueble, además de que tienen relación con casi todos los bancos, de pocos años estaremos contratando un crédito hipotecario con un clic sin acudir a una sucursal”, señaló.
GIA, constructora mexicana, pronostica perduración de la inflación en el sector de la construcción. Se espera que tomen 4 años para que la situación se estabilice.
Casi 800 proyectos en América Latina ha levantado la constructora mexicana GIA, firma que se dedica a desarrollos integrales para los sectores de la construcción, desarrollo y operación de infraestructura pública, inmobiliario y energía.
La firma, que nació en México como respuesta a las necesidades del boom de los dealers automotrices hace 25 años y que en 2021 tuvo ventas por unos US$ 380 millones, cuenta que actualmente está desarrollando una cartera de cuatro iniciativas en México, dos en Chile y una en Honduras. Además, está a la espera de los resultados de licitaciones en Panamá y Colombia, cuenta a DFSUD.com el director general de la compañía, Jorge Iturbe.
En Panamá desarrollan contratos de obra pública, pero dice que están abiertos a las concesiones. “Siempre estamos atentos a la búsqueda de nuevas oportunidades. Estamos viendo algunas cosas en Costa Rica, Colombia y Perú”, recalca.
El efecto contra la inflación
El alza de los precios ha sido transversal en los países y ha desafiado a todas las industrias, para intentar contener sus costos. A ojos de Iturbe, el 2022 ha sido un año “sumamente complejo” en todos los lugares donde operan, porque dice que en su sector la inflación ha estado por sobre lo que dicen los promedios de los países. “Este año fue alrededor del 20%, cuando la inflación del país fue de alrededor del 8%”, explica.
Dice que esto se debe a que la industria de la construcción es mucho más dependiente de factores internacionales, como el alza de los commodities, en sus costos, lo que supera los factores internos de cada país. Factores adicionales como la apreciación del dólar, el alza del costo de la mano de obra y los problemas de las cadenas de suministro en el mundo, solo empeoran el panorama.
“Hemos tenido afectaciones de tiempos y de costos importantes en prácticamente todos los proyectos, es por esto que estamos calculando que este año la inflación particular de la construcción va a rebasar el 12%”, explica.
Su perspectiva es que para 2023 esto continuará. “Va a ser un año con impactos menos fuertes, ya que el sector -y lo que está pasando en el mundo- está encontrando la estabilidad, la estabilidad pre pandemia. Sin embargo, va a tardar todavía 3 o 4 años en que la construcción se equipare o tenga paridad con la inflación actual de los países”, recalca.
Ante este contexto de crisis, el ejecutivo planteó que “los proyectos de los gobiernos tienen que seguir porque son necesarios. Las asociaciones público-privadas o concesiones son un brazo muy importante para todos los gobiernos de poder financiar y apalancarse en estos proyectos”.
Respecto de Chile, donde el sector construcción ha estado golpeado, en particular por prolemas que han tenido algunas compañías con el Estado, valora la disposición del gobierno de apoyar al sector.
“Es importante porque de lo contrario se paraliza la economía del país. Yo creo que de la industria de la construcción dependen muchísimas industrias: el acero, el cobre, el vidrio, la madera… entonces, si quiebra la industria de la construcción, quiebran muchas industrias. En Chile hay mucha conciencia del efecto que eso tendría”, recalcó.
Asimismo, destacó que en todos los otros países donde opera están haciendo un esfuerzo para sostener la industria. En el caso de México la iniciativa privada ha reconocido que era un riesgo “no asumible” y los han compartido.
La cartera de proyectos
En Chile, GIA obtuvo la licitación de la construcción del Hospital El Salvador en Santiago en 2014 y es su obra más emblemática, porque implica recursos por US$ 250 millones para un recinto de 614 camas. Su desarrollo no estuvo exento de problemas los primeros años, pero la firma avanza a ritmo constante y está llegando a un 85% de avance, con miras a estar entregándola durante 2023.
A fines de 2021, la compañía se adjudicó un segundo contrato en ese país, para la construcción y posterior operación durante 15 años de una red hospitalaria en dos regiones del sur, que implica US$ 297 millones para cuatro recintos con 495 camas en total.
Iturbe cuenta que están iniciando las obras preliminares, con labores de movimiento de tierras e instalación de faenas. “Ya se está gestionando el término y aprobación de los proyectos por parte de la Inspección Fiscal. Para el primer semestre del próximo año tienen que estar ejecutándose todos los trabajos de construcción de los cuatro hospitales”, para lo cual tendrán cuatro años para ponerlos en marcha, explica.
En Honduras, la firma está desarrollando el centro cívico gubernamental de 170.000 metros cuadrados, el que tiene el propósito de albergar todas las oficinas del Gobierno Federal del país.
