La creación del primer clúster de construcción favorece empresas en Guanajuato, pues permitirá mejorar su competitividad con la creación de estrategias y retos en común.
Autoridades y socios fundadores llevaron a cabo la formalización del primer Clúster de la Industria de la Construcción del Bajío en Guanajuato.
El objetivo es buscar nuevas formas de hacer negocios por medio de la gestión, asesoría, capacitación, formación profesional, investigación tecnológica e integración de actores del sector.
Mauricio Usabiaga Díaz Barriga, secretario de Desarrollo Económico Sustentable, señaló que la asociación civil que conforma el clúster surge para fortalecer el ecosistema competitivo del Estado y la región.
Esto al sumar empresas de un mismo sector que puedan enfrentar retos en común con el acompañamiento del Gobierno: “Al unir esfuerzos, las empresas tienen la oportunidad de realizar estrategias que les permitan ser más competitivas”, dijo.
24 empresas se unen al clúster de construcción del Bajío
El nuevo Clúster de la Industria de la Construcción del Bajío comenzó con la integración de 24 empresas pertenecientes al sector: Agregados la Roca, Blender Group, Construcción y Servicios del Bajío.
Así como, Constructora LAN, Contratistas Centenario, ELEME Arrendadora, Firma Constructora 2FA, Grupo HAESA, GURAM Constructora, Konstruktion Verbindung, Losas Tecnificadas, Inmobiliaria AHCOR, entre otras.
Mientras que el Consejo Directivo lo integran Enrique Octavio Aranda Anaya, como Presidente; José Antonio Orozco Mora, Secretario y Alejandro Arenas Ferrer, Tesorero.
De acuerdo con Díaz Barriga, con este proyecto, Guanajuato suma once clústeres desarrollados en su territorio.
Durante el evento se contó con la participación de Froylan Salas, subsecretario para el Desarrollo de las MIPyMES de la SDES; Israel Martínez, director general de Obra Pública de León; y Enrique Aranda, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, CMIC, delegación Guanajuato.
Sector de construcción en Guanajuato recupera 9.7% de empleos
La industria de la construcción en Guanajuato ha mostrado un comportamiento positivo durante los últimos meses; tan solo en 2021 recuperó 9.7% de los empleos perdidos durante la pandemia.
“Recuerden que tenemos un déficit (de empleos) de casi el 19% desde el 2018 para acá y hemos ido creciendo poco a poquito de diciembre del 20 al 21. Tuvimos un incremento del 9.7%”, comentó Enrique Aranda, presidente de la CMIC.
Sin embargo, indicó que 2022 será un año complicado para el sector debido al recorte de presupuesto federal para infraestructura. Por lo que los proyectos de la iniciativa privada serán fundamentales.
“Hay una gran oportunidad en la obra privada se desinfló en el tema de vivienda, no hay desarrollos inmobiliarios en las ciudades. Ya hay más confianza y una persona que duró tres años sin gastar, tendrá dinero. Suponemos que ya son los tiempos para comenzar a invertir en la obra privada”, dijo.
El conflicto Rusia-Ucrania repercutirá en la industria metalúrgica de México, ya que es un país importador de estas potencias en la producción del material. En este momento ya se nota un 10% de incremento en el costo de fletes.
Pese a la lejanía,el conflicto entre Rusia y Ucraniaprovocará el encarecimiento de productos de la industria metalúrgica ya que ambos países son importantes exportadores de acero, señaló el empresario del ramo, Elí Chahín, quien sostuvo que las empresas mexicanas deberán prepararse porque podría impactar al sector de la construcción.
Cuestionó si México estará preparado para aguantar un incremento sostenido y prolongado de precios yno tan sólo en el ramo del acero, sino también en el petróleo y sus derivados, ya que al ser México un país importador, la incertidumbre generada por este conflicto provocará aumento en los precios.
Dijo que es importante entender que el precio es dictado a nivel mundial, con un precio de referencia y con base en eso el acero es comercializado. Observó que en este momento lo que comenzaron a notar los industriales es el incremento en un 10% en el costo de los fletes y el del mineral de hierro, así como la chatarra, que son los insumos de los cuales dependen para producir.
Durante la pandemia, la comercialización del acero registró una caída; en 2021 empezó un repunte, sin embargo, el industrial señaló que se podría perder ante un mercado que registrará alzas continuas para las que el sector no está preparado financieramente y lo único que aconsejó es buscar nuevas estrategias, porque los ajustes al pronóstico de crecimiento no se vislumbran.
