La actividad industrial de México avanzó un 2 por ciento en octubre pasado frente a septiembre, su quinto avance seguido apoyado en buena medida en la construcción, informó el viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con las cifras desestacionalizadas del Inegi, el subíndice de la construcción avanzó a su vez un 3,6 por ciento en el décimo mes del año, con lo que se recuperó en forma parcial de la caída del 5,1 por ciento observada en septiembre.
En tanto, el sector manufacturero creció en el lapso de referencia un 1,8 por ciento mensual, mientras que generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, así como suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final tuvieron la misma variación en el período.
La minería, por su parte, creció 1 por ciento en el décimo mes del año contra septiembre, con lo que también acumuló cinco meses en zona de expansión, según los datos del Inegi.
Entre enero y octubre de este año, la actividad industrial mexicana, con sólidos vínculos con su par en Estados Unidos, acumuló una caída del 11,3 por ciento, tras la disminución interanual del 3,3 por ciento del décimo mes del año, precisó el reporte del Inegi.
En un documento enviado por separado, el Grupo Financiero Banorte advirtió que pese al buen resultado mensual, los riesgos para la actividad industrial han aumentado respecto al cuarto trimestre, debido al repunte en los casos positivos del nuevo coronavirus.
“Las condiciones epidemiológicas comenzaron a deteriorarse en octubre y han mantenido una tendencia negativa en noviembre y lo que va de diciembre”, resaltó Banorte.
México comenzó desde el 1 de junio pasado a reactivar de forma paulatina algunos sectores de la economía que habían estado cerrados desde finales de marzo para evitar la propagación de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).
El país latinoamericano se encuentra, no obstante, en el segundo pico de la pandemia de la COVID-19 debido al aumento de contagios en los últimos meses.
La economía mexicana, la segunda mayor de América Latina después de Brasil, podría registrar una caída del 9 por ciento en 2020 debido a la pandemia, su peor tropiezo desde la Gran Depresión, en la década de 1930, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La pandemia del nuevo coronavirus, que ha obligado a millones de personas a teletrabajar y ha aumentado la importancia de lo digital, acelerará la llegada de la Cuarta Revolución Industrial. En 2025 el empleo robotizado ya será tan habitual como el humano, según predice un estudio del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) presentado este miércoles.
En su informe anual sobre el futuro del empleo, la institución que organiza el Foro de Davos muestra que la crisis sanitaria global ha aumentado el interés de las empresas en adoptar la inteligencia artificial y la robotización, dos de las principales características de esa revolución ya iniciada pero que ahora avanza más rápido.
De esta manera, el estudio llega a la conclusión de que ya en 2025 casi la mitad del trabajo global (47%) estará automatizado, frente al 33% actual.
Esto producirá una importante pérdida de empleo, aunque los expertos del WEF indican que irá acompañada de la creación de trabajos en determinadas áreas, como el análisis de datos o la computación en la nube, dos de las nuevas habilidades que serán más demandadas.
«El ritmo de creación de empleos está siendo más rápido que el de destrucción»
Sin embargo, «el ritmo de creación de empleos está siendo más rápido que el de destrucción», ha destacado hoy en la conferencia de presentación del informe la directora gerente de WEF, Saadia Zahidi.
El informe estima que para 2025, en 26 grandes economías estudiadas se habrán perdido 85 millones de empleos pero se habrán generado 97 millones, «adaptados a la nueva división entre humanos, máquinas y algoritmos».
La revolución que se avecina no siempre significará destrucción de empleos: de las empresas sondeadas por el estudio, un 43% prevé reducir su plantilla a causa de la integración tecnológica, pero un 34% considera aumentarla, según el Foro Económico Mundial.
Formación para la transformación
La formación de nuevos empleados y de los que ya trabajan será clave en este proceso de transformación, como prueba el hecho de que el 94% de los directivos de empresa encuestados subrayaron que esperan que sus trabajadores adquieran nuevas habilidades en sus empleos, cuando hace dos años ese porcentaje era de sólo el 65%.
La directora de análisis de datos de la plataforma de educación virtual Coursera, Emily Glassberg Sands, ha señalado que el aprendizaje en línea, una de las herramientas de formación clave hacia la transformación digital, ya está cambiando rápidamente desde el inicio de la crisis sanitaria.