En Panamá, la firma mexicana está iniciando la construcción del nuevo campus del tradicional Instituto Gorgas, una institución nacida en 1921 y que tiene gran significancia local en ese país. El contrato es por US$ 68 millones y permitirá levantar un nuevo edificio con laboratorios de investigación científica.
Competencia y barreras
Entre los países que mira con atención, Iturbe señala que están atentos a la industria de obras públicas en Uruguay, mercados que resulta atractivo “por las condiciones sociopolíticas y económicas, adecuadas para el perfil de riesgo que nosotros estamos dispuestos a asumir cuando vamos a un país”.
Pero acceder a algunos mercados no ha sido fácil para la firma mexicana, por los niveles de competencia que hay en el segmento.
“Chile, por ejemplo, es un país muy abierto a nuestra industria de concesiones y construcción, al exterior”, resume y compara con lo que pasa en países como Perú y Colombia, donde dice que “las barreras de entrada son mucho más fuertes… inclusive exploramos en algún momento Brasil y es prácticamente imposible entrar como extranjeros a competir en ese sector”.
Se pronostica estabilidad en precios de construcción por menor demanda. Esto tras el aumento doble que existe por parte de la inflación en la industria constructora. Conoce todas las consecuencias que causará este fenómeno en el panorama económico del país.
La inflación en la industria de la construcción duplica a la general en México, lo que causará la desincentivación de actividades. Los resultados serán un arma de doble filo: una recuperación más lenta, pero estabilidad en los precios por menor demanda.
Los andamios cargan cada vez más peso. Aunado a una caída en la producción de insumos para la construcción que data de 2018 y a una lenta recuperación, el precio de los materiales no deja de incrementarse, lo que provoca que productoras y constructoras hagan malabares para ajustar sus costos, ser rentables y permanecer en el mercado.
La pandemia, la interrupción de la cadena de suministro por conflictos internacionales y el desabasto proveniente de China han hecho que los niveles de inflación rompan récords en todo el mundo, pero la industria ha sido golpeada de manera particular, lo que ha provocado que el incremento de costos en el sector haya superado el nivel nacional en general.
La inflación en el país llegó a 8.62% en agosto, una cifra no registrada desde el año 2000, de acuerdo con el Banco de México. Para la industria de la construcción, la situación es más grave, ya que en junio de este año la inflación fue de 15.4%, impulsada, principalmente, por los materiales, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Primero fue el acero. En 2021, su costo fue 37% mayor que en 2020, con base en el Índice Nacional de Precios Productor (INPP) del organismo.
El principal causante fue el covid-19 en Asia, donde países como China suspendieron de manera más tajante y durante más tiempo sus actividades para reducir los contagios, lo que afectó el suministro de acero a todo el mundo. Solo esta nación fue responsable del 53.3% del total de la producción mundial en 2020, estima la Asociación Mundial del Acero.
La pausa de las actividades, seguida del incremento acelerado de la demanda, impulsada por el descongelamiento de la economía en todo el mundo a finales de 2021 y durante 2022, ha causado que se requiriera más material del que se tenía en inventario y del que se había alcanzado a producir con la reactivación.
El fenómeno causa una espiral inflacionaria en el resto de los materiales de la industria, explica Ricardo Trejo, director de la consultora industrial Forecastim. “En la construcción, siempre hay un rezago en los fenómenos de cinco a seis meses. Por ejemplo, lo que vimos a finales del año pasado respecto a la inflación, se proyecta en la industria durante el primer semestre de este año”, indica.
En comparación con 2021, este año el asfalto y las mezclas tuvieron un incremento de 40%, siendo de los componentes de las edificaciones más representativos y con mayor aumento. El alambrón, derivado del acero, tuvo un crecimiento de 31.2%, el diésel, 8%, y las varillas corrugadas, 18%.
Todo sube
Empresas como Cemex han respondido con ajustes a sus precios. En 2021 aumentó 5% el costo de sus productos en general, registrando la mayor alza desde 2016, pero no se detuvo. En el primer semestre de 2022, el precio subió 16% en cemento, 15%, en concreto, y 24%, en agregados. En su reporte a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) correspondiente al segundo trimestre del año, la compañía apuntó que, a partir de julio, haría un tercer incremento a doble dígito en México (al cierre de esta edición, no ha precisado la cifra).
La estrategia fue implementada para amortiguar el precio de las materias primas que le restaron ganancia a la cementera. El margen de flujo de operación cayó 3.6% de 2020 a 2021, a pesar de haber crecido 7% en las ventas, “disminuyó comparado al año anterior debido, principalmente, a mayores costos de energía y dificultades en la cadena de suministros derivados de mantenimiento, importaciones y logística”, dijo la compañía.