“Es impredecible el impacto que traerá este conflicto, porque afecta a todas las cadenas productivas. El acero es de los más elementales a nivel industrial y al ser México un país importador se verá afectado”, aseveró el empresario.
Las inversiones son determinantes para la recuperación de la construcción, tras ser un pilar en la economía mexicana, actualmente se encuentra en declive. Se deduce que comenzó cuando el gobierno nacional estableció recortes en el gasto público al segmento de obras.
La industria de la construcción mexicana juega un papel relevante en la economía del país y hoy es la cuarta industria de mayor aporte al PIB nacional y el tercer mayor generador de empleo, sin embargo, durante los últimos 10 años ha ido perdiendo mucha fuerza. Es cosa de ver los números. Si en 2013 la industria aportaba un 7,4% del PIB, la representatividad cayó a un 6,6% en 2019, y se profundizó con la pandemia alcanzando un 6,4% en 2020, esto según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi).
En el período de 2013 a 2019 la Industria de la Construcción registró un crecimiento promedio anual de sólo 0,3% (en 2019 se registró una caída del 4,9%). Mientras que en 2020 el descenso fue de 17.4%.
El comienzo de la debacle se estima se inició cuando el gobierno nacional estableció fuertes recortes en el gasto público al segmento de obras de ingeniería civil. Entre 2013 y 2020 el gasto público destinado a este concepto se redujo un 40%, de hecho, sólo en 2020 el gasto público se redujo en un 8,6%. Asimismo, la inversión privada en construcción registró cifras negativas ese año, con una contracción del 18,3%.
Aun así, ha sido el sector privado es que ha ‘mantenido’ el sector. Del 100% de valor facturado a nivel nacional durante el periodo enero – junio 2021, un 58,8% (124.159 millones de pesos – o unos US$6.115 millones) correspondió a obra privada y el restante 41,2% a obra pública. De hecho, de acuerdo con un informe del Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción (CEESCO), “a medida que los niveles de inversión pública y privada se dinamicen en la segunda mitad de 2021, el sector de la construcción podría crecer entre 8,5 y 10,5%; en caso contrario, se corre el riesgo de alargar aún más el período recesivo”.
Considerando que los niveles de inversión pública y privada se dinamicen en la segunda mitad de 2021, durante 2022, el sector podría alcanzar un crecimiento de entre 3,5 y 4,5%. Y puede ser que el año pasado haya mostrado algo de dinamismo. Según Álvaro Rodríguez, presidente de MPE Group (Montajes y Proyectos Especializados SA de CV), empresa dedicada al alquiler y venta de equipos especializados para montaje pesado o sobredimensionado, “si bien la industria ha estado algo lenta en los últimos dos-tres años, en el último trimestre de 2021 se empezaron a ver signos de recuperación, al menos en mi giro (…) Hemos recibido más solicitudes de cotización de renta y venta de equipos y eso indica que los proyectos están siendo liberados, muchos de ellos fueron pospuestos por diversas razones, tanto políticas como sanitarias pero se empieza a ver una leve mejora en la actividad industrial del país”, añade.
Recuperando efectos adversos
Si bien la industria ha estado algo lenta en los últimos dos-tres años, en el último trimestre de 2021 se empezaron a ver signos de recuperación.
Pero el camino de la recuperación será largo. La pandemia no hizo más que venir a complicar aún más el panorama y el año pasado el PIB de la construcción sufrió una de sus peores caídas, con una tasa de decrecimiento del 17,4%.
Otro factor que ha jugado en contra del sector es el costo de los materiales. Insumos como el acero, el aluminio y el cobre, se vieron afectados por el aumento de precios que generó la escasez de materia prima al interrumpirse las cadenas de suministro. El alza en el precio de los materiales al inicio de 2022 elevó hasta un 20% el costo de producción por metro cuadrado. Si el año pasado un metro cuadrado de obra gruesa requería inversiones por 6.000 pesos (US$295), actualmente asciende a unos 7.200 pesos (cerca de US$354).
Otro golpe que enfrentó México en 2020 fue la caída de 11,7% de la Inversión Extranjera Directa, la que sumó poco más de US$29.000 millones. “Esperemos que el gobierno ponga las condiciones adecuadas para que la inversión extranjera realice los proyectos industriales que se tenían planeados, si eso se da, podríamos volver a la normalidad muy pronto”, dice Rodríguez.