«La gente busca cuatro veces más programas de formación en línea, las compañías ofrecen cinco veces más estos cursos, y los gobiernos nueve veces más, ha explicado en la presentación del informe.
La era del teletrabajo que ha traído la pandemia ha llegado para quedarse, concluye también la investigación, en la que se ha hallado que un 84% de los empleadores tienen la intención de digitalizar rápidamente los procesos de trabajo, y de trasladar un 44% de sus empleados al trabajo remoto.
El estudio advierte sobre un aumento de la desigualdad laboral debido al impacto de la pandemia combinado con el de la transformación tecnológica, en la que «los empleos con menores sueldos y aquellos en manos de mujeres y jóvenes se verán más afectados en la primera fase de la contracción económica».
El impacto será incluso mayor que en la gran recesión de 2008, y profundizará las desigualdades ya existentes, ha alertado WEF.
«Es necesario el trabajo coordinado de empresas e instituciones»
Glassberg Sands y Zahidi han coincidido que para que esta gran transición hacia el trabajo automatizado y digital no tenga consecuencias tan negativas «es necesario el trabajo coordinado de empresas e instituciones, incluidos los gobiernos».
«Llega una era en la que los gobiernos podrían ser más grandes en tamaño pero también han de ser más atrevidos en sus políticas», ha agregado el consejero delegado de la firma de inteligencia artificial FutureFit Ai, Hamoon Ekhtiari
Pese a estar en el sector más ligado a la sustitución de hombres por máquinas, en este caso ya capaces de aprender como los humanos, Ekhtiari ha querido dar un mensaje positivo, asegurando que «hay grandes puestos de trabajo escondidos, no solo en la tecnología sino también en campos como la educación».
«El futuro del trabajo es digital, pero también humano», ha asegurado la economista jefe de la plataforma digital de empleo Linkedin, Karin Kimbrough.
La directora gerente del Foro Económico Mundial ha recordado por su parte que la actual pandemia ha provocado que el trabajo virtual aumente, pero al mismo tiempo ha aumentado el prestigio de muchos empleos cara a cara, desde los trabajadores sanitarios a los cajeros de supermercado.
La demanda de acero en América Latina cayó un 30% en abril debido a que la pandemia COVID-19 obligó a la economía de la región a detenerse, pero hay indicios de que ha comenzado una recuperación, según Alacero, la Asociación Latinoamericana del Acero.
Según la asociación, la producción de acero bruto aumentó un 8% de abril a mayo.
Estamos entrando en una etapa de transición. La tendencia a corto plazo aún no está clara, ya que vemos algunos signos positivos, mientras que los negativos permanecen, dijo la asociación.
Mientras tanto, la asociación dijo que está monitoreando de cerca las importaciones de acero, que aumentaron en el primer trimestre y representaron el 41% como parte del consumo en abril.
Debemos advertir que ahora, más que nunca, es necesario evitar las importaciones injustas, como las que provienen de China, y alentar el consumo interno, dijo el director general de Alacero, Francisco Leal.
Es un momento para que los gobiernos y la industria se esfuercen por crear condiciones que nos permitan salir más fuertes después de esta depresión, en términos de desarrollar infraestructura y cadenas de valor y fortalecer el tejido industrial, que genera empleo, dijo.
De acuerdo con la Asociación Latinoamericana del Acero, ALACERO, el consumo latinoamericano de acero caerá un 17% en 2020, debido al impacto de la pandemia de Covid-19 en la demanda de los usuarios finales.
Explica que la industria automotriz en particular se vio significativamente afectada por las restricciones impuestas para combatir la propagación de Covid-19.
La producción automotriz se redujo en más del 90% interanual durante abril en los principales países productores: México, Brasil y Argentina.
«El desempeño económico [en América Latina] ya era débil antes de la pandemia», dijo el presidente de Alacero, Francisco Leal, en un seminario web organizado por la productora de niobio Companhia Brasileira de Metalurgia e Mineração (CBMM) el martes 30 de junio.
La construcción, añadió, también se vio muy afectada por la pandemia.