Por otro lado, Holcim también ha sufrido el incremento en los costos de producción. “A nivel mundial, traemos inflaciones importantes y en particular a nosotros nos afectan mucho las relacionadas con el costo de la energía, sobre todo, en México, la térmica. Todo lo que tiene que ver con combustibles fósiles, que se usan para producir cemento, ya que muchos de ellos son importados y eso ahora cuesta muchísimo y se refleja en nuestros costos”, comenta Ricardo Pérez, director de Ventas y Soluciones Integrales.
“Lo tratamos de reflejar, en la medida de lo posible, con total responsabilidad en los precios de nuestros productos. No se trata de alocarnos y querer subir el precio por encima de eso. Tenemos que cuidar los costos o dejamos de existir”, agrega.
El encarecimiento ha afectado directamente a las constructoras, que se han enfrentado con que el precio de edificar una vivienda creció 11% en el primer semestre de 2022, comparado con el mismo periodo de 2021, de acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC). El crecimiento es siete veces mayor que el registrado en el mismo periodo, pero de 2018 a 2019, antes de la pandemia, cuando fue de 1.49%.
Por esta situación, los más afectados son los consumidores finales que desean adquirir un patrimonio. En 2018, el precio medio de la vivienda fue de 815,934 pesos, según datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), mientras que en 2022 la cifra es de 1,502,023 pesos, un 84% más en solo cuatro años.
También impacta en la infraestructura, con retrasos y sobrecostos de las obras. El trolebús elevado de Iztapalapa, a cargo del gobierno de la Ciudad de México, cambió en cinco ocasiones su fecha de inicio de operaciones debido a la interrupción en la cadena de suministro. “Producto del covid, hay retrasos en las entregas, particularmente, en el acero y en algunas cuestiones, como escaleras eléctricas, elevadores y muchos otros temas relacionados con el suministro de materiales”, resaltó Claudia Sheinbaum en noviembre de 2021, la primera fecha de inauguración.
“Hubo un tema de suministro mundial de logística, hubo un tema con el precio del acero, de repente se convirtió en un commodity en oferta y demanda, subió el precio cerca del doble, pero la CDMX está consciente”, dice Víctor Ortiz Ensástegui, fundador y presidente del consejo de Idinsa, empresa constructora del proyecto, en entrevista con Obras y Expansión.
La raíz
“¿Por qué crecen más los precios en la construcción? Por un lado, está el repunte de la industria, que eso hace que se levanten más materiales, trabajadores y maquinaria, por lo que hay impulso a los precios por el lado de la demanda”, asegura José de Jesús Salazar Cantú, titular del Departamento de Economía del ITESM y especialista en economía industrial.
El repunte ha sido discreto en comparación con lo registrado en años previos a 2019. Por ejemplo, en 2015 (un año estable, antes de las campañas para las elecciones de 2018), la producción de la construcción tenía un valor que rondaba los 35,000 millones de pesos.
En mayo de 2021, el mes con el valor de producción más bajo desde al menos 2006 (desde que existe registro), el indicador fue de 22,115 mdp. El pasado mes de junio fue de 24,777 mdp, un 12% más, indica la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC) del INEGI; aunque esto está 29% por debajo de los niveles de 2015.
Otro elemento que incide es el aumento en el costo del transporte, derivado del encarecimiento del diésel que, con base en datos de la CMIC, es el tercer insumo más representativo y utilizado en la industria de la construcción. Hasta julio de 2022, tuvo un incremento de 8% anual en el precio al consumidor, indica la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Menos evidente ha sido el problema que se ha generado en los puertos. La importación vía marítima de acero y alambrón, principalmente, ha tenido retrasos en los tiempos de entrega, lo que se traduce en un déficit de oferta y, por lo tanto, en aumento de precios, ya que el inventario doméstico no es suficiente para las obras, añade Jesús Salazar Cantú.
La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero (Canacero) reporta que, en 2021, el país produjo 19 millones de toneladas de acero para consumo interno y se importaron 11.5 millones más. Es decir, del total de producto consumido en el país, 37% fue del extranjero.
La congestión en puertos se deriva también de la pandemia, que en enero de 2022 afectó con su variante ómicron, por lo que China registró bloqueos y restricciones que perjudicaron a todo el mundo, ya que al reanudar operaciones, el acumulado de la demanda de servicios saturó la infraestructura portuaria global. Y en México, Manzanillo y Veracruz no fueron ajenos , superando los 11 días para la entrega de las mercancías, sostiene la empresa de logística DSV.
Estabilidad en precios
Aunque no se vislumbra un descenso en los precios en el siguiente año, el crecimiento será cada vez más lento a finales de 2022, debido a que los proyectos detenidos durante la pandemia ya se terminaron. La situación económica ha provocado que se retrasen algunas decisiones de comenzar nuevas construcciones y la demanda de materiales vuelve, poco a poco, a la normalidad.