De acuerdo con estimaciones de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), este año será difícil recuperar la inversión en infraestructura. En los últimos 13 años, la inversión en construcción ha experimentado una contracción cercana al 38%, y aunque 2022 presente posibilidades de mejora, ante un descenso tan pronunciado revertir la situación tomará requerirá de mucho más tiempo.
Cruz Adrián Santos Macías, dirigente de la sección Ensenada de la CMIC señaló en un encuentro con medios de comunicación la necesidad de inyectar más presupuesto en infraestructura en el país. De acuerdo con la entidad el gobierno debería destinar por lo menos un 5% del PIB en infraestructura. “Ahora sólo se invierte un 2,6%, lo que deja al descubierto el serio retraso que tenemos en infraestructura, sobre todo el carretero, donde en ocasiones no se tiene ni para mantenimiento”, dijo Santos.
Francisco Solares Alemán, presidente nacional de la CMIC, ha señalado que recuperar los niveles de producción pre-pandémicos tardará al menos hasta 2024.
Estrategia integral
No cabe duda que el sector requiere urgentemente de una estrategia para retomar su posición en el mercado nacional, recuperando su participación en la economía. Es así como México planea sendos proyectos de inversiones. Ya Construcción Latinoamericana se ha referido con anterioridad a dos importantes paquetes de proyectos lanzados a finales de 2020. Son en total 68 proyectos que requerirían inversiones por unos 525.000 millones de pesos (unos US$26.600 millones y alrededor del 2,3% del PIB del país).
La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador esperaba que estas iniciativas permitirian que la economía recuperara en 2021 la fuerza perdida. Si bien hubo movimiento, no fue el esperado.
Es así como a mediados del año pasado se presentó un tercer paquete de proyectos que incluyó más de una decena de iniciativas de comunicaciones y transporte por una inversión total de 70.000 millones de pesos (cerca de US$3.400 millones).
Pero además de la apertura de proyectos, un reto esencial para que las empresas de la industria recuperen la participación que tenían previa a la crisis, es ofrecer alternativas que fomenten el aumento de la inversión.
“El sector viene en una franca desaceleración, primero por la transición de gobierno y después por la pandemia. La caída en la demanda de múltiples servicios y productos generó que la gran mayoría de los planes de inversión de las empresas se detuvieran, y sin inversión la construcción es el primer sector en sufrir. Los tres megaproyectos del gobierno federal si bien son importantes y dan un respiro a las constructoras de mayor tamaño, las medianas requieren de la inversión privada para mantener su nivel de ventas”, sostiene Miguel Pérez Frías, director general de Sapco Energía, empresa especialista en proyectos de energía y oil & gas.
De acuerdo con el ejecutivo, si bien el sector de generación de energía estuvo sin inversiones nuevas desde hace un par de años “esperamos que se materialicen los proyectos de la Comisión Federal de Electricidad para sus 11 plantas nuevas de generación que nos permita retomar la carga de trabajo prepandemia”. De acuerdo con Pérez, “el sector de energía, tanto generación como petróleo -con los precios de crudo en estos niveles, muchos proyectos de explotación y gas se vuelven muy atractivos- deben ser los motores de la industria. Al mismo tiempo la recuperación de la economía incrementará la demanda de energía eléctrica”, asegura.
En este contexto es que la CMIC busca que se promuevan, con más fuerza, la demanda de servicios con beneficios fiscales al sector de la construcción. Dentro de los puntos mencionados por la entidad están: impulsar y privilegiar el gasto fiscal en inversión física productiva a través de los proyectos de infraestructura local, estatal y regional, así como en el ámbito federal; un gasto más inteligente y eficiente permitiendo reducir el desperdicio de recursos al interior de cada rubro; elevar el contenido nacional de los proyectos productivos de infraestructura con inversión y coinversión pública-privada, con el fin de garantizar que las empresas en México puedan convertirse en proveedoras de insumos y bienes de dichas obras y con ello preservar el empleo y el crecimiento económico del país; y generar un clima económico conveniente para la inversión; entre otros aspectos.