Las dificultades que ya enfrentan las siderúrgicas en la región empeoraron la crisis de la demanda en América Latina, agregó Leal.
Estas cuestiones incluyeron condiciones comerciales globales consideradas injustas por la industria, especialmente después de que algunas exportaciones chinas se desviaron a América Latina cuando Estados Unidos impuso un arancel del 25% sobre el acero importado bajo la Sección 232, altos costos internos en algunos países como Brasil; y la menor contribución de la industria en general al producto interno bruto (PIB), particularmente en Brasil.
Alacero ya había declarado que la industria del acero estaba funcionando con una utilización de la capacidad del 42% en abril, en medio de la caída de la demanda que resultó en algunos recortes de oferta.
La contracción de la demanda ha presionado los precios de exportación de acero de América Latina en los últimos meses, pero se han recuperado debido a la reducción de la oferta y en medio de los precios chinos más altos.
La industria del acero pide que el mercado de CO2 no la penalice.
El presidente del Principado, Adrián Barbón, expresó ayer la “produnda preocupación y decepción” del Gobierno asturiano tras la decisión de la Unión Europea (UE) de no reforzar las medidas de protección del acero comunitario frente a los importadores. Barbón transmitió su alarma sobre el futuro de la siderurgia al jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, al que pidió que promueva una “respuesta contundente” para que Bruselas reconsidere esa política.
“No puede ser que estemos compitiendo en desigualdad de condiciones. Defendí y defiendo el arancel ambiental, pero hay otras medidas de ajuste que la UE no está adoptando”, afirmó Barbón, refiriéndose tanto al establecimiento de una barrera comercial relacionada con las emisiones de CO2 (arancel ambiental europeo, pendiente aún de diseño) como a la reducción de las cuotas de entrada de acero extracomunitario que la industria pedía restringir drásticamente, medida avalada por varios gobiernos, entre ellos el español, pero rechazada por una mayoría de veinte estados.
La negativa de la UE a elevar la protección comercial del acero pese al hundimiento de la demanda por la crisis del covid-19 ha amplificado las alarmas en el sector continental. La confederación sindical IndustriALL-Europa, de la que es vicesecretario el asturiano Luis Ángel Colunga, está demandando medidas comerciales, fiscales, ambientales, financieras y de estímulo de la demanda para rescatar a la siderurgia. La organización que representa a los siderúrgicos europeos teme que, tras la crisis actual, desaparezca la mitad de la capacidad productiva del sector, cuya producción se ha reducido el 40%.
La producción industrial se hundió hasta anotar su mínimo histórico en abril, un mes marcado por el confinamiento y la hibernación de sectores no esenciales que incluyó la paralización prácticamente total de la fabricación de vehículos.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este viernes el índice de producción industrial (IPI) de abril, que cayó un 33,6 % con respecto al mismo mes de 2019, y que avanza en la tendencia bajista ya observada en marzo, cuando se hundió un 11,7 %.
Esta cota es el nivel más bajo de toda la serie histórica, ya que supera el que hasta ahora era mínimo histórico, con un desplome de 28,4 % de abril de 2009, en plena crisis financiera.
Los datos de abril están afectados por la epidemia de coronavirus y por las medidas adoptadas para atajarla, que han incluido el confinamiento de la población desde mediados de marzo y un permiso retribuido recuperable para los trabajadores de las actividades no esenciales entre el 30 de marzo y el 9 de abril, que supuso prácticamente el cierre de la industria y la construcción en ese periodo.
El INE constata que en abril la producción de bienes de equipo cayó a la mitad -experimentó una reducción del 57,4 %-, un descenso que también fue acusado en los bienes intermedios, que descendieron un 35,9 %.
La producción de bienes de consumo bajó un 22,8 %, con una intensidad de la caída muy diferente entre los duraderos (67,4 %) y los no duraderos (19,1 %), y la de energía se contrajo un 14,7 %.
Un análisis más detallado de las ramas de actividad refleja que el IPI estuvo lastrado por el hundimiento de la industria manufacturera, cuya actividad cayó un 37,8 %, y, en menor medida, por la evolución a la baja del suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado.