“Habrá menos interrupciones en la cadena de valor y, a la par, más certidumbre. Actualmente, los precios de los minerales cotizan a la baja, además de haber una desaceleración económica mundial. Si juntamos todo eso, tendremos una desaceleración en la actividad constructiva y una estabilización de los precios”, apunta Ricardo Trejo.
El fenómeno se da de manera natural debido a un ajuste de oferta y demanda que comienza a alejarse de las repercusiones de la pandemia, en la que despuntó la urgencia por construir. Ahora, la balanza se inclina a las necesidades reales del mercado.
Ternium, una de las acereras más importantes de México, ya comenzó a experimentar la caída. En su reporte del tercer trimestre de 2022, experimentó una baja en ingresos debido a un menor precio al consumidor de sus productos por el decremento de la demanda. A la par, la compañía espera reducir su margen de ganancias debido al incremento de los costos de producción.
A pesar de la situación complicada que enfrenta el sector siderúrgico en el mundo, el consumo de acero ha resultado favorable para México. Conoce los resultados que se han presentado en otras partes del mundo.
Luego de una recuperación en 2021 del consumo aparente de acero en Latinoamérica, este año esperan una caída de 2.1% por la invasión de Rusia a Ucrania, así como por la alta inflación y una esperada desaceleración económica mundial, incluso, está previsión puede resultar en una mayor disminución.
De la región, México es de los pocos países que tienen una proyección positiva en el consumo aparente (indicador que considera la producción local más las importaciones y menos las exportaciones), señaló en entrevista con Forbes México el director ejecutivo de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), Alejandro Wagner.
El 2021 fue de recuperación para la industria siderúrgica en América Latina, pues el consumo de acero creció 27% respecto a 2020, año en el que el cayó 10% debido a la pandemia de Covid-19.
Para 2022, después de un mes de haber comenzado la guerra de Rusia contra Ucrania, se estimó que el consumo en la región caería un 2.1%, pero ante la prolongación de la guerra y el entorno geopolítico y económico, este calculo podría ser de una disminución de entre 5 y 10%.
“En ese momento estábamos con la guerra recién empezada sin saber la magnitud y la duración de esta, que aún no termina lamentablemente, a eso se le suman factores coyunturales diría político-económicos de la región”, comentó Wagner.
Respecto a México, dijo que es de los pocos países de la región donde se estima un pequeño crecimiento en el consumo de acero; eso así, ahora es menos menos positivo de lo proyectado a principios del año, prevé la cámara mexicana, pero el indicador, el cual se revisa cada 4 meses, se mantiene en ese terreno favorable.
Si bien, el consumo de acero en construcción (a gran escala y residencial) se ha ralentizado en México, hay un buen nivel en lo que respecta al sector automotriz y de maquinaria; es por esto que el consumo de acero mexicano está un poco mejor que la media latinoamericana.
Para el director ejecutivo de Alacero, el panorama es incierto por la guerra y los vaivenes económicos, pero confía en la resiliencia que siempre ha mostrado la industria siderúrgica de la región.
“En nuestro sector particularmente estamos lamentablemente acostumbrados a estos ciclos, este quizás fue uno de los más fuertes de la historia, (…) la sumatoria de factores parece que es una tormenta perfecta, pero bueno hay un sector que que sabe de resiliencia y de volver a arrancar es el siderúrgico”, aseguró.
Algo que Wagner destaca es la recuperación de empleos que se perdieron por la pandemia: en el primer año de la Covid-19 dejaron de operar 18 hornos y hubo una pérdida de más de 90,000 empleos en el sector, pero en 2021, se generaron más de 100,000.
También resaltó las inversiones que está realizando la industria en sostenibilidad, lo que se refleja en una menor huella de carbono la cual es menor 15% en América Latina que el promedio global, pero sus señala que sus metas de descarbonización de la industria son responsables por lo que no fijan un año.
“Acá somos un mundo de ingenieros y nos gusta más de responder con información, por ejemplo, las renovables hoy representan el 10% de la generación de energía en el mundo y han crecido exponencialmente en los últimos 10 años, ¿a qué tiempo llegaremos hacer 100% renovables? Bueno, en la próxima década probablemente que no, porque tenemos que crecer 10 veces más”, puntualizó Wagner.
La inflación demoraría recuperación del sector constructor, lo que dificultaría el recobro de niveles prepandemia de acuerdo a análisis económicos realizados. El estancamiento de la edificación de vivienda y el aumento en precios de materiales de construcción son otros obstáculos.
La pandemia generada por el Covid-19; la inflación y la caída en el consumo en los hogares, provocarán que el sector de la construcción no vea la luz hasta el 2024, y corre el riesgo de que demore más salir del bache en el que se encuentra, coincidieron analistas.
Ricardo Trejo Nava, director de Forecastim, estimó que la industria este año tendrá un crecimiento de uno por ciento, y estará todavía 12 por ciento abajo de los niveles que se tenían previo a la pandemia.