Financiamiento
Una de las prioridades del plan de trabajo del actual presidente de la CMIC es precisamente crear nuevas alianzas de financiamiento que abran la posibilidad a sus afiliados de acceder a créditos, distintos a las opciones actuales del mercado. En este sentido es importante destacar que la CMIC se ha asociado a Konfío, plataforma tecnológica que impulsa a las compañías en crecimiento, para entregar un beneficio exclusivo a sus constructoras afiliadas, ofreciéndoles acceso a créditos y opciones de financiamiento por hasta 3.000.000 de pesos mexicanos (unos US$150.000) a tasas preferenciales y adaptadas a sus necesidades.
“En este escenario, nos emociona seguir contribuyendo positivamente al crecimiento de las empresasmexicanas. Estamos seguros de que esta alianza con la CMIC incrementará el valor de nuestros servicios, al ofrecerles a las compañías beneficiarias un amplio abanico de soluciones financieras y tecnológicas que se adapten a sus necesidades y a la etapa de crecimiento en la que se encuentren, así como a superar los retos tras una época sin precedentes como la que enfrentamos actualmente”, explicó Luis Mondragón Guerra, director comercial de Konfío.
Tras buenos resultados durante el 2021, se espera seguir con la buena recuperación en producción para AHMSA, la mayor compañía siderúrgica en México.
Altos Hornos de México (AHMSA), una de las mayores siderúrgicas del país, aumentó su producción a 2 millones de toneladas de acero líquido durante el año 2021, que representa 5.2% más respecto al año previo, luego de la contracción de la economía mundial, por la pandemia del coronavirus y los problemas de reestructura financiera a su interior.
Dicho monto se traduce en 100,000 toneladas adicionales a lo registrado en igual periodo del 2020, cuando fabricó 1.9 millones de toneladas de acero. Aunque se encuentra lejos de los niveles del 2018, cuando produjo 4.5 millones de toneladas.
Al cierre de 2021, la acerera mexicana refleja la paulatina recuperación de los ritmos de producción en la empresa, luego de que el mercado internacional, principalmente Estados Unidos demandan de la materia prima para la elaboración de productos eléctricos, línea blanca, refrigeradores, autos y materiales de construcción en menor medida.
Luis Zamudio Miechielsen, director general de AHMSA, destacó el esfuerzo entregado por el personal, que permitió llegar a esos niveles de producción.
“En un año en que enfrentamos muchas dificultades, pero logramos avanzar en la recuperación productiva y financiera de la empresa a partir de una mejoría en los precios del acero”.
Para AHMSA, los planes en marcha para el año 2022 se encaminan a superar los niveles de operación registrados en 2021, con el fin de culminar la estabilización financiera de la empresa.
Desde el 2019, la siderúrgica enfrenta problemas financieros, tras la detención de su presidente del consejo directivo, Alonso Ancira, tras ser acusado de supuesta corrupción al vender a Petróleos Mexicanos una empresa a un sobrecosto.
La semana pasada, la empresa informó que busca un acuerdo de capitalización, o asociación, en el marco de su proceso de reestructura financiera, con el banco de inversión Jefferies LLC. “Se han realizado aproximaciones con posibles socios estratégicos y no estratégicos sin establecer exclusividad ni firma de acuerdos vinculantes”, comentó.
No obstante, tras los mantenimientos operativos realizados por Altos Hornos en sus diferentes áreas, la empresa ha logrado ahorros y a su vez incrementado su producción, resultado del 2021.
“Hubo mucha creatividad interna, aplicación en los programas de ahorro y eficiencia, y sobre todo voluntad para superar retos, lo que ha demostrado las fortalezas que ha acumulado AHMSA en sus 80 años de vida productiva”, agregó el director general.
La mayor parte del volumen registrado en el 2021 se obtuvo vía el arrabio (primera fusión del acero en el horno) generado en el Alto Horno 5 y a través del proceso de aceración en el sistema BO2, en tanto vía horno eléctrico se obtuvieron 400,000 toneladas de acero líquido, duplicando el nivel de 2020.
A partir de esos volúmenes de acero primario, la producción de planchón alcanzó a 1 millón 921,000 toneladas -100,000 más que el año anterior- y derivaron en 1 millón 632,000 toneladas de producto terminado, principalmente lámina rolada en caliente y en frío, placa, hojalata y lámina cromada.
Luego de una crisis constante en el sector, iniciada un tiempo atrás, actualmente se ve lejana la recuperación de la construcción en México.
Uno de los motores más importantes de la economía mexicana, el sector de la construcción, no ha parado de desacelerarse desde 2016, una crisis que se remonta más atrás y que aún no encuentra una recuperación firme.