Dentro de la industria manufacturera, las ramas que más presionaron a la baja fueron la fabricación de vehículos de motor, remolques y semirremolques y de productos metálicos.
La producción del sector del motor prácticamente se paralizó en el mes de abril, cuando anotó un descenso del 92 %, y también registraron importantes caídas la confección de prendas de vestir (77,2 %), el cuero y el calzado (73,5 %) o de muebles (70,7 %).
Todas las ramas de actividad disminuyeron su producción en abril, incluida la industria farmacéutica, que a pesar de la crisis sanitaria redujo su actividad un 0,4 %. La industria alimentaria cedió un 7,3 % y la de fabricación de bebidas, un 27,4 %.
La caída de la producción industrial fue igualmente del 33,6 % anual en términos corregidos de los efectos estacionales y de calendario, un descenso que se limita al 21,8 % si los datos se comparan con los de marzo.
La producción industrial se redujo en términos brutos en todas las comunidades autónomas, especialmente en Galicia (43 %), Aragón (41,7 %), Castilla y León (40,5 %), Navarra (40,1 %) y País Vasco (40,1 %).
Los descensos menos acusados se registraron en Murcia (15 %), Extremadura (23,4 %) y Canarias (24,5 %).
¿Qué tan preparado está México para salir a reactivar la economía?
El 13 de mayo, las autoridades sanitarias de México divulgaron su plan para reabrir el país tras la cuarentena implementada para enfrentar la pandemia de COVID-19.
Aunque la estrategia no daría inicio hasta el 1 de junio, la secretaria de Economía, Graciela Márquez, informó que desde el 18 de mayo se comenzará con la reapertura de 269 municipios, ubicados en 15 estados, en los cuales no se ha registrado casos del nuevo coronavirus ni colindan con regiones afectadas por el SARS-CoV-2.
Entre tanto, del 18 de mayo al 1 de junio el resto de los municipios del país deberán proponer estrategias para reabrir sus actividades. Sin embargo, en la misma fecha las industrias de la construcción, minería y autopartes ya podrán volver a funcionar.
Hasta este punto, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha advertido que el resto de las actividades regresará de forma espaciada y paulatina. Expertos consultados por Sputnik concordaron en que esta acotación es clave para entender el anuncio dado por las autoridades, particularmente tras coincidir con el pico máximo de contagios de la COVID-19 en México.
«No hay que confundir hacer planes con ejecutarlos. Lo que se está proponiendo es empezar a hacer los planes de cómo va a ser el regreso para que pueda ser lo más ordenado posible. Y eso va a llevar tiempo, por eso había que empezar cuanto antes a hacerlo.
«No hay que confundir que nos hayan dicho que nos pusiéramos a hacer planes a que creamos que eso ya significa el regreso. No es el caso», comentó Mauricio Rodríguez Álvarez, profesor de la Facultad de Medicina y Vocero de la Comisión para COVID-19 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para Rodríguez Álvarez, la estrategia del gobierno alerta sobre la necesidad de clarificar las acciones y la preparación que se requiere para reactivar al país tras el distanciamiento social. Desde su perspectiva, todos los regresos, tanto de actividades esenciales como no esenciales, requieren de una evaluación de riesgos previa para anticipar cualquier dificultad.
Por su parte, Alejandro Macías, infectólogo y excomisionado nacional para la prevención y control de la influenza, advirtió que, si bien se ha dicho que el regreso a la normalidad será un proceso progresivo, aún es prematuro adelantar fechas.
«No me parece adecuado poner una agenda en el momento en que apenas estamos de subida en la pandemia en México. Creo que no se va a poder adaptar necesariamente a las fechas que están dando.
Todavía nos puede faltar un poco o mucho más que eso. No se puede decir que ya estemos estables hasta que no hayan pasado unos 14 días en los que veamos que no están aumentando las cifras para poder decir que nos falta media pandemia», explicó.
Mauricio Rodríguez Álvarez agregó a esta perspectiva la importancia de que la sociedad ponga de su parte para conseguir que las estrategias delineadas en los próximos días tengan éxito.
Recordó que, tras el anuncio del regreso a las actividades, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, destacó que varias personas volvieron a la vía pública pese a las advertencias de las autoridades.
