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¿Cómo afectará la pandemia de coronavirus a la producción mundial de acero en 2020 y 2021?

En Europa, la proliferación de Covid-19 y la considerable contracción económica se reflejan en las estadísticas de producción de acero de la región.

América del Norte está detrás de Europa en la línea de tiempo del impacto del brote de coronavirus.

Los primeros indicios sugirieron que 2020 sería un año de modesta recuperación económica. La actividad había estado disminuyendo desde el cenit alcanzado en la primavera de 2018. Tanto los gobiernos como las empresas esperaban que el comienzo de la nueva década coincidiera con un repunte en el crecimiento económico. Sin embargo, la pandemia de coronavirus y las medidas de bloqueo posteriores han frustrado tales posibilidades.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó recientemente sus proyecciones de crecimiento económico. Se pronostica que el PIB mundial caerá un 3 por ciento en 2020. La reducción prevista para las economías avanzadas es más sustancial, con un 6,1 por ciento.

Se espera que la zona del euro se encuentre entre los países con los resultados más débiles, con una disminución prevista del 7,5 por ciento. Las cifras de esta magnitud no tienen precedentes. Tampoco son sorprendentes dadas las circunstancias actuales, y algunos sectores del mercado están completamente paralizados.

Mayor impacto en Europa

En Europa, la proliferación de Covid-19 y la considerable contracción económica se reflejan en las estadísticas de producción de acero de la región. La producción de acero bruto de la UE disminuyó un 10 por ciento, año tras año, en el primer trimestre de 2020. Se prevé una reducción de casi un 30 por ciento en el trimestre de abril / junio. La producción en este período se pronostica en poco más de 30 millones de toneladas. Este total de tres meses estaría por debajo de la cifra registrada en el primer trimestre de 2009, el punto más bajo de la Gran Recesión.

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América del Norte está detrás de Europa en la línea de tiempo del impacto del brote de coronavirus. Si bien la UE registró una reducción porcentual de dos dígitos, la producción de acero crudo de América del Norte disminuyó solo un 3,6 por ciento, en el período enero / marzo. No obstante, MEPS predice una disminución de más del 20 por ciento, año tras año, en el segundo trimestre de 2020.

La producción de acero se mantuvo alta, en China, durante los primeros meses de este año. La producción aumentó en un 1,3 por ciento en el primer trimestre, en comparación con el período correspondiente en 2019. Se pronostica que la producción anual de casi mil millones de toneladas disminuirá solo ligeramente, en 2020, de la cifra registrada en el año anterior. El crecimiento de las exportaciones de acero será difícil de lograr. En consecuencia, se requerirá una demanda interna sólida para apoyar la producción de acero china, en el mediano plazo.

La prevalencia de infecciones por el coronavirus y las medidas de bloqueo posteriores han variado en los países de Asia oriental y meridional. No obstante, la demanda local de acero se ha visto sustancialmente afectada negativamente. Además, las exportaciones de acero y bienes intensivos en acero se están reduciendo. En consecuencia, la producción se está reduciendo en las principales naciones siderúrgicas de Japón, Corea del Sur, Taiwán e India.

MEPS pronostica que la producción mundial de acero bruto caerá a 1.800 millones de toneladas, en 2020. Esto equivale a una reducción de 75 millones de toneladas, en comparación con la cifra registrada en el año anterior.

Dos tercios de esta producción perdida deberían recuperarse el próximo año, si el virus está contenido y no se implementan más bloqueos generalizados. El resultado previsto de 1,85 mil millones de toneladas, en 2021, también depende de la efectividad de las políticas fiscales y monetarias para apoyar a las economías afectadas y mitigar una recesión prolongada.

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¿Recuperación en el horizonte?

Una recuperación en la producción mundial de acero depende, principalmente, de un repunte en la demanda del mercado. Las autoridades de muchos países están comenzando a aliviar gradualmente sus restricciones de bloqueo.

Existe el potencial para que las industrias intensivas en acero se recuperen más rápido, al menos inicialmente, en comparación con una serie de sectores terciarios, como la hostelería y el comercio minorista. La automatización en la fabricación moderna ayuda a la implementación de medidas de seguridad, como el distanciamiento social, que serán beneficiosas. Se espera que el ritmo de la recuperación prevista de la demanda varíe entre los sectores consumidores de acero.

Se anticipa una mejora lenta para los fabricantes de maquinaria y equipo. La reanudación de la producción en ese sector está teniendo lugar pero con una baja tasa de utilización de la capacidad. Se espera que los niveles de inversión en todo el mundo sigan siendo débiles en el futuro cercano.

Han surgido oportunidades a largo plazo para reevaluar la estructura de las cadenas de suministro existentes. Esto podría resultar en una menor dependencia de las importaciones de terceros países. Una red más localizada de proveedores de piezas tiene el potencial de ofrecer mayor certeza, especialmente durante períodos de crisis.

Aunque se observó escasez de personal, muchos proyectos en la industria de la construcción continuaron durante el cierre. Los gobiernos pueden considerar ese sector como un medio para estimular la recuperación económica. No obstante, persisten las preocupaciones sobre la deuda pública. Además, los observadores cuestionan la necesidad de ciertos esquemas de infraestructura, si la “nueva normalidad” implica cambios en los hábitos de trabajo y los requisitos de viaje.

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Problemas de la industria del transporte

Las cadenas de suministro automotrices fueron severamente interrumpidas, en los últimos meses. Numerosos fabricantes de automóviles occidentales anunciaron recortes de producción, debido a la escasez de componentes, antes de la implementación de los bloqueos. Se espera que las interrupciones en el suministro de piezas persistan a corto plazo.

Se pronostica que las ventas de vehículos de pasajeros se verán reducidas por el deterioro de la confianza del consumidor, el aumento del desempleo y la disminución de los ingresos. Se pronostica que las condiciones comerciales débiles restringirán la inversión y los esquemas de reposición de flotas. En consecuencia, se anticipan efectos adversos en la demanda de vehículos comerciales.

La oferta excedente de petróleo ha provocado que los precios del crudo caigan a mínimos históricos. Además, el comercio mundial de bienes por mar se está reduciendo. Se espera que estos factores afecten negativamente los pedidos recibidos por la industria de la construcción naval, en el mediano plazo.

Quizás el mayor impacto en el sector del transporte, por el coronavirus, se está presenciando en la industria de la aviación, que enfrenta una crisis existencial. Muchos observadores esperan que se realicen cambios fundamentales para garantizar la supervivencia del sector.

Está claro que muchos sectores consumidores de acero enfrentan una gran cantidad de obstáculos en el camino hacia la recuperación de la pandemia de coronavirus. Esas empresas y gobiernos que esperan mejores tiempos por delante tendrán que confiar en su propio ingenio para superar los desafíos sin precedentes que enfrenta el mundo ahora.

Fuente: Meps

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