Tan solo en 2020 el PIB de la construcción se hundió (-)17.2%, más del doble de lo que cayó la economía en ese año y después de una caída de (-)5% en 2019, previo a la pandemia, convirtiéndose así en la peor crisis que ha vivido el sector en las últimas tres décadas. La caída en la producción del sector constructor vino precedida de un desplome de la inversión en la construcción desde 2017 y que no ha parado, a tal grado que el nivel de inversión actual es comparable al registrado en 2005, configurando un retroceso de más de década y media.
La crisis que vive la construcción en México -un sector que llegó a representar el 10% del PIB en 2009, que se hundió a 5.9% en 2019 y que se estima en alrededor de 7% en 2021- si bien se agravó en los últimos tres años, no comenzó con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Viene de tiempo atrás y encuentra sus raíces desde hace una década.
Pero el tobogán en el que entró la construcción desde poco más de un lustro aún no ve su final. Si bien el rebote de la economía que inició en el segundo semestre de 2020 y se extendió durante el primer semestre del año pasado -después del estallido de la grave crisis sanitaria en el primer semestre de 2020- también hizo rebotar a la construcción; su recuperación se agotó en junio del año pasado y desde allí inició un nuevo descenso que a noviembre, último dato disponible, no se ha detenido.
El indicador de la produccion de la industria de la construcción -que incluye la producción de empresas constructoras y la autoconstrucción, con cifras desestacionalizadas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)- cayó (-)0.6% intermensual en noviembre, sumando su tercera caída mensual consecutiva y situándose al nivel de enero de 2021, lo que borró la recuperación del año pasado. Peor aún, el dato de noviembre representa una caída de (-)21.7% respecto de noviembre de 2016, hace 5 años, el año en el que la construcción alcanzó su mejor nivel en la última década.
El valor de la producción generada por las empresas constructoras en el país también refleja una tendencia poco favorable. En noviembre este índice creció solo 0.1% intermensual, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (EMEC) del Inegi. Se trata de una recuperación mínima después de una caída de 2.2% mensual en octubre explicada, según expertos, por la falta de inversión pública en estados sin obras insignia y por las presiones inflacionarias durante 2021.
Pero sería un error creer que las penurias que tienen sumida a la industria de la construcción en un ya larga crisis iniciaron con la pandemia. La inversión en el sector de la construcción se mantuvo en niveles muy similares durante casi una década, con altibajos estacionales, entre 2008 y 2016, de acuerdo con el Indicador Mensual de la Formación Bruta de Capital Fijo (IMFBCF). Pero iniciando 2017 comienza una clara tendencia a la baja de la inversión en el sector.
El fenómeno se aceleró a partir de 2018, potencialmente a raíz de las elecciones federales que llevaron a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) al Palacio de Gobierno, y con la pandemia los flujos de inversión al sector construcción recibieron un golpe que, para noviembre del año pasado, se encontraban en niveles de 2005, hace 16 años.
La pérdida de potencia de la construcción en la economía también se refleja en la confianza de los empresarios de esta industria, particularmente en lo que respecta a su disposición para invertir, que lleva años a la baja de acuerdo con Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE).
Se puede observar una visión cada vez más pesimista sobre el momento adecuado para invertir desde el año 2013, según datos de Inegi. Si bien hay brotes coyunturales de optimismo súbito en 2014, 2017 y 2018, la tendencia de largo plazo se mantiene a la baja hasta la llegada de la pandemia. Y aunque desde mayo del 2020 se observa una recuperación, las últimas mediciones sugieren que se ha tocado un posible tope.
Hay varios factores que podrían producir este retroceso. Pero el más relevante está íntimamente ligado a la falta de inversión en obras públicas que ha impactado al dinamismo del sector en su conjunto desde hace varios años atrás.
En el caso de la categoría de agua, riego y saneamiento, la caída parece haber empezado alrededor del 2012-2013; mientras que en petróleo y petroquímica, así como en transporte y urbanización, la baja inicia a partir de 2010.
Incluso sectores más ligados a las actividades del sector privado, específicamente la construcción residencial, podrían haberse visto afectados desde hace años por el cambio de políticas del gobierno federal. “Hace más de 10 años, eran muy famosos los desarrolladores de vivienda de interés social; que tuvieron su auge apoyados por programas gubernamentales”, dijo Miguel Angel Enriquez, vicepresidente de Inversiones y Nuevos Negocios en ALIGNMEX Real Estate Capital, una firma de inversiones inmobiliarias, y SÌRENTA, un desarrollador inmobiliario.