«Puede ser que el gobierno tenga el plan, pero si la gente no ayuda o no lo ejecuta bien podría haber problemas. Lo que queda claro de esta primera propuesta es que va a ser un asunto de todos, todos tienen algo que participar. Ahorita estamos con muchos casos que pueden provocar muchos contagios. No hay que relajar ahora las medidas», consideró.
Evaluar la circunstancia de cada ciudad
A su vez, Alejandro Macías resaltó el papel que deberán jugar de aquí en adelante las autoridades estatales y municipales en la planeación de los regresos. Del mismo modo, dudó que las propuestas del gobierno federal puedan implementarse tal como se presentó en la conferencia de prensa del 13 de mayo.
«Los gobernadores y presidentes van a tener que tomar muchas decisiones que puedan parecer opuestas a las que está indicando la federación. Como la federación está indicando que todo esto es voluntario, me parece evidente que va a ser como un catálogo de buena voluntad, pero que, al final, muchas de las acciones se van a concretar o alistar a nivel local y regional», anticipó.
En este sentido, el excomisionado nacional para la prevención y control de la influenza señaló que será importante evaluar las circunstancias de las distintas ciudades del país, ya que en muchos casos se piensa que las tendencias de contagio son similares a las vistas en Ciudad de México. Por ese factor, enfatizó que no deberían anticiparse las fechas para reanudar las actividades normales del país.
«Probablemente ya estemos entrando a una etapa de estabilización en Ciudad de México, pero muchas ciudades del interior apenas están por entrar. Lo que percibo es que están incrementándose los casos y vamos desfasados de los casos que existen en la capital», señaló Macías.
De modo similar, Mauricio Rodríguez Álvarez recalcó que aún no se han establecido fechas para reanudar labores en los sitios más afectados por la pandemia de COVID-19. En todo caso, llamó la atención sobre el hecho de que, a partir del 18 de mayo «todos vamos a ponernos a ver qué actividades tenemos, cuál es el riesgo, dónde están los riesgos mayores y menores, cómo le vamos a hacer».
«Esto es parte de la preparación de la respuesta y eso le va a dar la oportunidad a todos los actores para poder identificar qué necesitan en sus fábricas, negocios, escuelas, centros, para poder ir planeando un regreso. Para abrir en una epidemia lo fácil era mandarnos a la casa, lo difícil es sacarnos», afirmó.
El lunes 18 de mayo México reportó 2.414 nuevos casos de coronavirus y con ello rebasó la barrera de los 50.000 contagiados. Según comentó el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, es «el momento de máxima transmisión».
¿Cómo afectará la pandemia de coronavirus a la producción mundial de acero en 2020 y 2021?
En Europa, la proliferación de Covid-19 y la considerable contracción económica se reflejan en las estadísticas de producción de acero de la región.
América del Norte está detrás de Europa en la línea de tiempo del impacto del brote de coronavirus.
Los primeros indicios sugirieron que 2020 sería un año de modesta recuperación económica. La actividad había estado disminuyendo desde el cenit alcanzado en la primavera de 2018. Tanto los gobiernos como las empresas esperaban que el comienzo de la nueva década coincidiera con un repunte en el crecimiento económico. Sin embargo, la pandemia de coronavirus y las medidas de bloqueo posteriores han frustrado tales posibilidades.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó recientemente sus proyecciones de crecimiento económico. Se pronostica que el PIB mundial caerá un 3 por ciento en 2020. La reducción prevista para las economías avanzadas es más sustancial, con un 6,1 por ciento.
Se espera que la zona del euro se encuentre entre los países con los resultados más débiles, con una disminución prevista del 7,5 por ciento. Las cifras de esta magnitud no tienen precedentes. Tampoco son sorprendentes dadas las circunstancias actuales, y algunos sectores del mercado están completamente paralizados.
Mayor impacto en Europa
En Europa, la proliferación de Covid-19 y la considerable contracción económica se reflejan en las estadísticas de producción de acero de la región. La producción de acero bruto de la UE disminuyó un 10 por ciento, año tras año, en el primer trimestre de 2020. Se prevé una reducción de casi un 30 por ciento en el trimestre de abril / junio. La producción en este período se pronostica en poco más de 30 millones de toneladas. Este total de tres meses estaría por debajo de la cifra registrada en el primer trimestre de 2009, el punto más bajo de la Gran Recesión.
