evolución del mercado del acero 2020

José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, ha ofrecido este lunes en Bilbao el balance de la situación de la empresa transcurridos tres años desde su adquisición (EFE)

BILBAO – Sidenor quiere liderar un proceso de fusión de las principales acerías vascas y crear un gran grupo industrial, “bien gestionado y eficiente”, para evitar la desaparición de la siderurgía en Euskadi y de los miles de puestos de trabajo que genera. El presidente del grupo, José Antonio Jainaga, explicó ayer en una comparecencia ante la prensa que ya se han producido algunas conversaciones informales -“contactos de máquina de café”- y que la “idea gusta” a algunos agentes del sector.

Su intención es abrir los “próximos meses” una ronda de negociación con esos grupos de cara a aglutinar el máximo número posible de acerías en torno a un nuevo proyecto. “Tenemos que proteger lo que queda del sector siderúrgico vasco”, “hay que hacer algo para que no desaparezca” la industria, “aparte de hablar, hay que tomar decisiones y buscar fusiones”, exclamó Jainaga en diferentes momentos de su intervención. A su juicio, es necesario “juntar empresas y reforzarlas” para evitar que los problemas que atraviesan algunas de ellas y los costes que tienen que asumir en su producción terminen forzando su desaparición.

No es la primera vez que suena esa música. El anterior presidente de Tubos Reunidos, Guillermo Ulacia, ya planteó a principios de 2018 una alianza de fabricantes de acero para ahorrar costes. Aquel planteamiento no tuvo recorrido, pero el presidente de Sidenor se mostró ayer dispuesto a que el tren no se quede en la estación en esta ocasión y a pilotarlo para que se suba el mayor número de compañías posibles.

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Jainaga aclaró que no está pensando en la alianza que propuso en su día Ulacia y rechazó “categóricamente” una fusión con Tubos Reunidos. Su propuesta de suma se centra en las acerías, no en las compañías que fabrican acero para su propio consumo como es el caso de la compañía de Amurrio. En esa línea, el primer ejecutivo de Sidenor enumeró los posibles participantes en esa negociación a varias bandas.

Los posibles candidatos Aceros Olarra en Loiu, Arcelor Mittal -que cuenta con plantas productivas en Sestao (la Acería Compacta de Bizkaia) y Olabarria- y Celsa, propietaria de Nervacero, son básicamente las puertas a las que tocará la compañía siderúrgica vizcaina. El objetivo es crear un gran grupo que comparta cuestiones como el departamento comercial o las tareas administrativas y centralice las compras de materia prima y energía con el consiguiente abaratamiento de los costes de producción. Todo ello apostando por un producto de calidad que sería la guinda del pastel de la competitividad.

Jainaga admitió que algunos agentes implicados pueden sentirse “incómodos” con el proceso de concentración que está planteando. Así reconoció que puede haber cierta oposición desde el punto de vista sindical por el ajuste laboral que podría implicar. E incluso algunos directivos de otras compañías pueden ver amenazado su puesto de trabajo.

Sidenor se siente fuerte de cara a esas hipotéticas alianzas tras haber dado la vuelta al grupo, con mejoras productivas y reestructurando su deuda y su presidente dejó claro que su intención sería liderar las fusiones. “Una pirámide puede tener la base tan ancha como se quiera, pero al final termina en punta”, afirmó en relación a la estructura empresarial sobre la que, en su opinión, debería asentarse el nuevo proyecto.

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Jainaga también se refirió al acompañamiento institucional que podría tener la fusión. Según indicó, al Gobierno vasco “le parece bien” la idea, pero en todo caso su papel se centraría en “echar un poco de aceite en los engranajes” que deben encajar y poner en marcha los propietarios de las acerías.

Las expectativas de crecimiento orgánico de Sidenor van más allá. Según explicó su presidente, tras avanzar en la modernización de la compañía, convertir la deuda a corto en prestamos en torno a seis años y cerrar o vender las unidades no productivas o que no cuadraban con el esquema de negocio puesto en marcha hace tres años, el grupo siderúrgico tiene músculo suficiente para comprar compañías industriales con las que comparta sinergías. De hecho, Sidenor tiene un “colchón” de 100 millones de euros para explorar adquisiciones y ha formado un grupo de seis personas, lideradas por Marco Pineda, director general del grupo, que analiza diferentes oportunidades en el sector y ya ha contactado con algunas compañías.

La diversificación de su actividad ordinaria y reducir la dependencia del sector de la automoción es otra de las estrategias puesta en marcha. De forma paralela, la compañía también se ha marcado como objetivo promover la puesta en marcha de parques eólicos y fotovoltaicos y la compra plantas de generación de energía hidráulica para abaratar sus costes energéticos.

Fuente: m.deia.eus

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