“Pero a raíz de ciertos cambios en las metas o perspectivas gubernamentales, los apoyos fueron siendo diferentes, los desarrolladores de vivienda tuvieron que, en algunos casos, salir del negocio, o en otros casos reconfigurar su modelo comercial”, dijo Enríquez.
De todas formas, sí se debe reconocer que tanto la llegada del actual gobierno como las condiciones económicas creadas por la crisis sanitaria fueron factores que aceleraron la caída del sector de la construcción. Basta ver el comportamiento histórico del Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI). La pandemia provocó una fuerte caída de este índice y, por las condiciones económicas adversas, la recuperación de la construcción está parada en seco desde mediados del año pasado.
Miguel Angel Enriquez concuerda que ambos eventos han tenido efectos negativos en la industria de la construcción. “En años recientes, al menos en la Ciudad de México, vimos una pausa importante en el tema del desarrollo inmobiliario, por todo este tema de permisos que se están revisando, que sin duda pausa y retrasa el desarrollo de grandes proyectos”, apunta sobre las barreras legislativas y regulatorias que ha enfrentado la industria con la actual administración.
A lo anterior, el sector tuvo que lidiar con los graves efectos inflacionarios en las materias primas, principalmente el acero, que han complicado la recuperación de los desarrolladores, como lo confirma Enríquez.
El freno en la recuperación de un sector tan influyente en el dinamismo de la economía nacional, ha abonado al estancamiento económico que vive México, incluso más allá de la coyuntura pandémica.
En días pasados, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, adelantó que en los próximas semanas el presidente López Obrador hará un nuevo anuncio sobre un paquete de proyectos de infraestructura que los economistas esperan sean mucho más efectivo que los anunciados en años anteriores, y que no lograron acelerar los motores de un sector de la construcción que no ha parado de caer.
Se espera una gran inversión para zona industrial en Puebla en 2022, lo cual permitirá la instalación de empresas locales y extranjeras.
El gobierno estatal invertirá 300 millones de pesos para la construcción de un parque industrial en el municipio de San Martín Texmelucan, reveló el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta.
El mandatario señaló en conferencia de prensa que ya fue definida la zona donde será instalado el complejo industrial, mientras que el propietario del mismo comenzó con la entrega de documentos y estudios técnicos necesarios para obtener el permiso de construcción de las autoridades.
“El tema de la adquisición de un predio que va a ser destinado al parque industrial en San Martín Texmelucan ya está determinado, ya es un asunto definido, ya tiene el gobierno diálogo con la empresa propietaria del inmueble, ya estamos en toda esta acumulación de requisitos para llevarlo a cabo, la inversión es de más de 300 millones de pesos por parte del gobierno del estado”.
Barbosa destacó que la obra será ejecutada en coordinación con la presidenta municipal de San Martín Texmelucan, Norma Layón Aarun, pues ya hay contacto entre ambas administraciones para este fin.
Fue el 27 de enero pasado cuando la titular de la Secretaría de Economía (SE), Olivia Salomón Vibaldo, adelantó que el parque industrial de San Martín Texmelucan será construido durante 2022 y se espera que los espacios permitan la instalación de nuevas empresas e inversiones de capital local, nacional y extranjero.
El norte del país está siendo testigo de la gran producción de acero en la industria mexicana tras la inversión de la compañía Ternium.
El laminador, el más moderno de América Latina, tiene una longitud de casi un kilómetro y una capacidad productiva de 4.4 millones de toneladas de acero al año.
El laminador en caliente de la nueva planta de Pesquería de Ternium, que presiden Máximo Vedoya como CEO global y César Jiménez como CEO en México, ya produjo su primer millón de toneladas de acero laminado, que es un insumo básico para las industrias automotriz y de enseres domésticos.
Éste, el más moderno de América Latina, tiene una longitud de casi un kilómetro y una capacidad productiva de 4.4 millones de toneladas de acero al año y puede producir lámina en espesores tan delgados como de 1.2 milímetros y tan gruesos como de 25.4 y desde 900 hasta mil 950 milímetros de ancho.