“Al sector de la construcción le tomará de dos a tres años regresar a los niveles pre pandemia, no es un panorama aterrador, pero su recuperación se está viendo comprometida si la inflación no cede y la inversión no crece”, enfatizó.
Agregó que la inflación en los materiales para la construcción de hasta 15 por ciento anual en abril complicará la recuperación del sector, pues por cada mes que se reporta un incremento en los precios, la repercusión puede extenderse de hasta seis a ocho meses.
Al respecto, Pedro Azcué, CEO de JLL México & Chairman Latin America, señaló que en el sector de la construcción la afectación no será similar en todos los segmentos, dado que algunos con la pandemia tuvieron mayor demanda que otros.
Agregó que la edificación de vivienda residencial (de más de 6 millones de pesos) estará estancada al igual que el segmento de oficinas.
En contraste, dijo que en donde se verá mayor dinamismo es en la edificación de naves industriales.
Por su parte, Eduardo Orozco cofundador y CEO de Alo Home, destacó la presión que ha metido el alza de costos de algunos materiales para la edificación debido a la inflación, lo que ha presionado a los inversionistas quienes tendrían que aumentar sus precios al cliente final.
Orozco agregó que dicho panorama afectará la vivienda de interés social porque se ha vuelto imposible construir una casa con menos de un millón de pesos.
Indicó que de todo el sector de la construcción, el segmento de la vivienda representa entre 30 y 50 por ciento.
El sector de vivienda se encuentra en aprietos tras inflación, ya que el aumento en precios de materiales ha provocado el encarecimiento de insumos para esta actividad. Conoce las consecuencias que está ocasionando en la industria.
Los constructores prevén estrategias para mitigar el alza; sin embargo, en algunos segmentos el precio final podría encarecerse hasta 16%.
La inflación no da tregua y los materiales para la construcción han resentido de manera importante el tema. En mayo pasado el aumento de los precios repuntó y con ello el acumulado que los desarrolladores de vivienda deben pagar por insumos vitales para su actividad.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el subíndice de materiales para la construcción registró una inflación acumulada de 16.93% entre enero y mayo de este año, un nivel por encima de otros periodos similares e incluso por arriba del aumento anual de los últimos 10 años.
Por ejemplo, en el 2020 y el 2021, la inflación sobre los materiales de la construcción en general reportó incrementos acumulados en cinco meses de 0.04% y de 11%, respectivamente.
En su reporte Situación Inmobiliaria 1S22, BBVA México explicó que productos como el cemento, el concreto y los tabiques tienen una ponderación de casi la mitad del índice de los materiales para la construcción; sin embargo, son los derivados del acero los que tienen mayor volatilidad y aumentos.
“La razón más recurrida para explicar la escalada de precios, tanto del lado del consumidor como del productor, es la escasez. Inicialmente la pandemia detuvo la actividad económica, con lo que se redujo la obtención de materias primas y la fabricación de bienes intermedios necesarios para la producción de bienes y servicios finales”, se señaló en el informe.
El acero, el mayor reto entre los constructores
Aunque de manera general los precios de los materiales suben, los derivados del acero son los que ponen mayor presión sobre la industria de la construcción, con aumentos de doble dígito y alzas acumuladas de más de 100%, tal como es el caso de la varilla.
Luis Alberto Moreno Gómez Monroy, presidente nacional de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), explicó que el segmento vertical y residencial plus es donde se ve el mayor requerimiento de materiales como el acero.
“El incremento (de precios) en la parte residencial, residencial-plus, va a llegar a finales de año hasta quizá un 14% o 16%, en el segmento social va a variar un 7 y un 12%, en virtud de que son viviendas más austeras y ligeras, no llevan ni mucho concreto, ni mucho acero”, comentó el representante de los desarrolladores de vivienda.
Al cierre de mayo, la varilla reportó un aumento de 27%; sin embargo, en el acumulado de los últimos cinco años el incremento es de 122.3 por ciento.
En una tendencia similar se ubicó el caso de las láminas metálicas, que si bien en mayo pasado tuvieron una variación mensual a tasa anual de -0.80% en su precio, en el acumulado de los cinco primeros meses del 2022 el aumento fue de 27.5% respecto al año pasado.
En el caso del alambre y los castillos armados, entre enero y mayo de este año registran aumentos de 19.61% y 20.17%, en cada caso, respecto al mismo periodo del 2021.
Algo en común que reúnen estos materiales en su conjunto es que un segmento de la construcción que depende de estos materiales para su edificación es el de la vivienda.
El impacto en el mercado
Para Gómez Monroy, el impacto de los incrementos en los precios de los materiales no se ha reflejado en la misma tendencia que el aumento en los precios de la vivienda, debido a que parte del inventario en venta este año ya estaba construido.