América del Norte está detrás de Europa en la línea de tiempo del impacto del brote de coronavirus. Si bien la UE registró una reducción porcentual de dos dígitos, la producción de acero crudo de América del Norte disminuyó solo un 3,6 por ciento, en el período enero / marzo. No obstante, MEPS predice una disminución de más del 20 por ciento, año tras año, en el segundo trimestre de 2020.
La producción de acero se mantuvo alta, en China, durante los primeros meses de este año. La producción aumentó en un 1,3 por ciento en el primer trimestre, en comparación con el período correspondiente en 2019. Se pronostica que la producción anual de casi mil millones de toneladas disminuirá solo ligeramente, en 2020, de la cifra registrada en el año anterior. El crecimiento de las exportaciones de acero será difícil de lograr. En consecuencia, se requerirá una demanda interna sólida para apoyar la producción de acero china, en el mediano plazo.
La prevalencia de infecciones por el coronavirus y las medidas de bloqueo posteriores han variado en los países de Asia oriental y meridional. No obstante, la demanda local de acero se ha visto sustancialmente afectada negativamente. Además, las exportaciones de acero y bienes intensivos en acero se están reduciendo. En consecuencia, la producción se está reduciendo en las principales naciones siderúrgicas de Japón, Corea del Sur, Taiwán e India.
MEPS pronostica que la producción mundial de acero bruto caerá a 1.800 millones de toneladas, en 2020. Esto equivale a una reducción de 75 millones de toneladas, en comparación con la cifra registrada en el año anterior.
Dos tercios de esta producción perdida deberían recuperarse el próximo año, si el virus está contenido y no se implementan más bloqueos generalizados. El resultado previsto de 1,85 mil millones de toneladas, en 2021, también depende de la efectividad de las políticas fiscales y monetarias para apoyar a las economías afectadas y mitigar una recesión prolongada.
¿Recuperación en el horizonte?
Una recuperación en la producción mundial de acero depende, principalmente, de un repunte en la demanda del mercado. Las autoridades de muchos países están comenzando a aliviar gradualmente sus restricciones de bloqueo.
Existe el potencial para que las industrias intensivas en acero se recuperen más rápido, al menos inicialmente, en comparación con una serie de sectores terciarios, como la hostelería y el comercio minorista. La automatización en la fabricación moderna ayuda a la implementación de medidas de seguridad, como el distanciamiento social, que serán beneficiosas. Se espera que el ritmo de la recuperación prevista de la demanda varíe entre los sectores consumidores de acero.
Se anticipa una mejora lenta para los fabricantes de maquinaria y equipo. La reanudación de la producción en ese sector está teniendo lugar pero con una baja tasa de utilización de la capacidad. Se espera que los niveles de inversión en todo el mundo sigan siendo débiles en el futuro cercano.
Han surgido oportunidades a largo plazo para reevaluar la estructura de las cadenas de suministro existentes. Esto podría resultar en una menor dependencia de las importaciones de terceros países. Una red más localizada de proveedores de piezas tiene el potencial de ofrecer mayor certeza, especialmente durante períodos de crisis.
Aunque se observó escasez de personal, muchos proyectos en la industria de la construcción continuaron durante el cierre. Los gobiernos pueden considerar ese sector como un medio para estimular la recuperación económica. No obstante, persisten las preocupaciones sobre la deuda pública. Además, los observadores cuestionan la necesidad de ciertos esquemas de infraestructura, si la “nueva normalidad” implica cambios en los hábitos de trabajo y los requisitos de viaje.
Problemas de la industria del transporte
Las cadenas de suministro automotrices fueron severamente interrumpidas, en los últimos meses. Numerosos fabricantes de automóviles occidentales anunciaron recortes de producción, debido a la escasez de componentes, antes de la implementación de los bloqueos. Se espera que las interrupciones en el suministro de piezas persistan a corto plazo.
