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El momentum que vive la construcción gracias a obras como el Tren Maya, el Tren Interurbano a Toluca o la ampliación del tren suburbano al AIFA genera poco entusiasmo en la mayoría de los agremiados a la cámara, afirma su presidente, Francisco Solares

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El beneficio económico por el desarrollo de las grandes obras de infraestructura del gobierno federal no ha permeado a todo el sector.

El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Francisco Solares, consideró que los contratos de obra pública se encuentran en manos de un reducido grupo de firmas de gran tamaño, a pesar de que poco más del 96% de sus asociados son pymes y mipymes.

“No está llegando en la misma proporción el impacto. No tengo el dato preciso, pero lo que dicen los afiliados es que las grandes constructoras tienen un gran compromiso de cumplir con lo que tienen y lo están haciendo porque tienen la experiencia, pero las más chicas cuentan todavía con bastante capacidad de ejecución que no se ha podido contratar desde hace varios meses. No hay suficientes contratos para el gremio”, comentó.

En entrevista, recordó que el último indicador de valor de producción de las empresas, difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de mayo, reflejó un incremento del 7.8%, respecto al mes previo y del 18.2%, en su comparación anual.

Entre las razones que encuentra de ello, además del efecto nearshoring, es la premura en la terminación del Tren Maya, el tren México-Toluca, los trabajos de detalle de la Refinería dos Bocas o el mismo Corredor del Istmo de Tehuantepec pero, con todo y eso, a ese ritmo no se podrán alcanzar este año los niveles previos al 2018, cuando la situación era mejor.

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En consecuencia, al desarrollo de esas mega obras, firmas como ICA, Acciona, Azvi, Mota Engil y Carso Infraestructura, que tienen participación relevante, sí han sido beneficiadas por el flujo de recursos públicos y algunas firmas locales que son subcontratadas.

Al principio del año pensamos crecer al menos el 5% el valor de producción y ya con el resultado de los cinco meses que salió por arriba del 7%, pareciera ver que la construcción crece más que nunca, sin embargo, vemos que la recuperación no está tan cerca ni es pareja”, agregó Solares.

De enero a mayo de este año, el valor de la producción del sector constructor ha crecido 7% en comparación con el mismo período del 2022, gracias a un notable avance de 23.4% de la obra contratada por el sector público, mientras que la contratada por el sector privado se ha contraído 0.7%, de acuerdo con el último reporte de la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras del Inegi.

No obstante, si contrastamos el valor total con los primeros cinco meses del prepandémico 2019, se observa una contracción de 12%, precipitada por un descenso de 22.6% en la obra privada, que eclipsa el avance de 11.7% de la pública.

Más Chiapas, menos Zacatecas

El representante de los constructores señaló que en diversas reuniones con sus representaciones estatales es evidente que hay una gran diferencia entre los buenos resultados en indicadores de la construcción en el sureste y lo que ocurre en el centro norte, donde los recursos federales y estatales no fluyen al mismo ritmo.

“Las situaciones son diferentes, por ejemplo, Chiapas tiene mucha más obra federal y estatal porque es un tema prioritario, que la que puede tener Zacatecas, donde la obra pública se ha reducido mucho. Ahí son montos muy bajos, de manera coloquial se podría decir que no alcanza ni para pintar las líneas de las carreteras federales. No consideramos que eso sea bueno. Los constructores siguen teniendo problemas para seguir en este sector”, agregó.

Por Alejandro de la Rosa
Texto recuperado el 10 de agosto del 2023 de https://www.eleconomista.com.mx/