“El reflejo se va a ver a partir del segundo semestre (de 2022), de lo que se está construyendo con precios actuales”, dijo el presidente nacional de Canadevi.
Cabe recordar que, de acuerdo con el Índice SHF de precios de la vivienda, en el primer trimestre a nivel nacional el costo de la vivienda tuvo un aumento de 7.7 por ciento.
Así, bajo este escenario, para el titular de la Canadevi los aumentos en los insumos no frenan directamente los proyectos; sin embargo, inciden en los planes de inversión y obras en proceso.
“O absorbes como constructor esos incrementos o el mercado mismo los absorbe, esto se va a tener que hacer de manera paulatina, no puede ser de manera abrupta”, comentó.
Sergio Leal, presidente del consejo de administración de Vinte, coincidió en que estos aumentos sobre los materiales se trasladarán a los precios de las viviendas en venta, en el mediano plazo.
“Las empresas ya tuvieron que poner su dinero, el acero ya está 40% más caro, va a ir subiendo el precio conforme el cliente vaya subiendo su expectativa de crédito”, estimó el empresario.
De acuerdo con Canadevi, una de las estrategias con la que los constructores mitigan estos aumentos de materiales es con compras en volumen para acordar mejores precios con los proveedores, una estrategia que Sergio Leal dijo que también Vinte busca acordar.
Actualmente se empiezan a sentir los efectos de la inflación, esta vez al provocar incrementos en precios de construcción. Se ha registrado hasta un 50% de aumento en los costos de los materiales de la industria.
El incremento de hasta 50% en los costos de los materiales de construcción y otros aumentos esperados en los siguientes meses provocará un alto impacto en el precio de la vivienda, que conllevaría a elevar el costo promedio de las casas en hasta 17% al cierre del 2022, dijo Luis Alberto Moreno Gómez Monroy, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi).
“Se viene una subida importante en materiales, ya se venía dando desde el año pasado, pero ahora se ve fuertemente reflejada en algunos materiales que no estaban en ese impacto inflacionario. Los materiales en los que se habían dado un alza es el acero, cemento y concreto, pero aunado a esto viene el cobre, el aluminio, la madera, agregados y ha sido un impacto fuerte en el costo de la vivienda”, estimó el empresario.
En entrevista con El Economista, el líder de la Canadevi informó que “la inflación provocará que al cierre del año haya incremento entre 12 y 17% del valor de las casas”.
En la Cámara se detectaron a ciertos estados del país que presentaron incrementos de hasta 50% en el precio del acero, reflejados en algunos productos, debido al asunto de la logística de distribución, de que si es más cercana a un punto de entrada aduanera es más sencillo adquirir el producto; no obstante, en promedio el aumento fue de 38% a nivel nacional.
“Pero no es tema de los acereros, sino es un commodity mundial, por ejemplo; durante febrero se detectó el alza más acelerada, lo cual es entendible porque uno de los principales productores de acero y aluminio en Europa es Ucrania, expresó Moreno Gómez Monroy.
Esto se suma a que faltan condiciones de construcción, que los estados ofrezcan certeza jurídica y condiciones de infraestructura para el desarrollo de vivienda.
Tan solo, expresó, en el estado de Chiapas, los empresarios de la vivienda deben esperar 1,150 días para el otorgamiento de licencias de construcción, de modo que se tiene que trabajar con el gobierno municipal y el gobierno del estado para mejorar la tramitología.
Refirió que hay estados que protegen al inversionista y esos estados tienen desarrollo importante, entre ellos Guerrero, a donde irán inversiones fuertes tanto en el ramo de construcción turística como inmobiliario.
Productos hipotecarios
Los estados más dinámicos son Nuevo León, Guanajuato, Jalisco, Puebla, Valle de México, Querétaro, Aguascalientes y Baja California, Tamaulipas, Ciudad Juárez. No obstante, en el resto hace falta infraestructura, estado de derecho y que haya seguridad en las inversiones. Y una vez que suceda eso, inmediatamente trasladamos nuestras inversiones, aseveró el presidente de la Canadevi.
Pese a ello, consideró que sigue siendo un buen momento para las familias mexicanas de comprar una casa, pues las tasas de interés de productos hipotecarios no han aumentado.
En la Cámara de la vivienda “trabajamos para abatir la circunstancia de inhibir la compra, además las tasas de interés de productos hipotecarios no han aumentado, pues siguen estando bastante accesibles y es buen momento para la compra de vivienda, incluso las tasas de interés están hasta de un dígito en los bancos, cosa que es buena señal porque la gente puede tener un crédito a tasa fijo, a largo plazo con un dígito en la tasa de interés de su hipoteca”, expuso Luis Alberto Moreno.
Por tanto, confió en que el 2022 sea un año de crecimiento de 3%, “estamos trabajando y echando ganas para el crecimiento, pero no esperábamos la guerra en Ucrania y nos ha llevado a retrasarlo”.