Nos cuentan que la compañía invirtió 2 mil 520 millones de dólares para las fases 1 y 2 del Centro Industrial Ternium, que integra la planta del laminador en caliente y las líneas de galvanizado y pintado, que arrancaron operaciones en 2019. Ternium se ha convertido en uno de los más importantes inversionistas en Nuevo León y, sin duda, en Pesquería, donde también ha invertido en la escuela técnica Roberto Rocca para preparar a jóvenes en mecatrónica y electromecánica. Contar con este abastecimiento de acero será fundamental para que la industria mexicana aproveche la recuperación de la economía mexicana y las oportunidades del TMEC.
La innovación en procesos de producción del acero ha llegado a México de la mano de Ternium, empresa líder en la industria de América Latina.
Ternium invirtió en un nuevo Laminador en Caliente en Pesquería, Nuevo León, el cual cuenta con una longitud de casi un kilómetro y una capacidad productiva de 4.4 millones de toneladas de acero al año, siendo el molino más moderno de América Latina.
Ubicado en el Centro Industrial Ternium, el Laminador en Caliente permitirá atender la demanda de nuevos mercados como el automotriz, línea blanca y metalmecánico, mediante aceros con cualidades estructurales especiales. Por ejemplo, puede laminar espesores tan delgados como de 1.2 milímetros y tan gruesos como de 25.4. En cuanto al ancho, lamina desde 900 hasta 1,950 milímetros.
Esta nueva planta tiene los últimos equipos en tecnología Industria 4.0 y está 100% automatizada, al contar con más de seis mil sensores instalados a lo largo y ancho de toda la infraestructura. Dispone de una interfaz que permite la operación y supervisión de todas las líneas de producción de manera remota, donde se pueden adquirir unas 120 mil variables cada 20 milisegundos.
Otras de las tecnologías que se incorporaron fue la de realidad virtual para el desarrollo de los modelos 3D, cuyo objetivo es dar seguimiento al producto dentro del laminador. Asimismo, se añadieron dispositivos de ubicación e-beacons (IoT) con información en tiempo real para apoyar al área de Mantenimiento durante sus recorridos por las líneas.
Todo el hardware para el soporte de esta plataforma está concentrado en un mismo sitio. Es una estructura que cuenta con servidores para virtualización hipercovergente que permiten la ejecución de 42 servidores virtuales y más de 100 HMI (Human Machine Interface). Con ello se reduce la cantidad de equipos instalados en planta, se disminuye el mantenimiento y se consigue una alta disponibilidad a prueba de fallos.
La incorporación de esta virtualización, coloca a Ternium en el top de las empresas más avanzadas en tecnología en el sector industrial. Actualmente, no existe ninguna otra operación logística en el mundo siderúrgico con el nivel de automatismo de este Laminador en Caliente.
Incluso, para el desarrollo de este laminador participaron expertos de ingeniería de países como Japón, Italia, México, Alemania, España, Estados Unidos, India, Austria y Corea.
Algunos aspectos a destacar en su construcción son:
Se utilizaron 184,400 m3 de concreto (75 piscinas olímpicas)
26,200 toneladas de estructura de acero (3.6 torres Eiffel)
Más de 33 mil toneladas de equipos (Alrededor 23,500 automóviles)
5,700 toneladas de tubería
2,400 kilómetros de cables (La distancia de Monterrey a Cancún)
La operación de un laminador como este requiere del personal más capacitado. Por ello, Ternium destina más de 31 mil horas de entrenamientos a técnicos y colaboradores, lo que permite el desarrollo profesional de los trabajadores.
Al igual que todo el Centro Industrial Ternium en Pesquería, el Laminador en Caliente cuenta con todas las certificaciones ambientales como LEED, que otorga el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos.
Avances en la digitalización
La transformación digital de Ternium, reflejada en este Laminador en Caliente, es clave para la adopción de nuevas tecnologías como analytics, inteligencia artificial, modelos adaptativos de última generación, realidad aumentada, entre otros, y está estructurada en tres etapas:
1. Empresa en tiempo real 2. Negocio extendido 3. S.M.A.R.T. Factory (Social & Mobile, Analytics, Robots, Internet of Things)
Actualmente, Ternium está en la etapa de S.M.A.R.T. Factory, concentrando parte de sus esfuerzos en Analytics, que incluyen temas de seguridad, mantenimiento predictivo, calidad y ventas.
Un futuro con acero inteligente
Con este salto importante al evolucionar a la industria 4.0, la cual permite combinar técnicas avanzadas de producción y operaciones con tecnologías inteligentes que se integran en la organización, las personas y los activos, Ternium lidera la transformación digital en el sector siderúrgico al producir aceros altamente especializados.