Se pronostica que las ventas de vehículos de pasajeros se verán reducidas por el deterioro de la confianza del consumidor, el aumento del desempleo y la disminución de los ingresos. Se pronostica que las condiciones comerciales débiles restringirán la inversión y los esquemas de reposición de flotas. En consecuencia, se anticipan efectos adversos en la demanda de vehículos comerciales.
La oferta excedente de petróleo ha provocado que los precios del crudo caigan a mínimos históricos. Además, el comercio mundial de bienes por mar se está reduciendo. Se espera que estos factores afecten negativamente los pedidos recibidos por la industria de la construcción naval, en el mediano plazo.
Quizás el mayor impacto en el sector del transporte, por el coronavirus, se está presenciando en la industria de la aviación, que enfrenta una crisis existencial. Muchos observadores esperan que se realicen cambios fundamentales para garantizar la supervivencia del sector.
Está claro que muchos sectores consumidores de acero enfrentan una gran cantidad de obstáculos en el camino hacia la recuperación de la pandemia de coronavirus. Esas empresas y gobiernos que esperan mejores tiempos por delante tendrán que confiar en su propio ingenio para superar los desafíos sin precedentes que enfrenta el mundo ahora.
La firma de investigación Fitch Solutions Country Risk and Industry Research, que es una unidad de Fitch Group, ha mantenido su pronóstico de precio del mineral de hierro en 85 $ / t para este año, ya que los precios siguen siendo resistentes en comparación con otros metales en la parte posterior de Covid-19 pandemia.
La firma dice que una mayor producción de acero chino en la segunda mitad del año probablemente aumente aún más la demanda y los precios del mineral de hierro.
También espera que los precios del mineral de hierro aumenten aún más en 2021 a medida que la economía china se recupere.
Por el lado de la oferta, la perspectiva de Fitch Solutions Country Risk and Industry Research sigue apoyando en gran medida los precios.
Desde una perspectiva de demanda, a nivel mundial, se espera que India sea un punto brillante para el crecimiento de la demanda de mineral de hierro a medida que la producción nacional de acero continúa acelerándose.
Mientras tanto, se espera que la demanda de EE. UU. Y Corea del Sur se mantenga moderada debido al estancado crecimiento de la producción de acero.
Fitch Solutions Country Risk and Industry Research ha elevado sus pronósticos de precios para el mineral de hierro a un promedio de $ 90 / t en 2021 y $ 85 / t en 2022. Esto está alineado con sus pronósticos revisados para el crecimiento de las ganancias internas brutas de China y el crecimiento del valor de la industria de la construcción para acelerar en 2021 luego de un débil 2020.
La empresa advierte, sin embargo, que los riesgos a la baja de su visión actual de los precios del mineral de hierro que se mantienen en 2020 son muy pronunciados, debido a los riesgos significativos para la economía china que pueden obstaculizar el sentimiento físico y de los inversores.
CIUDAD DE MÉXICO (Reuters) – El gobierno de México y la industria automotriz han redactado protocolos para prepararse para un reinicio de operaciones tras el cese de actividades por la epidemia del coronavirus, dijo el martes un grupo de cabildeo.
La industria automotriz es la columna vertebral del sector manufacturero de México y está fuertemente vinculada con Estados Unidos, donde se espera que la producción de autos se reanude el 18 de mayo.
Aún no se ha establecido una fecha para reabrir el sector automotor en México, aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende relajar las medidas de contención de la epidemia en algunas regiones a partir del 17 de mayo y en todo el país a finales de mes.
El mandatario dijo el martes que México reabriría gradualmente actividades en las industrias de la construcción, minera, automotriz y, posteriormente, la turística, en el momento en que lo indiquen las autoridades de salud.
A la espera de una decisión, la industria local de autopartes, INA, dijo que junto con representantes de la asociación de productores de vehículos, AMIA, y de los fabricantes de camiones, ANPACT, habían esbozado medidas con el gobierno para estar listas una vez que llegara el visto bueno.
Por lo pronto la INA y funcionarios del Instituto Mexicano del Seguro Social, la Secretaría del Trabajo y la Secretaría de Economía realizarán un seminario web el viernes para detallar los pasos requeridos por las empresas antes de la reapertura.
La Secretaría de Economía, uno de los participantes en el seminario, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios de Reuters.