La inflación derivada de la guerra ha traído el encarecimiento de los precios de construcción. Aumentando el precio de las obras, así como de materiales como el acero y la varrilla. Se ha llegado a un incremento de hasta un 150%.
Derivado de la guerra, la inflación y la pandemia, provocada por Covid-19, el precio del acero y la varilla han incrementado en un 150% en el último año y medio y las obras se encarecieron entre un 70 y un 80%.
El presidente de la Cámara de la Construcción (CMIC) en el Estado de México Enrique Maza señaló que es necesario reactivar la obra pública, generar confianza para atraer más inversiones, pero también un plan de reactivación económica y estabilizar los precios de los materiales.
Durante una entrevista señaló que el alza en los precios de materiales se debe principalmente a la pandemia y a la inflación generada por la guerra, pues algunos como la varilla han incrementado de 12 mil a 35 mil pesos por tonelada en los últimos 18 meses.
“El tema ha sido no menor: hay una inflación fuerte en el sector de la construcción; la varilla que hace año y medio costaba 12 mil 500 pesos, ahorita anda sobre los 35 mil pesos; hemos tenido inflación por arriba del 150% en la varilla principalmente, pero también ha subido mucho el cemento y otros insumos.
“Sí nos pega directamente y es ahí donde nosotros pedimos que las autoridades federales, estatales y municipales también vean que se tiene que actualizar un catálogo de precios porque sí ha habido una inflación muy importante y tenemos que combatirla”, explicó.
Afirmó que tenían la esperanza de que los precios disminuyeran y se buscara una estrategia, pues aún cuando no se ha hecho tanta obra, el costo del material sigue subiendo.
Ese tema, dijo, obedece a una economía de mercado y a una Ley de oferta y demanda, pero les han dicho que se debe a que la materia prima se compraba más para industrias como la china y eso la encarecía.
El empresario advirtió la necesidad de realizar un plan que les ayude a la reactivación económica, y el cual sea más solidario con los constructores; así como ver la posibilidad de estabilizar y bajar los precios.
“A la pandemia se le estaba viendo la luz al otro lado del túnel, pero luego se viene la guerra y empiezan a faltar más insumos no sólo de temas de construcción, hablo también de alimentos, de granos y de varias cosas, donde por ejemplo Ucrania y la propia Rusia son suministros mundial de muchas cosas, entonces al haber está guerra, pues también le estamos sufriendo los demás; se encarecen las cosas y hay una inflación a nivel mundial”, explicó.
El material, dijo, ha aumentado casi un 150% y eso ha inhibido la obra sobre todo en la parte privada, mientras en la pública las obras han disminuído en los últimos años.
“Eso es muy claro para todos, necesitamos que se reactive, que haya más inversión en el sector gubernamental, en infraestructura, hablamos de puentes, carreteras, empresas, de toda la infraestructura y también de edificación de casas habitación.
“Hay mucho déficit, tenemos cubierto solo el dos por ciento de la demanda de casas. Falta mucha inversión y también falta mucha inversión privada, pero es lo que también decía en mi intervención: necesitamos más confianza”, señaló.
Considero que sí hay inversionistas mexicanos y extranjeros interesados en invertir, pero también pérdida de confianza por cuestiones como la contratación del aeropuerto de Texcoco, donde no se respetaron los contratos firmados y se generó falta de certeza.
“Quitando ese fantasma yo creo que la inversión debe regresar”, apuntó.
De hecho, señaló, ya hay más inversión pero no es suficiente para la reactivación económica, pues se requiere más inversión pública, privada y obras de infraestructura.
De acuerdo a un informe de BBVA, se pronostica un crecimiento marginal del sector de la construcción, con una cifra estimada de 0,4%. A continuación, conoce los datos proporcionados por el reporte económico.
El sector mexicano de la construcción puede crecer un “marginal” 0,4 % interanual en 2022 impulsado por la obra civil del Gobierno, pero estancado por la insuficiente inversión privada y la inflación, según estimó este miércoles un informe de BBVA.
El dato implicaría un ligero avance tras el incremento anual en términos reales de 7,2 % de la construcción en 2021 y la caída de 17 % en 2020, cuando la pandemia obligó a la suspensión de la construcción por meses, indicó Carlos Serrano, economista jefe de BBVA México.
“Lo que hemos visto es un rebote, pero es un rebote que, al igual que la economía general, habla de una recuperación incompleta”, manifestó Serrano al presentar el reporte.
El economista destacó que la obra civil podría tener un mejor desempeño en 2022 que la edificación, un fenómeno que no se había visto en más de 10 años.
El valor de la producción en infraestructura creció más del 6 % anual al cierre de 2021, calculó el reporte.