El Centro Industrial Ternium es la sede del futuro, con algoritmos que llevan a la acción y equipos automatizados capaces de registrar y analizar cientos de miles de operaciones por segundo en tiempo real. Es la simbiosis perfecta entre seres humanos, tecnología e inteligencia artificial. En pocas palabras, el acero del futuro, hoy.
En menos de una década, Ternium ha convertido al municipio de Pesquería, Nuevo León; en uno de los principales polos industriales del país.
Durante los primeros once meses de 2021, el valor de producción de las empresas de la construcción se estancó al registrar una variación de -0.3% respecto al mismo periodo de 2020, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El valor de la producción de las empresas del sector construcción se ubicó en 25 mil 224.49 millones de pesos al cierre de noviembre de 2021. De acuerdo con un análisis de banco base:
“Al realizar una comparación con respecto a su nivel pre pandemia (febrero de 2020) el indicador muestra un rezago al posicionarse 10.14% por debajo de dicho nivel”.
De acuerdo con los datos del INEGI, si tomamos como referencia el cierre de 2018, en lo que va de la presente administración federal el valor de la producción de las empresas del sector se ubica cerca de 25% por debajo del nivel en que cerró el sexenio anterior.
El reporte mensual de noviembre indicó que se observó un avance de 0.1% respecto a octubre, mientras que en cifras originales se observa un avance de 9.9% respecto al mismo mes de un año previo.
En el acumulado enero-noviembre, destaca la contracción de -1.8% del valor de la producción de las empresas en edificación en términos anuales, mientras que en la construcción de obras de ingeniería se acumula un retroceso de -0.8%; solamente en la sobras especializadas del sector se observa un repunte anual de 10.6 por ciento.
Banco Base apuntó que “la falta de inversión pública en entidades donde no se llevan a cabo proyectos insignia del gobierno, la falta de inversión privada y las presiones inflacionarias, que se ven reflejadas en el alza de los precios de los materiales para la construcción, son algunos de los factores que han ralentizado la recuperación del sector”.
Este año, el gobierno de la Ciudad de México continuará con su apuesta por la construcción de obras de infraestructura como estrategia para reactivar la economía del país que se vio dañada durante el primer año de la pandemia, por lo que tiene programada la edificación de 478 proyectos.
La inversión requerida para llevarlos a cabo es de 26,217 millones de pesos, ente el gobierno local y el federal. Además, se comprarán vehículos para el transporte público y se planean obras hidráulicas, por lo que la cifra durante 2022 ascenderá a más de 33,000 millones de pesos, informó Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno
La mayoría de las obras se enfocarán en infraestructura educativa, ramo en el que se contempla la conclusión de Pilares. Para febrero, se planea que se terminen 20 de ellos; dentro del primer semestre del año 38 y para finales del 2022 otros 17, es decir, 55 en el año. También se trabajará en el Instituto de Estudios Superiores Rosario Castellanos en Milpa Alta, con la adecuación de espacios en el segundo piso y la remodelación de la Escuela de Box.
En segundo lugar, se desarrollarán 131 obras de movilidad, en el que se contemplan mantenimiento de puentes vehiculares, y la construcción de uno nuevo entre Gran Canal y Circuito Interior, que tendrá una dimensión de cinco kilómetros y ayudará a conectar al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Este 2022 también se espera que se terminen las obras del túnel de la ampliación de la Línea 12 y la conexión con la estación de Mixcoac. El resto de la rehabilitación de la ruta también continuará y deberá estar terminada en el último trimestre del año, con recursos de Carso, empresa constructora.
El Trolebús Elevado seguirá en obras. Hasta el momento tiene 90.5% de avance, por lo que se espera que esté terminado para junio, con una inversión de 736.6 millones de pesos este año, informó Jesús Antonio Esteva Medina, titular de la Secretaría de Obras y Servicios.
En materia de salud, se continúa con el Hospital General de Cuajimalpa, de la mano de la Secretaría de la Defensa Nacional, que se planea termine en mayo de este año.
En materia cultural, se continuará con las conexiones peatonales del Bosque de Chapultepec, la Bodega Nacional de Artes y Oficios y el Panteón Dolores. Así como el cablebús, que contará con cuatro estaciones que irán de Metro Constituyentes a la nueva Cineteca Nacional.