Pero Serrano matizó que casi tres cuartas partes, el 74 %, del presupuesto federal destinado a obra pública se concentra en 4 de las 32 entidades terrotoriales: Campeche, Tabasco, Ciudad de México y Veracruz.
En tanto, los estados del norte del país están concentrando la edificación privada por el interés de empresas extranjeras en construir naves industriales.
“El monto de inversión pública y privada debe ser mucho más alto para una recuperación más rápida. Certidumbre a la inversión es un requisito indispensable para este propósito”, mencionó.
La importancia del sector de la construcción radica en ser la cuarta actividad económica generadora de riqueza de México, donde contribuye con más del 7 % del producto interno bruto (PIB), de acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
Además de la necesidad de inversión, “la incipiente mejora del sector se verá afectada por el fuerte incremento en precios de los insumos”, advirtió Serrano.
El informe de BBVA señaló un encarecimiento del 15,3 % en el Índice Nacional de los Precios al Productor (INPP).
Mientras la inflación general rebasó el 7 % en 2021, el nivel más alto de México en dos décadas, por primera vez el precio de los materiales de la construcción subió más de 15 %.
“Esperamos que este sea ya el pico en los costos de insumos de la construcción”, expresó Serrano, pero alertó del posible impacto económico de mayores sanciones contra Rusia y el alargamiento del conflicto en Ucrania.
Como factores positivos, el BBVA resaltó que el empleo en la construcción creció 4 % al cierre de 2021, lo que “anticipa” más actividad.
En tanto, el empleo formal en general ha superado los 21 millones de puestos registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) lo que incrementará la demanda de crédito de vivienda.
Por ejemplo, el número de créditos hipotecarios otorgados por el sector privado creció 25 % en 2021 y el monto total otorgado en más de 29 %.
Alza en material complica panorama de la construcción, tras elevarse sus precios como consecuencia del conflicto Rusia-Ucrania, así como de la inflación en México. Tan solo materias primas como acero y cemento, se han encarecido como efecto colateral.
La invasión de Rusia a Ucrania, no solo está causando indignación internacional y rechazo al gobierno autocrático de Vladimir Putin, también conlleva efectos colaterales a la economía mundial, y en específico, al segmento inmobiliario.
Por ello, insumos de diversas materias primas han mostrado un alza importante que están afectando al resto del mundo; por ejemplo, el impacto de la inflación que está experimentando México se ha visto reflejado en los precios de la canasta básica, que han subido hasta más del 13% en marzo, según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) durante el 2020, indican que Rusia fue el socio comercial 35 de México a nivel mundial, pero sí es uno de los primeros países en Europa Central con un tráfico que dejó una derrama económica equivalente a mil 291 millones de dólares (mdd).
Tan solo a enero, antes del conflicto, el precio del cemento gris en México había subido en promedio un 14.5% el bulto de 50 kilogramos y un 20% la tonelada a granel, respecto a diciembre de 2021.
Por la invasión, diversos materiales estrechamente relacionados con la construcción inmobiliaria comienzan a tener una fluctuación alta en sus costos, por ejemplo, el acero, el cual subió 40% sus precios, sumado a un 12% adicional en costos de insumos tales como el tubo de PVC para infraestructura de los departamentos, el concreto, yeso, cemento y otros productos derivados.
El acero ya había presentado un incremento drástico en sus precios durante el 2006, cuando aumentó un 37% anual, ubicándolo como la mayor variación desde entonces.
Otro parámetro de esta alza se registró en Guadalajara, donde el alza en el precio de los energéticos y de los insumos en general, complicó el panorama para la industria de la construcción en Jalisco.
El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en la entidad, Carlos del Río Madrigal, indicó apenas el 16 de marzo que, de 2019 a 2022 los productos de acero aumentaron en ese periodo, hasta un 120% su valor, situación que obligó a algunos constructores a modificar sus modelos constructivos.
Por su parte, Héctor D’argence Villegas, presidente del Parque Industrial Fundidores en San Luis Potosí, coincidió en que durante 2021 el precio del acero se fue hacia las nubes, pues ha registrado un incremento de entre un 35 y un 40% desde finales de 2020 a la fecha.
Argumentó que en el último trimestre del 2021, la tonelada de acero se compraba entre los 4 mil 800 y los 5 mil pesos, pero en diciembre subió a 6 mil 800 pesos y al iniciar el 2021 nuevamente aumentó hasta los 9 mil pesos, informó apenas el 2 de abril.
“El incremento de los costos constructivos tendrá una relación directa en el aumento de los precios de desarrollos, comercios, oficinas, locales y viviendas. Si una vivienda tenía un importe ya establecido durante su inicio, hoy podría suceder que ésta suba entre 25 a 30% en su precio de venta debido al incremento de los materiales”, finalizó Daniel Narváez, Marketing VP de Lamudi.